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El oceanário de Lisboa, un mirador a los océanos

    sábado 8.jun.2019    por Ángela Gonzalo del Moral    0 Comentarios

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Foto: angelaGonzaloM

"Con mucho cuidado para no hacer ruido se levantó y, escondido entre dos piedras, se puso a mirar. Y vio un gran pulpo que reía, un cangrejo que reía, un pez que reía y una niña muy pequeñita a reírque también reía. La niña, que debía medir un palmo de altura, tenía cabellos verdes, ojos rojos y un vestido hecho de algas encarnadas. Estaban los cuatro en un charco de agua muy limpia y transparente, rodeada de anémonas. Y nadaban y se reían". Este verso de la gran poetisa portuguesa Sophia de Mello Breyner Andressen, "A menina do mar", ilustra el sentimiento que invade al visitante cuando pasea por el oceanário de Lisboa.

Es el mayor acuario de interior de Europa, simula un puerto flotante y es un punto de referencia de la Lisboa moderna. Construido por Peter Cherymayeff para la Expo 98, se ha convertido en un mirador de los océanos, cumpliendo una labor turística, didáctic,a preventiva y de divulgación. En el interior de este receptáculo viven unos 16.000 animales marinos pertenecientes a 450 especies marinas. En el tanque central conviven rayas, tiburones, un pez luna y peces de distintas especies que llenan de color el lugar, envolviendo al visitante,  trasladándole al interior del océano. De hecho, ese es el objetivo del oceanário, demostrar como conviven en un mismo espacio animales marinos procedentes de diferentes océanos y mares.

El espectador comprueba como las rayas suben y bajan por la vidriera central, cómo se acercan lentamente los tiburones, mientras a su lado nadan -sin ningún temor- decenas de peces que en mar abierto serían un manjar para estos animales. Cuatro tanques rodean al espacio central, representando cada uno de los parajes oceánicos como la costa de la Antártida, los bosques laminariales del Pacífico, las rocas del Atlántico Norte o los arrecifes coralinos del Índico.

Los poemas de Sophia de Mello Breyner os acompañarán en todo el recorrido, mientras las medusas de colores electrificantes se mueven, las simpáticas nutrias marinas se divierten como si posaran para las cámaras y teléfonos móviles que intentan captar todos sus movimientos, los pingüinos saltan de piedra enpiedra, y el pulpo se mantiene agazapado entre unas rocas, al mismo tiempo que los caballitos de mar y los anfibios se ocultan entre la maleza y el pez payaso nada en grupo.

Bosques bajo el agua. la exposición de Takashi Amano

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El japonés Takashi Amano, ha dejado su obra póstuma en una exposición temporal que acoge el oceanográfico de Lisboaa. Un enorme acuario, de 40 metros de largo y 160.000 litros de agua dulce, acoge una representación de bosques tropicales que son algunos de los hábitats más ricos y diversificados del planeta. Ocupan menos del 6% de la superficie de la Tierra, pero albergan más de la mitad de especies acuáticas del planeta y son los hábitats más amenazados.

En un entorno intimista, como todo el acuario, esta exposición muestra la naturaleza desde una perspectiva diferente, en un entorno único donde los bosques tropicales y el arte se combinan magistralmente para crear un mundo de sensaciones y emociones, potenciadas por la música del compositor portugués Rodrigo Leão. Se trata de una visita contemplativa y relajante. Takashi Amano, fotógrafo de paisajes, introdujo técnicas de jardinería japonesas y el concepto de wabi sabi en el diseño de acuarios plantados, y colocó hoja por hoja. Para inspirarse viajó por los bosques del mundo, capturando la armonía de la naturaleza lo que le convirtió en el maestro internacional de acuarios de agua dulce con sus acuarios plantados, conocidos como "acuarios naturales".

Las cifras muestran la espectacularidad de esta exposición, en la que se pueden observar más de 10.000 peces tropicales de agua dulce de 40 especies diferentes, 46 especias de plantas acuáticas, 12 toneladas de arena, 25 toneladas de roca volcánica y 78 troncos de árboles.

Un lugar para concienciar al visitante

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Tres cuartas parte del planeta están cubiertas por agua, los océanos representan más del 70% de la superficie de la Tierra y albergan el 95% de toda el agua del planeta. Produce entre el 70 y 80% del oxígeno que respiramos, absorve entre el 30 y 50% de las emisiones de dióxido de carbono, y es la mayor fuerte de proteínas del mundo. La pesca es el medio de vida del 12% de la población mundial. Sólo conocemos el 5% del océano y nos queda mucho por descubrir.

En este impresionante acuario de Lisboa también se recuerda que los océanos son vitales para nuestro planeta y que tenemos la obligación de cuidarlos por el bien de todos. Hay un apartado dedicado a los peligros que supone el plástico para la fauna marina y la calidad del agua. Los plásticos representan el 95% de los residuos en mar abierto, en los fondos marinos y en las playas. El 80% de la contaminación de los océanos está causada por los seres humanos. En la sección dedicada a sensibilizar a los visitantes, se nos recuerda que en los últimos 50 años, la producción de pesca ha subido de 20 millones de toneladas a unos 205 millones cada año. También hay una cronología de las catástrofes provocadas por accidentes náuticos y datos sobre el impacto de los plásticos en los océanos.

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Foto: angelaGonzaloM


El oceanario lisboeta es una de las visitas obligadas a la capital lusa, imprescindible si se viaja con niños, para lo que podéis dedicar unas dos horas. Ha recibido varios premios internacionales y permite aprender a conocer el mundo submarino de una manera muy atractiva. Además se encuentra en la zona más moderna de Lisboa, en el barrio del Parque de las Naciones. Un espacio lúdico con juegos para los más pequeños, rodeado de terrazas, el río Tajo, los edificios de que se construyeron para la Expo'98 y un teleférico. Está abierto todos los días del año, aunque tiene diferente horario en invierno y verano. La entrada cuesta unos 15€ y los menores de 3 años entran gratis. Hay descuento si se visita en familia o se utiliza la Lisboa card.

Acabamos la visita con el final del poema de Sophia de Mello Breyner resonando en nuestra mente: "Al día siguiente hubo otra fiesta en el palacio del rey del mar. La niña del Mar bailó toda la noche y las ballenas, los tiburones las tortugas y todos los peces decían: "nunca vimos bailar tan bien". El rey del mar observaba todo, sentado en su trono de nácar, rodeado de caballitos, y su manto de púrpura en las aguas".

 

Medusas bailando en el Oceanário de Lisboa

 

 

@angelaGonzaloM
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Categorías: Actualidad , Ciencia , Viajes

Ángela Gonzalo del Moral    8.jun.2019 14:25    

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Viaje a Ítaca

Bio Viaje a Ítaca

Un viaje nunca se acaba. Queda grabado en el recuerdo, se vuelve a él al ver una película, al leer un libro, al escuchar unas notas musicales, al mirar una fotografía, al saborear una bebida, al disfrutar una comida o cuando el país salta a la actualidad por algún acontecimiento específico. El viajero mantiene siempre un nexo interno con el lugar que un día conoció.... y trenza un vínculo con el nuevo destino que empieza a imaginar. La visita a cualquier lugar, cercano o lejano, tiene tres fases. En la etapa de preparación se sueña, en la del viaje se disfruta lo imprevisible y a la vuelta se reinventa la aventura..... Con los cinco sentidos alerta, anhela que la experiencia sea lo más enriquecedora posible.
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