Dordoña y los castillos medievales del Périgord negro
lunes 15.jul.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Nos trasladamos al salón principal del castillo de Beynac, convertido más tarde en sala de los Estados de Perigord. El siglo XII es un momento de paz entre ingleses y franceses en la región de Aquitania. Escuchamos las poesías de los trovadores..... tienen a todos los invitados envelesados mientras recitan poemas de amor cortesano. Claude Sicre, les llama las estrellas del rock del medievo. Los juglares, una especie de teloneros actuales, las divulgaban por los pueblos y popularizaban las letras. Quizá en esta sala Ricardo Corazón de León, recitó alguno de sus poemas. Era un gran trovador y escribía en occitano, la lengua de aquella época.
Como todos los castillos medievales Beynac tiene una función defensiva y garantiza un espacio seguro, ya que fuera del pueblo la inseguridad en los caminos era un peligro constante. A esta atalaya difícil de conquistar subía toda la gente del pueblo cuando se avecinaba un ataque. Tenían un tesoro: agua subterránea para soportar largos asedios. Se levantó en 1115 sobre una roca que domina el río Dordoña, y destaca su torre del homenaje del siglo XII, la cocina del XIII, el torreón del XIV, los 200 metros cuadrados de la sala de los estados, del siglo XV, o la escalera renacentista del XVI.
Siguiendo los pasos de Simon de Monfort, a través de sus paredes, descubrimos cinco siglos de historia de Francia, y todavía resuenan las espadas, mazas y ballestas, las cotas de mallas de los nobles y los cascos de sus caballos, en las batallas de la Guerra de los Cien años que enfrentó a franceses e ingleses durante más de un siglo. Ya sabéis que siempre hay que poner un poco de imaginación en los viajes.
Fue el símbolo de poder feudal del barón de Beynac, que dominaba uno de los meandros del Dordoña, el río que puede verse a los pies de esta fortaleza encaramada a la montaña. Salimos al exterior y quedamos abrumados ante la imponente torre del homenaje, el donjon en francés. Frente a nosotros, el castillo de estilo inglés de Castelnaud, y a la izquierda, al este, el de Marqueyssac. Claro, no es difícil ver tantas fortificaciones, porque en el departamento o provincia de Dordoña-Périgord hay unos mil castillos.
Desde esta fortaleza, los Beynac controlaron el comercio (y cobraban por ello), también vigilaron a sus enemigos más cercanos y los que pudieran llegar por el estuario del Gironda. Le llaman el valle de los cinco castillos. Ahora en el río se navega en kayac o canoa y en unas réplicas de las gabarras antiguas, unas embarcaciones alargadas y de fondo plana, que transportaban a los puertos del Atlántico, los productos de la zona, especialmente vino destinado al mercado inglés.
Castillos del Périgord negro
Estamos a una hora de Burdeos, a pocos kilómetros de las cuevas prehistóricas de Lascaux, -la hermana de Altamira- y de los pueblos trogloditas, de extensos jardines y de cinco ríos. Eso da una idea de la riqueza agrícola de la zona, donde se producen fresas, nueces, vino, trufas, y sobre todo foie.
En el río Dordoña, a lo largo de sus casi 400 kilómetros hay unos 365 castillos, sí, para visitar uno cada día -aunque no todos están abiertos al público. En Francia es común que los castillos sean privados, si abren al público reciben una ayuda estatal y se cofinancian con los precios de las entradas y de las actividades culturales que organizan.
El de Beynac es privado y está abierto al público, lo visitan unas 100.000 personas cada año, aunque el castillo de Marqueyssac recibe el doble. Sus jardines suspendidos, con más de 150.000 plantas de boj, tienen una extensión de 15 hectáreas y 6 kilómetros de caminos. En su interior se puede comer de picnic, ascender por una vía ferrata o jugar con las múltiples actividades lúdicas pensadas para los pequeños turistas. Se puede visitar la pajarera, las dos cascadas, el pabellón de la naturaleza, el torneado de madera, unas cabañas o descubrir las esculturas esparcidas por el recinto o las dos parejas de pavos reales que se pasean por el parque. Por cierto, para ocasiones complicadas, tienen un vehículo que permite regresar por la gran Alameda.
