« Las agencias de viaje analizarán en Cuenca los retos de su sector | Portada del Blog | La "ruta canguro" (Perth-Londres), 17 horas y sin escalas »

De Giverny a Etretat, los jardines de Normandía

    lunes 19.mar.2018    por Ángela Gonzalo del Moral    0 Comentarios

Jardines Giverny 3

Estos días la primavera también llega al jardín de Giverny, en la Normandía francesa. Las flores vuelven a mostrarnos sus coloridos pétalos y los árboles sus brotes verdes... miles de bulbos se apresuran a salir de la tierra. En el estanque de los nenúfares, los perennes sauces llorones dan la bienvenida a sus nuevos compañeros.... y siguen en su intento físico de alcanzar el agua,  hasta que consiguen traspasarla a través de sus reflejos. La primavera, el verano y el otoño cambian los tonos y colores que el jardinero Monet preparó para el Monet pintor.... Las dispuso según los colores y la situación del sol. Las de tonos más fríos al este y la más cálidas al oeste, dependiendo del amanecer o al atardecer. El rey del jardín son los tulipanes, con más de 25.000 bulbos. Un festival multicolor.

El artista decía que el jardín era "su auténtica obra de arte".... y lo convirtió en su laboratorio de luz y color, que cambiaba al ritmo de las cuatro estaciones del año . Todo tan temporal como marca el ciclo vital de las flores. El propio Monet escribía a su amigo Clémenceau "Todavía espero tu prometida visita. Es el momento de que veas el espléndido jardín, pero date prisa, porque dentro de poco las flores estarán marchitas". En la fundación que gestiona el jardín hay un calendario de floraciones, que se mantiene idéntica a las plantas que plantó en 1883. No nos extraña que Monet pasara horas y horas pintando los rincones de este lugar tan cambiante. 

Jardines Giverny 2

Cada año visitan los jardines unas 60.000 personas. Son dos espacios, separados por la carretera. Uno es el jardín de flores y el otro el de agua, de un marcado estilo japonés, tan de moda en el siglo XIX, donde encontramos los famosos nenúfares -que se abren en mayo-, los sauces y el puente sobre el lago. Lo pintó unas 45 veces y para su construcción llamó a un artesano local y todavía conserva las glicinias plantadas por el artista.

También podemos ver su casa donde cuelgan algunos de sus cuadros personales, su amplia y luminosa habitación con tres ventanas mirando al jardín, o su taller. De agosto a octubre las capuchinas invaden el sendero central, como si fuera un río de flores.

Esta es una buena época para visitar esta pequeña población normanda, y que un día atrajo a pintores... No solo a Claude Monet, también al estadounidense Mcafee, que acabó llevando a algunos de sus amigos pintores... convirtiendo todo Giverny en un taller de artistas, como nos explica Emilie Ursule. "Hoy en día también hay muchos artistas que vienen con la intención de poder vivir de su arte, además tienen la posibilidad de pintar estos lugares situados a orillas del río Sena y sus paisajes típicos, buscando una luz que cambia continuamente".Una localidad que todavía guarda ese glamur a través de numerosas galerías de arte, o en el interior del hotel Body, que vale la pena visitar, porque conserva muchos cuadros de esos pintores, que en ocasiones pagaban su alojamiento con sus obras. 

Chateau-du-champ-de-bataille

Nos dirigimos a Neubourg, al castillo de Campo de Batalla (Champ de Bataille). Un pequeño Versailles, con más de 100 hectáreas de jardines, todo un homenaje al clasicismo, con fuentes, estanques y cascadas, un gran canal y bosquecillos marcados por un estilo clásico con toques de modernidad, el jardín mogol, el templo de Léda o las fuentes. Vale la pena visitar el castillo del siglo XVII. En su interior hay una prestigiosa colección de muebles y objetos reales, un billar de la época de Luis XIV, y aposentos decorados por su propietario, el prestigioso diseñador de interiores Jacques García, hijo de un español, y un apasionado coleccionista, que colecciona todo lo que encuentra y colocarlo en alguna de las lujosas habitaciones. 

