Y colorín colorado...
jueves 18.sep.2008 por RTVE.es 9 Comentarios
Durante 11 días el fuego de la llama paralímpica ha estado iluminando el espíritu deportivo en el mundo entero. Sin raza, sexo, origen o condiciones físicas. Nada de eso ha importado porque hemos sido fieles al lema “un mundo, un sueño”. Se han desatado en nosotros emociones llenas de esperanza e ilusión. Ansia y ambición combinadas con inseguridades y miedos han estado peleándose en nuestros corazones. Ayer por la noche, después de un día de resaca (no de beber) por la plata de José Ruiz y Jorge Cardona, el otro mañico, en dobles de Tenis de Mesa, acudíamos al “Nido” también con emociones compartidas. Algunos orgullosos y felices por los resultados, otros tristes o resignados y otros todavía embargados por la novedad de una primera vez en una competición de semejante calibre. El día empezaba aparentemente normal con ajetreo desde el punto de la mañana, pero esta vez no por la competición (salvo para los atletas de la maratón, que ayer la disputaban), sino por las prisas para que nos diera tiempo a ver algo de Pekín antes de tener que arreglarnos para la Ceremonia de Clausura. Tal y como sucediera en la inauguración pudimos ver espectáculo y yo, además, fui una autentica privilegiada. El 16 por la tarde se llevó a cabo el escrutinio de los votos a los candidatos al Consejo de Atletas del IPC, al que yo me había presentado como candidata española. 14 elegibles y algo más de 4000 atletas con derecho a voto. Con el 88,8% de participación, fui la atleta más votada. Los 6 nuevos miembros del Consejo (IPC Athletes Council) fuimos presentados en sociedad en la propia clausura, delante de las 90.000 personas, en un acto simbólico en el que entregábamos flores a una representación de los voluntarios. Después del acto pude reunirme con el resto de mis compañeros y disfrutar de un final feliz. Casi sin darnos cuenta la llama se apagó y todos empezamos a mirarnos con tristeza en los ojos y una tímida sonrisa en la boca, seguida de un “bueno, pues ya está”, “hasta la próxima”. Un poco de silencio de vuelta a la villa que se transformó en algarabía al llegar a los apartamentos, pues las calles estaban llenas de algo parecido a un mercado. Voluntarios, atletas de otros deportes y países, ofrecían sus “mercancías”, es decir, sus equipaciones deportivas para cambiarlas por otras. Polos, camisetas, pantalones, mochilas, gorros, hasta los trajes de la inauguración. Nada estaba a salvo y todos pasaban de mano en mano mientras decíamos “change, change”. Fue divertido. Tras eso, a hacer la maleta y a dormir.
Esta mañana me he levantado a las 7:30 para bajar las maletas para facturar porque aunque nos vamos esta madrugada ya teníamos que facturarlas desde la villa (ay madre, a saber dónde terminaran. Tranquilos, las medallas están en mi mochila de mano). Ahora estoy en la habitación, escribiendo este post, obviamente, y con todos los recuerdos que me vienen a la cabeza, hay algo que me parece muy significativo. Cuando llegue por primera vez al apartamento pensé “¿Qué olímpico habrá dormido en mi cama?” y hoy, a unas pocas horas de abandonar Pekín pienso “¿Quién vivirá aquí después? Creo que voy a dejarles una nota explicando que en esta habitación número 2, del apartamento 202 del edificio D1, vivieron 6 nadadoras españolas durante 2. Les voy a contar lo que hemos ganado entre todas (7 medallas) y que lo hemos pasado muy bien. Así que con esta frase me quedo.
Me vais a permitir que con estas líneas también agradezca y reconozca a mis patrocinadores: ISM Guidosimplex, que me dio la silla que llevo y a Arena España que me ha proporcionado todos los bañadores con los que he competido y he conseguido 3 oros, 1 plata y 1 bronce. Para un deportista como yo es muy difícil tener sponsors que nos apoyen, así que todavía es más necesario mi reconocimiento en este caso, porque han sido ellos quienes ha acudido directamente a mí ofreciéndome su ayuda.
Gracias también al equipo técnico y equipo médico que nos han acompañado en los Juegos porque sin ellos nada habría sido posible.
A mi entrenador, Angel Santamaria. A mi familia y amigos, especialmente a mi “cla” que han estado aquí dejándose la voz cada día en la piscina y que durante estos años se han dejado lo necesario para facilitarme la vida.
Y por último muchísimas gracias a todos los que durante estos días nos habéis hecho sentir especiales con vuestros ánimos y comentarios. No lo olvidare jamás. Estos, sin ninguna duda, han sido LOS MEJORES JUEGOS DE MI VIDA.
Un beso muy fuerte y hasta siempre