Demolición casa Pablo Escobar, golpe al narcoturismo
sábado 23.feb.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Cuatro segundos ha tardado en quedar reducida a escombros la mansión en la que vivió el narcotraficante Pablo Escobar, convertida en un emblema de la época más cruel de la ciudad y del país. Para la voladura controlada se han utilizado 375 kilos de dinamita y 180 detonadores. Muchos menos de los que él utilizó para cubrir de sangre y terror a los ciudadanos, a todo un país.
El espacio que ha dejado el edificio Mónaco, será -según el ayuntamiento-, destinado a un parque dedicado a las víctimas y a los héroes de aquella época. Con la demolición las autoridades municipales de Medellín esperan que la ciudad deje de estar asociada al excapo y puedan pasar la hoja de la historia. En su momento de esplendor el inmueble tenía doce apartamentos, 34 plazas de estacionamiento, tres ascensores, canchas de tenis, piscinas y baño turco.
Para muchos, esta voladura supondrá un golpe al narcoturismo, un importante negocio en la capital, que había ido en aumento con la emisión durante los últimos años de telenovelas y teleseries. A lo que hay que añadir, que uno de sus lugartenientes había encontrado un filón como youtuber, tras su salida de la cárcel. Creen que con la desaparición del edificio, se dejará de contar su historia de excentricidades y barbarie y pueda comenzarse a ofrecer otro tipo de experiencias, como las que sufrieron las víctimas, tanto directas como indirectas.
Así lo expresaba la alcaldía de Medellín en instagram. "Hoy, Medellín abraza su historia. Hoy, Medellín construye un nuevo relato. Hoy, cae un símbolo para encender la esperanza. Hoy, nace un nuevo símbolo para darle luz a la oscuridad". #MedellínAbrazaSuHistoria.
Hacienda Nápoles Foto Wikipedia XaID
Aprovechando el éxito de las series, se habían organizado visitas guiadas por los lugares que marcaron la vida de Escobar. Uno de esos tours, se anuncia señalando que es un viaje donde conocer la verdadera historia del capo más grande del mundo, visitando los sitios más representativos del Cartel de Medellín, a través de un recorrido histórico. Los tours privados por la ciudad permitían conocer la casa de los Olivos donde murió el narcotraficante, el barrio Pablo Escobar, los restos de la cárcel de La Catedral y Dallas, su tumba y la de sus sicarios más famosos, el edificio Mónaco, y la comuna 13. Hasta ofrecen la posibilidad de hablar con un miembro anónimo del histórico delincuente.
El narcoturismo prevé la visita a la hacienda Nápoles, en el municipio de Doradal, situada a unas 3 horas de Medellín, en la que los turistas pueden hacerse una foto en el famoso portal con la avioneta, el lago de los hipopótamos, los dinosaurios de piedra, el zoológico, las caballerizas, el bar privado, el mariposario, la plaza de toros o la pista de aterrizaje.
Veinticinco años después de su muerte, su figura, envuelta en polémica, sigue viva con la proliferación de películas, libros, documentales, artículos y sobre todo por las series de televisión. Pablo Escobar es un personaje amado y odiado en su país y sigue siendo una fuente lucrativa para algunas empresas, como los organizadores de uno de los tours preferidos por los turistas y que comercializa una ruta siniestra que utiliza el espíritu del narcotraficante para mostrar una parte de la ciudad de Medellín. Uno de los edificios más emblemáticos de la visita era el opulento edificio Mónaco, situado en el barrio de Santa María de los Ángeles, una zona exclusiva de la capital de Antioquia. Una bomba del cartel de Cali, voló una parte del edificio e inició la guerra sangrienta entre las dos bandas narcotraficantes más poderosas de la Colombia de la década de los 80.
Escobar también está presente en el museo de la capital medellinense, donde se exponen dos pinturas de Fernando Botero. En el primer cuadro, el famoso delincuente aparece abatido por varias balas y en el segundo, derrumbado sobre el techo. La primera obra la pintó en 1999 y la segunda en 2006. No es que Botero quisiera hacer una elegía de Escobar, sino que representan una denuncia de las atrocidades que generó. La primera pintura forma parte de una serie relacionada con la violencia en el país y la segunda se incluye en otra serie de cuadros del pintor sobre violencia en Colombia y en el mundo.
Después de la pérdida del simbólico edificio Mónaco, es posible que los amantes de este tipo de turismo dediquen más atención a otros recorridos como los proyectos "Narcotour: el lado B del narcotráfico" o "el tour de la Memoria", que consiste en una serie de obras de arte ubicadas en puntos simbólicos en los que el narcoterrorismo de Escobar dejó su huella. Recorridos turístico-culturales que narran las tragedias familiares vividas en la ciudad, en lugar de exaltar las hazañas que recogen las narconovelas. Entre sus víctimas hay cuatro candidatos presidenciales, más de 500 policías y miles de civiles. Para muchas personas el reto no es derribar el edificio, sino transformar la mentalidad de los ciudadanos y de los visitantes. Quizá, como pasó con el personaje real, su muerte física, no supuso la desaparición de la filosofía del narco en la ciudad. La ciudad, que sigue siendo una de las más violentas de América, es desde hace años un centro de atracción cultural y turística, que nada tiene que ver con ese pasado que intenta superar.