Con el Sena llegamos... al mar... A la derecha tenemos Le Havre, ciudad patrimonio de la humanidad, y donde volvemos a encontrar a Claude Monet.... En su puerto pintó su primer cuadro impresionista. A la izquierda queda Honfleur, con su pintoresco puerto de pescadores y las clásicas fachadas normandas... enfrente el canal de la Mancha ...

Jardines Etretat

Aprovechamos el delta del Sena, para desviarnos a la derecha, hacia los acantilados de Etretat... Acabamos nuestra visita, en los sorprendentes jardines de Etretat, que ofrecen una magnífica vista del mar y la célebre aguja de los acantilados de Alabastro. En el acantilado de Amont, la actriz Madame Thebault, compró a principios del siglo XX, unos terreno para construir la villa Roxelane, y mandó diseñar un jardín a Aguste Lecanu, con una condición... que fuera moderno para la época. Años más tarde un paisajista ruso inventa una especie de mundos imaginarios y estructurados según los espacios... es como si Alicia entrará en el país de las Maravillas. Como nos explica Julie Pontier "es un canto a la armonía del hombre con la naturaleza..... para mostrarle que es algo bello, una simbiosis con la naturaleza".

Por los jardines de Etretat, nos movemos entre esculturas como las de los artistas polacos Wiktor Szostalo y Agnieszka Gradnik. Sus extraños personajes, esculpidos con biomasa, rodean a un árbol, como si preservaran el último árbol que queda en el mundo. Se han convertido en un emblema de la defensa del medioambiente y ya han viajado a numerosas cumbres del planeta.

Jardines Etretat y Monet

Un poco más allá encontramos el jardín de las emociones, del artista español Samuel Salcedo, rostros fabricados con caucho que muestran un sinfín de emociones. Y junto a él está el jardín de los sonidos de la naturaleza con obras suspendidas en los árboles y convertidas en eco de múltiples idiomas del mundo. También allí, frente a los acantilados, encontramos una escultura de Claude Monet, tan presente en esta región de Francia. Allí pintó uno de sus más celebres cuadros.... "Atardecer en Etretat".

Una puesta de sol, que apaga poco a poco, por unas horas, los colores de estos jardines que hemos visitado en Normandía.

Guía

Cómo llegar: Vuelo con la compañía Vueling desde Madrid, Barcelona o Bilbao, hasta París y después en coche.
Cuándo ir: Primavera y otoño para visitar jardines, verano para disfrutar del mar.
Jardines: Giverny, Champ de Bataille, Etretat
Hoteles: Moulin de Connelles (40, route d’Amfreville-Sous-les-Monts, Connelles). Le Grand Pavois (15, quai de la Vicomte, Fécamp). Hotel et Spa Vent d’Ouest (4, rue de Caligny, Le Havre).
Comer: Ancien Hotel Baudy (Giverny), Moulin de Connelles (Connelles), La Flottille (Étretat) y Le Margote (Le Havre). En todos podrán degustar la típica gastronomía normanda con toques modernos.

@angelaGonzaloM
@Viaje a Itaca 

Categorías: Viajes

Ángela Gonzalo del Moral   19.mar.2018 19:44    

0 Comentarios

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Viaje a Ítaca

Bio Viaje a Ítaca

Un viaje nunca se acaba. Queda grabado en el recuerdo, se vuelve a él al ver una película, al leer un libro, al escuchar unas notas musicales, al mirar una fotografía, al saborear una bebida, al disfrutar una comida o cuando el país salta a la actualidad por algún acontecimiento específico. El viajero mantiene siempre un nexo interno con el lugar que un día conoció.... y trenza un vínculo con el nuevo destino que empieza a imaginar. La visita a cualquier lugar, cercano o lejano, tiene tres fases. En la etapa de preparación se sueña, en la del viaje se disfruta lo imprevisible y a la vuelta se reinventa la aventura..... Con los cinco sentidos alerta, anhela que la experiencia sea lo más enriquecedora posible.
Ver perfil »

Síguenos en...

Últimos comentarios