Périgueux celebra el centenario de la Félibrée
viernes 5.jul.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
La Félibrée o Felibrejada, son las fiestas populares que recuperan, durante un fin de semana, la cultura occitana en la Dordoña francesa. Este año cumplen el centenario, ya que aunque se inició en 1903, no se celebró durante las dos guerras mundiales y en los años posteriores. Cada año, estas fiestas tradicionales se organizan en un municipio diferente y en 2019, le ha tocado a Périgueux.
Desde el viernes la ciudad que acoge la Félibrée se cubre de colores -con más de 400.000 flores-, de trajes típicos occitanos y de sonidos, que trasladan a los participantes y visitantes a otras épocas, a través de instrumentos tradicionales. El viernes está dedicado a los más pequeños y el sábado se organizan actividades culturales y charlas. Pero el día más importante es el domingo, cuando la misa de la mañana se oficia en occitano, y se organizan pasacalles, bailes y el banquete o taulada.
Foto: Facebook culture dordogne
La jornada del domingo comienza con tres desfiles en los que participan 25 grupos, que salen de lugares diferentes para unirse en la place la Clautre. Luego todos asisten a la misa, este año concelebrada en la catedral de Saint Front, acompañada de música tradicional, para seguir a continuación con todo tipo de celebraciones en las calles de la ciudad, y acudir al banquete tradicional la Taulada. Es una comida al aire libre en la que se degusta el Tourain blanchi (sopa de ajo), rotí de cerdo y alubias con corteza, ensalada y de postre queso con trufas, y fresas del Perigord. La jornada finaliza con conciertos al aire libre de grupos de música tradicional y contemporánea en las plazas del Clautre, du Coderc y de Saint-Louis. Todo acaba con la proclamación del municipio que acogerá la fiesta el año que viene y un baile tradicional, en este caso a cargo de los Zinzonaires y Anem Trio, en la place la Clautre.
La catedral de san Frontis, de estilo románico y bizantino, se diseñó con planos de la Basílica de San Marcos, y a su vez sirvió de modelo para la iglesia del Sacre Coeur de Montmartre. Incluida en los caminos de Santiago en Francia, San Frontis -del que se dice que fue discípulo de San Pedro-, fue el encargado de evangelizar el Périgord. La tradición asegura que sus reliquias se veneraron en la catedral, pero más tarde fueron lanzadas por los hugonotes al río Dordoña.
Cien años recuperando antiguas tradiciones
Centro floral Foto Lo Bornat dau Perigòrd
Como si de unos flautistas de Hamelín se tratara, los sonidos que surgen de los instrumentos tradicionales, especialmente el acordeón y una especie de gaitas, envuelven a Périgueux en una época pasada, cuando esa zona de Francia era considerada el país de Óc. Las notas movilizan a los participantes, moviendo sus pies para participar en bailes, valses, polkas y danzas colectivas.
Los grupos Brass Office y Peiraguda, que lleva más de 40 años activo, han preparado un espectáculo especial para esta conmemoración histórica, mezclando canciones occitanas y folk polifónico acompañados de una fanfarria.
La Occitania de ayer y la actual se fusionan en la fiesta de la Félibrée, donde anualmente participan decenas de miles de personas. Los trajes tradicionales, ellas con sus calzones de rodillas y delantales, y ellos con sus sombreros y pantalones negros, toman el municipio para recordar sus raíces. Los colores de las calles, adornadas con decenas de miles de flores, muestran la diversidad de esta cultura compartida y de intercambio.
Se recuperan aperos de labranza, las ventanas se decoran con objetos de antaño, se organizan mercadillos populares, con productos autóctonos de la tierra, o realizados por artesanos y los más pequeños participan de esta celebración, descubriendo las tradiciones de sus antepasados. El sábado el grupo del Conservatorio de música y los italianos Lou Dalfin, que canta en occitano utilizando instrumentos acústicos tradicionales y otros más modernos, animarán a los asistentes.
