Las desconocidas vidrieras de La Habana
miércoles 13.mar.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
El Museo de Arte colonial de La Habana, es uno de los edificios más antiguos de la capital cubana, y una de las construcciones más significativas que rodean la Plaza de la Catedral. Vivió el gobernador militar de la isla, Luis Chacón, y posee una de las fachadas más proporcionadas de la arquitectura colonial del país caribeño. Un ejemplo del lujo que rodeaba a la aristocracia local a partir del siglo XVII.
Pero del museo, con una importante colección de muebles y artes decorativas, nos vamos a centrar en un elemento arquitectónico que se está redescubriendo en los últimos años: las vidrieras. El segundo piso del edificio es un ejemplo de ese arte, que ha conseguido sobrevivir con muchas dificultades a los embates históricos y económicos. Hubert Eisele, un turista austríaco, se sorprendía de que en esa parte del mundo, el Caribe, hubiera este tipo de arte. "Nunca hubiera pensado que en Cuba pudiera encontrar este tipo de vidrio y ahora que lo he visto, tengo que decir que es muy importante preservar este arte", explicaba hace unos días a la agencia APTN.
Editorial Unión Foto Ginapicart
En la segunda planta del museo, las vidrieras están instaladas en grandes ventanales que muestran su esplendor junto al techo de madera. Indira Carrillo, especialista del Museo, resalta que "son parte de nuestra arquitectura tradicional y colonial. Nos distinguen, nos hacen únicos. Y son estructuras que no debemos perder".
Las vidrieras no solo están en museos de la Habana Vieja, también se encuentran en hoteles, edificios religiosos y centros culturales. Durante los siglos XVIII y XIX no faltaban en las casas aristocráticas de la isla antillana.
En su obra La ciudad de las columnas, el escritor Alejo Carpentier, explica la importancia de esos elementos artísticos en la ciudad. “El medio punto cubano-enorme abanico de cristales abierto sobre la puerta interior, el patio, el vestíbulo, de casas acostilladas de persianas…Para entablar un diálogo con el sol hay que brindarle los espejuelos adecuados. Espejuelos que sirvan al sol para ser más clemente con los hombres. De ahí que el medio punto cubano haya sido el intérprete entre el Sol y el Hombre".
Adriana de la Nuez, trabaja en su recuperación y explica que "se usaron para dar sombra a algunas luces. Cuba tiene mucha luz solar y la gente necesitaba bloquear algo de su intensidad sin perderla por completo". La artista organiza tours para enseñar esta riqueza artística oculta muchas veces a los transeúntes y a los turistas, pero no es difícil ver algún resto roto en puertas de casas de la Habana vieja, patrimonio de la Humanidad, y que este año celebra el quinto centenario de su fundación.
Otra artista local, Irena Martínez, habla de lo difícil que es recuperar este pasado cultural. "Usamos una técnica o un trabajo especializado que no es común en Cuba, pero que realmente es necesario ver, ya que hay muchas vidrieras en Cuba. Y algunas de ellas están en mal estado, pero todavía se están haciendo nuevas vidrieras de colores, porque aunque es muy específico, siempre hay un cliente que está interesado en restaurar una o crear una. Aunque es difícil, porque no hacemos vidrio en Cuba, por lo que tiene que ser importado".
También encontramos lámparas de bronce, cristales de Bohemia, muebles de caoba cubana y vidrieras en el Museo de Bellas Artes. Construido en 1927, su arquitectura de estilo ecléctico, sobresale por el lujo de sus materiales como el mármol. No hay que olvidar que a principios del siglo XX, Cuba tenía una de las burguesías más adineradas del continente americano y era asidua a organizar eventos artísticos y culturales.
Foto: Centro Asturiano La Habana
De la Nuez, que ha recorrido muchos de estos vitrales, asegura que "he visto innumerables veces las mismas piezas, y a menudo encuentro nuevos detalles. Llevo unos diez años trabajando en la Habana Vieja y, todos los días encuentro nuevos lugares con vitrales. A veces en buenas condiciones, pero generalmente vitrales en muy mal estado".
Muchos edificios de la ciudad fueron construidos en estilo Art Nouveau, un arte con una especial admiración por el vidrio, y encontramos impresionantes obras de vitrales en escalinatas de mansiones, por las que entra la luz caribeña; las típicas arcadas de mediopunto, como la ventana de la Casa de los árabes, un edificio del XVIII; en los centros regionales españoles o en tiendas como Café Habana Cristal.
Adriana de la Nuez, una artista que muestra este colorido y desconocido pasado de la isla a los turistas, tiene claro que "parte de mi trabajo es mostrar vitrales a personas que no saben mucho al respecto. Realmente disfruto haciendo eso porque aunque casi siempre vamos a los mismos lugares, siempre que vuelvo descubro cosas nuevas".
En este artículo de Ginapicart, podéis encontrar un interesante trabajo sobre la historia de los vitrales cubanos.