Del ¡allez, allez! se ha pasado al ¡go, go!
Bradley Wiggins ha levantado esta tarde un trofeo en París que en mi opinión empezó a ganar en 2009 cuando con el maillot aún del Garmin hizo cuarto en la general.
De la mano de Dave Brailsford, Wiggins ha hecho un trabajo de tres años con el objetivo de ganar el Tour de Francia. Lo ha conseguido y la clave para conseguirlo ha sido en mi opinión el creer en un sueño.
Wiggins ha sido la apuesta clara, el caballo ganador para el Sky, para Inglaterra y para el ciclismo británico. No valía que ganara Chris Froome.
Pienso que han primado también cosas extradeportivas como la imagen y el carisma en su país porque sino no se explicarían las decisiones de mandar parar a Froome cuando parecía ser el más fuerte. Eran tres años apostando por Wiggins a pesar de las decepciones (Tour 2010 o Vuelta 2011) o las caídas (Tour 2012) y no se podían levantar las dudas en plena carrera.
Que Froome hubiera podido arrebatar el Tour a Wiggins es una cosa que nunca vamos a poder saber. Lo que sí se sabe es que Wiggins se ha ganado a pulso el éxito a fuerza de adaptarse a un trabajo muy metódico.
Además de eso, 'el patillas' como le llaman algunos ha sabido vencer en el aspecto deportivo y en el extradeportivo. No es nada fácil superar día a día la presión que se origina en el Tour de Francia.
Algo que pocos saben es que Wiggins se había comprado una casa en la localidad mallorquina de Puerto de Pollença y se pasó allí todo el invierno preparando el Tour (luego con el equipo hizo entrenamientos específicos en Tenerife). Y es que el Tour de Francia hoy día no se gana solo en julio, se gana también en invierno.
Dice Prudhomme que "este año marcará la apertura a un nuevo mundo que hablará inglés y que poco a poco se va abriendo camino en el ciclismo" y sí es verdad que parece que vienen equipos muy buenos como el Sky, el Green Edge, etc. marcando el estilo.
Se podría decir que en el Tour ya se ha pasado del clásico ¡allez, allez! al ¡go, go! La explicación está en el auge del cicloturismo en países como Canadá, Estados unidos, Australia o Inglaterra.
Pero bueno, si me tengo que jugar la pasta, yo apuesto por el producto nacional y por el español como idioma predominante en el Tour. La Ñ tiene larga vida aún gracias a corredores españoles o latinoamericanos como Alberto Contador o Nairo Quintana. Yo siempre digo a las jóvenes promesas que lo importante es el respeto hacia el rival, con humildad se llega lejos.
Ojala tengamos un ramillete muy amplio y muy variado de aspirantes a la victoria al Tour de Francia. Eso será bueno para todos.