BROCKES-PASSION de TELEMANN
“Jesús martirizado y agonizante por los pecados del mundo”. Ese es el título de uno de los más importantes poemas sobre la Pasión de Cristo. Su autor fue el escritor Barthold Heinrich Brockes y se publicó en Hamburgo en 1712. Ningún otro libreto en alemán sobre la pasión tuvo tanta difusión ni fue tantas veces musicalizado como éste: se conocen al menos 30 versiones musicales. El poema destacaba por su inusual nivel de maestría, por su estilo elevado, que provoca en ocasiones emociones violentas, ya que utiliza imágenes muy gráficas sobre la historia de la Pasión. En 1716 compusieron su Brockes Passion: Reinhard Keiser, Georg Friedrich Handel y Georg Philipp Telemann.
El propio Telemann en su autobiografía dice que “el texto de Brockes ha sido reconocido por todos los expertos como imposible de mejorar”. El oratorio que el compositor escribió sobre este texto fue estrenado en Franckfurt am Main en 1716. La dedicatoria de Telemann que precedía a la obra venía a decir esto:
“Las bellas palabras producen una mejor impresión aún cuando la armonía las hace llegar a nuestros oídos. Así, nuestro espíritu se inflama con una doble llama: ese ha sido el objetivo de mi trabajo.
Aquí expreso mi deseo: que mi pluma, humedecida con mis lágrimas, inunde de emoción los ojos del oyente. Y si el rugido del trueno habita en mi música, provocará al mismo tiempo miedo, estupor y temblor…”
La estructura musical del oratorio es muy variada. Una extensa sinfonía es seguida por varias escenas que comprenden un total de 31 arias irregularmente distribuidas, un aria con coro, varios duetos y ariosos, un trío, un cuarteto, 16 coros y distintos recitativos secco y accompagnato. Telemann incluye números tan variados porque pretende conseguir una obra con secciones breves y muy contrastantes. Sin embargo, la sinfonía introductoria es excepcional en una obra vocal de estas características. En primer lugar por sus dimensiones: dura aproximadamente unos 8 minutos, y en segundo lugar por su sonoridad: comienza con unos compases muy estáticos que crean una atmósfera de inmovilidad que progresivamente va creciendo en tempo y en volumen. Después se produce un diálogo entre el oboe y las cuerdas.
La orquestación que Telemann propone para esta obra incluye dos traversos, tres flautas de pico, dos oboes, dos trompetas, dos trompas, violin concertante, viola d’amore, tres violas y fagot, además de la cuerda y el bajo continuo. Además, el compositor utiliza estos amplios efectivos orquestales para crear un sistema de simbolismo musical: las trompas caracterizan los momentos conectados con el pecado, la muerte y el demonio; el sonido dulce del oboe nos habla de la proclamación de la salvación de los pecados que conlleva la muerte de Jesús, y con las trompetas aparece el mensaje del evangelio: la resurrección del cuerpo a la vida eterna.
Hemos escuchado esta obra esta semana en Té para tres en la siguiente versión discográfica publicada en 2009:
GEORG PHILIPP TELEMANN: BROCKES-PASSION. ORATORIO DE PASIÓN PARA SOLISTAS, CORO Y ORQUESTA TVWV 5:1. Akademie für Alte Musik
MZ dijo
Qué razón tiene Telemann cuando dice que las bellas palabras acompañadas de armonía llegan mejor a nuestros oídos y causan mejor impresión.
El oratorio precioso. Gracias.
Un saludo.
05 nov 2009
Carlos P.A. dijo
Estimados Sres:
Como oyente habitual de su programa empiezo confesando que mi modesta sensibilidad musical me impide cualquier otro comentario que no pase de la sencilla - y amplia- felicitación por su trabajo. No obstante, he de añadir que la sensibilidad lingüística -más desarrollada, en mi caso- sí me permite rogarles que, en la medida de lo posble, sustituyan esa reiterada expresión de "doscientos aniversario del nacimiento de Robert Schumann": el uso adecuado del ordinal quizá suene algo artificioso pero ¿qué tal la bellla palabra "bicentenario", tan escueta como precisa? La música también es cuestión de palabras, piensen que hablando Vds. son "intérpretes" de nuestra lengua.
Un cordial saludo y mi más sincera enhorabuena.
Carlos P.
21 abr 2010