Leonardo da Vinci en Madrid
lunes 15.abr.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
El 15 de abril de 1452 nacía, en Anchiano, Leonardo da Vinci. Coincidiendo con esta fecha se celebra el Día Internacional del Arte. El toscano es el arquetipo del polímata, que domina diferentes áreas del saber tanto en el mundo de las artes como de las ciencias. Fue a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Su talento trascendió las medidas de tiempo y lugar y su vida sigue guardando grandes misterios. Los dos polímatas más conocidos de la historia son Aristóteles y Leonardo.
Da Vinci solo pintó 20 cuadros, pero varios de ellos son obras de arte incuestionables como La Gioconda, La Última Cena o La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana. Fue pionero en utilizar la técnica del óleo y destacó por su destreza con el claroscuro, los contrastes de los rasgos y la composición geométrica. Junto con Miguel Ángel y Rafael forman lo que se conoce como el trío del cinquecento italiano. De hecho lo que más admiramos de Da Vinci es que fue un adelantado de su tiempo, con enunciados y teorías que se consiguieron solucionar dos siglos más tarde de su muerte.
Siendo joven ingresó en uno de los talleres de arte de mayor prestigio de Florencia convirtiéndose en aprendiz de Andrea Verrocchio. Allí aprendió técnicas en química, madera, metalurgia, mecánica, yeso, cuero, mármol, bronce y pintura. También viajó a Milán, Venecia y Roma. Italia ha preparado varias exposiciones relacionadas con el genio florentino, y Francia ha organizado más de 500 actividades a lo largo de este año, en el Valle del Loira, para conmemorar que allí, en Amboise, murió hace ahora 500 años.
Si no puedes viajar a esos lugares, en Madrid hay dos exposiciones sobre su vida, obra, invenciones y escritos. Los rostros del genio, puede verse en el palacio de las Alhajas, mientras que la Biblioteca Nacional muestra los Códices de Madrid, dos manuscritos excepcionales por su contenido y sus reflexiones. Ambas exposiciones estarán abiertas hasta el 18 de mayo.
La imaginación de Leonardo en el Palacio de las Alhajas
Foto web "Los rostros del genio"
Los rostros del genio es un recorrido a través de espectaculares ejemplos que utilizan la realidad virtual y mixta, así como de grabados que formaron parte de distintos libros publicados a lo largo de la historia sobre su vida y su obra. El colofón de este paseo es la Tavola Lucana, el retrato descubierto por el historiador Nicola Barbatelli en 2009 y del que los expertos consideran que es el único que reúne todas las condiciones (históricas, literarias, artísticas y científicas) para representar al maestro florentino.
Instalaciones audiovisuales, reconstrucciones realistas, aplicaciones de realidad mixta y realidad aumentada, infografías, taller infantil, todos los facsímiles de los manuscritos de Leonardo y sorprendentes aplicaciones tecnológicas acompañan al visitante en su camino hacia una obra original.
Foto web "Los rostros del genio"
La muestra se extiende a lo largo de dos plantas y cinco salas monotemáticas. En la planta baja preside la sala un cubo donde se aprecian diferentes retratos del artista, una muestra de una personalidad compleja y diversa. Se presentan sus técnicas y cómo interpreta la belleza y la naturaleza. Una réplica de la Gioconda, que preside la sala,permite al espectador comprender esta obra pictórica y la persona de Leonardo, la época en que vivió y los artistas contemporáneos del genio italiano.
La primera planta está dedicada los ingenios que inventó, como el planeador, el tanque de guerra o un traje de buzo y a través de dispositivos móviles, códices y manuscritos, se puede entender como funcionaban, cual era su misión y cómo debían funcionar.
Foto web "Los rostros del genio"
A continuación se pasa a una sala de proyección sobre los dibujos preparatorios de La Última cena y en la sala dedicada al "espejo del alma", se conocen las investigaciones que realizó sobre el cuerpo humano y su interés por alcanzar y conocer el alma humana.No podía faltar la representación del Hombre de Vitruvio.
Sin duda el punto central de esta exposición es la Tavola Lucana, una pintura al temple sobre madera de álamo, que representa a un hombre de mediana edad y ojos azules, y podría ser un retrato de Leonardo, aunque algunos expertos lo ponen en duda. Lo más sorprendente es que permaneció oculto hasta 2008, cuando apareció en el interior de un armario de una casa particular en Italia.
Los códices de la BNE
La Biblioteca Nacional propone contemplar los dos manuscritos originales de Leonardo, que permite al espectador disfrutar de la experiencia sensual de unas páginas auténticas, de ver el objeto real en una sociedad habituada a la versión tecnológica. La BNE abre por primera vez su impresionante vestíbulo como espacio expositivo para estas dos grandes joyas. En ellas da Vinci proyectó varias máquinas como el enorme caballo diseñado para Ludovico Sforza. Más de 60.000 personas la han visitado ya.
La máquina voladora, la enorme cabeza de caballo de Sforza, el alza columnas o la máquina de textil son algunas de las piezas que más han fascinado a los visitantes. Ingeniería, arte, hidráulica, arquitectura, escritura, Da Vinci no conoció disciplina que se sublevase ante él. Su dominio de cada una de ellas se evidencia en las obras que ocupan cada rincón de la muestra, una experiencia que finalizará el próximo 18 de mayo.
Foto: BNE
El Códice Madrid I es un tratado técnico que contiene una selección de sus principales logros científicos y artísticos. “La calidad del aparato icónico y el interés de los textos explicativos lo convierten en una fuente indispensable para conocer el funcionamiento de una mente prodigiosa. Es uno de los más bellos autógrafos conservados. Probablemente el maestro se proponía publicar esta obra por medios mecánicos. La intencionalidad del autor resulta evidente gracias a la invocación dirigida a un eventual lector al principio del manuscrito”, declara la catedrática de paleografía Elisa Ruiz, comisaria de la muestra.
El Códice Madrid II es un ejemplo muy característico del tipo de cartapacio o zibaldone utilizado por Leonardo. Se trata de un cuaderno de trabajo en el que va anotando toda clase de asuntos. En esas páginas desarrolla, entre otras cosas, la problemática del vuelo artificial pilotado, explica un original sistema de reproducción simultánea de escritos e ilustraciones mediante planchas metálicas, incluso levanta acta de un supuesto hallazgo: “En la noche de san Andrés encontré la solución final de la cuadratura del círculo cuando ya se terminaba la vela, la noche y el papel en el que escribía, al filo del amanecer”. Además de esta clase de temas también incluye los personales. Por ejemplo, hace un listado de las prendas de su vestuario que, en realidad, refleja el fondo de armario propio de un dandi; redacta un inventario de los libros que deja en Florencia en torno al año 1504; expresa un deseo amoroso no correspondido, etc.”
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