Trovadores, la influencia cultural medieval
Muerte de Jaufré Rudel_Biblioteca Nacional de Francia
Occitania ocupó una gran parte del suroeste de Europa, en zonas como el mediodía francés, el valle de Arán, el Principado de Mónaco y una parte del Piamonte italiano. Fue uno de los centros más importantes de la cultura entre los siglos IX al XIII, su momento de mayor esplendor, y una de las primeras lenguas que sustituyó al latín en documentos, piezas teatrales y gramáticas. Considerada una cultura refinada dio lugar a la literatura trovadoresca que se extendió por Europa Occidental e influyó en idiomas próximos como el catalán, el Reino de Navarra o los condados franceses de Tolosa, Foix y Provenza. Fue siempre una unidad cultural y lingüística, pero nunca llegó a ser una unidad política.
El centenario de la Félibrée dedica un espacio ha recordar el papel de los trovadores en el desarrollo cultural de la lengua de Oc. Por eso se ha organizado un huerto y unos jardines del trovador, que permitirán a los asistentes descubrir el importante papel cultural que tuvieron estos poetas líricos en la transmisión de la cultura. Con sus cantos y recitales extendían el idioma occitano, en las cortes del sur de Europa e influyeron en las del norte del continente. Algunos estudios señalan que hubo unos 450 trovadores.
Guillermo de Poitiers, duque de Aquitania, está considerado el primer trovador en lengua provenzal. Sus poemas tratan sobre las relaciones con las mujeres, de burlas sentimentales y de proezas sexuales, siendo uno de los precursores del amor cortés y del estilo trovadoresco. Otro noble que estableció las reglas que siguieron estos poetas y músicos fue Jaufré Rudel de Blaye, nacido cerca de Burdeos. Escribió sobre el amor imposible, sin esperanza, que tanto ha influido en literatos posteriores y que ha marcado parte de nuestro acervo sentimental europeo. Una de las normas de estos trovadores medievales era que no debían mencionar el nombre de la dama.
El jardín tenía una simbología especial para estos poetas-músicos. En el universo de sus poemas, allí era donde les esperaba su amada y donde esperaban ser recibidos por ella.El jardín era una palabra de origen francés y germánico, poco utilizada, porque ellos perferían hablar del vergel o huerto, (òrt en occitano medieval), porque envolvía los valores tradicionales del mundo rural y del trabajo, mientras el jardín resaltaba los valores de la vida cortesana.
Estos hombres del siglo XII tenían una relación especial con la naturaleza, los animales, las estaciones del año. Era el lugar secreto donde los amantes se encontraban y tenía una connotación erótica tanto en los poemas como en las canciones. Ellos elevaron la palabra "Amor" a la categoría de emblema. Su visión y su relación con el amor idílico ha permanecido hasta nuestros días.
Périgeux, una ciudad en fiestas
© Office de Tourisme de Commerce et d'Artisanat
A lo largo del año, Périgeux celebra varias fiestas, casi siempre multitudinarias, pero es en verano, cuando la ciudad desborda su actividad cultural, principalmente en las calles. Los miércoles de julio y agosto se celebran las noches golosas (les nuits gourmandes), con mercados de artesanos y grupos de animación. Ese mes, el Festival del mimo, el segundo más importante después de Londres, llena durante una semana, las calles de animadores y visitantes.
En agosto organizan la jornada medieval con el castillo de Barrière, del siglo XII de fondo. A finales de agosto el Festival de música barroca aglutina más de 20 conciertos, con los mejores grupos de ese movimiento musical. En septiembre el Peri'Meuh, homenajea durante 3 días a los trabajadores del campo con un campo de trigo reconstruido en la calle y unas 200 cabezas de ganado en julio.
Si buscáis más información para visitar la zona este es el link al departamento de turismo de Dordoña-Périgord
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