Sus ondulados boj nos adentran en un laberinto, el paseo de las alturas nos eleva a la zona más alta del parque, la gran alameda nos traslada hasta el refugio del poeta. Apodado el mirador de la Dordoña, desde la terraza observamos delante de nosotros, la pared vertical del castillo de Beynac y sus casas encaramadas sobre el río, y caminando por su belvedere, un mirador junto al acantilado, tenemos el río a unos 130 metros bajo nuestros pies. Delante de nosotros las fortalezas de Castelnaud -que pertenece a los mismos propietarios y se puede visitar con un pase especial- y Fayrac.
Marqueyssac es una residencia de recreo de principios del siglo XIX, aunque originariamente el castillo es del XVII (1692). A finales de ese siglo lo compró Bertrand Vernet de Marqueyssac. Todos los jueves de julio y agosto, los caminos de los jardines se iluminan con 2.000 luces para ofrecer al visitante un paseo nocturno con animaciones musicales, espectáculos y talleres para los niños. No es de extrañar que la guía verde Michelin, le concediera 3 estrellas. Los precios son 9€ para los adultos y 5€ para mayores de 10 años, los menores entran gratis. Es aconsejable sacar las entradas en línea.
Sarlat, la joya de la corona
Además de fortalezas y castillos, la zona cuenta con 10 de los pueblos más bonitos de Francia. Uno de ellos es Sarlat, la capital del Périgord negro. Le llaman así porque está cubierto de frondosos bosques.
Es la ciudad europea que tiene más edificios catalogados como artísticos por su calidad arquitectónica y ha sido catalogada con 3 estrellas en la guía Michelin, convirtiéndola en una de las ciudades más bellas de Europa. Este patrimonio excepcional nos permite descubrir decenas de edificios en sus callejones medievales, que se abren en plazas, se retuercen para bordear mansiones góticas y palacetes renacentistas, como los de Plamon, Magnanat y Vassal. Casas de los siglos XVI y XVII, con sus torres cuadradas o redondas, acabadas en tejados de piedra de pizarra , denominada lauze y muy típica en la región.
Sarlat mantiene su espléndida arquitectura, porque sirvió como operación piloto para el desarrollo de los criterios de restauración histórica dictada por el ministro André Malraux, en 1962, que ayudó a salvaguardar el patrimonio histórico del país. El centro de la ciudad medieval tiene 65 monumentos y edificios protegidos. Además como la mayoría de las viviendas históricas no pertenecían a nobles, sino a comerciantes, la Revolución francesa respetó estas propiedades.
Un atractivo que no ha pasado inadvertido a los directores de cine. El primero en descubrir las posiblidades de la villa fue Alberto Cavalcanti, que rodó en 1928, Le capitaine fracasse. Desde entonces se ha convertido en un plató cinematográfico para casi 40 películas. La más conocida es Jeanne d'Arc, que rodó Luc Besson en 1998, escenario que compartió con el castillo de Beynac.
Seguimos nuestro camino por la Edad Media. Entramos en la ciudad por su sobria catedral de Saint Sacerdos, para encontrar sus cimientos en una antigua abadía benedictina de origen carolingio. En el siglo IX formó parte de los grandes monasterios de Périgord y en el XIII la ciudad alcanzó su máximo apogeo. Durante la Guerra de los Cien Años fue defendida por los señores de Beynac y Castelnaud. Su riqueza estaba en el interior, en el subsuelo: sus fuentes de agua le permitieron sobrellevar largos asedios. La monumental fuente de Santa María continúa actualmente siendo una muestra de ello. Llegó a ser inglesa aunque tras una década de sumisión pasó de nuevo a Francia. El edificio actual es del siglo XVI.
Junto a la catedral encontramos la torre del campanario y el antiguo palacio episcopal, bordeando sus muros nos encontramos un conjunto que conforma el antiguo cementerio medieval, con el jardín de Enfeus y la extraña forma cilíndrica acabada en un cono de color negro: la linterna de los muertos. De 10 metros de altura, se cree que podría ser una capilla funeraria construida por algún personaje que había visitado Tierra Santa. Una especie de faro que guiaba a las almas por el camino correcto hacia el más allá. También se utilizaba para guiar a los caminantes en el más acá.
La antigua Capilla de los Penitentes blancos, una iglesia del siglo XVII perteneciente a la orden de los agustinos recoletos, ha sido rehabilitada recientemente y convertida en un centro cultural . También es de esa época el Présidial, el antiguo tribunal de justicia del Antiguo Regimen, reconvertido actualmente en un agradable restaurante.
La plaza más visitada es la de las ocas, donde se homenajea a este animal venerado por sus preciados patés. Era el antiguo mercado de ocas y junto a las tres estatuas está la casa de los cónsules, el palacete de Salves de Plamon y el Manoir de Gisson, un hotel particular que se puede visitar. Es la casa de una familia perteneciente a la nobleza Sarladaise del siglo XVII, un ejemplo arquitectónico del poder de estas familias, que unían dos casas a través de una torre, en este caso hexagonal. La familia Gisson, compuesta por abogados, caballeros y concejales de la Real Orden, habitaban las 15 habitaciones de la casa, y se puede ver su rica decoración con magníficos muebles y suelos de maderas preciosas, aunque no se mantienen los originales. En el sótano, una exposición sobre la moda de finales del renacimiento.
En Sarlat todo es gratis, excepto el ascensor y este museo. La plaza principal es la de la Libertad, el auténtico corazón renacentista de la ciudad y donde se encuentra el ayuntamiento rodeado de terrazas con vistas al campanario de la ciudad y el mercado de Santa María.
La paz que vivió la zona entre la guerra de los Cien Años y las guerras de religión, permitieron desarrollar la economía de la ciudad, lo que quedó patente con la construcción de palacetes edificados entre los siglos XV y XVI, entre los que destaca la Boétie y el Hotel de Vienne. En el corazón de la ciudad vieja está la Mansión de la Boëtie, un palacio particular, que perteneció a la familia adinerada del escritor Etienne de la Boétie. Era un escritor, para muchos precursor del anarquismo, que escribió, sin ningún éxito, el Discurso sobre la servidumbre voluntaria donde cuestiona la legitimidad de cualquier autoridad. Fue su amigo Michel de Montaigne, quien consiguió que se le reconociera, al publicar el libro de este joven narrador. Actualmente su vivienda es una de las más atractivas de la ciudad.
Gastronomía del Périgord en sus mercados
En una región tan rica en producción agrícola no podía faltar el mercado al aire libre, toda una institución en la ciudad, que se adueña de sus calles más céntricas los sábados por la mañana. Descubriréis todas las riquezas gastronómicas del Perigord negro, sus sabores y colores. Los jueves por la tarde abre el mercado nocturno bio y los miércoles de invierno, en la plaza del ayuntamiento el mercado al por mayor de la trufa, el denominado diamante negro del Périgord. De diciembre a enero, los sábados hay mercado de trufas en una calle cercana al ayuntamiento. Si no estáis en días de mercado podéis acercaros a Rougie, gestionado por esta familia desde 1977 con varios premios internacionales y reconocido por los mejores chefs del mundo. Reinventan cada día el foie, con importantes y curiosas innovaciones.
Por último, en la antigua iglesia de Santa María, del siglo XII, además del pequeño mercado cubierto -que abre todos los días- encontraréis el sorprendente ascensor panorámico que asciende por el viejo campanario en un elevador con vistas a todo el casco antiguo. El edificio, del que destaca también una puerta con dos hojas de acero de 15 metros de altura, fue rehabilitado en 2001 por el prestigioso arquitecto Jean Nouvel. El ascensor solo funciona hasta el mediodía y hay que reservar espacio, es una especie de caja de cristal que cuando llega a la parte alta, no abre sus puertas y el visitante queda encerrado, eso sí, con una panorámica de 360º sobre la ciudad y los alrededores.
Sarlat cambia totalmente al atardecer, cuando el sol le confiere un ambiente mágico, anaranjado, como si el propio astro se quedara atraído por la belleza del lugar. Si buscáis más información para visitar la zona este es el link al departamento de turismo de Dordoña-Périgord
Otras noticias relacionadas
- Périgeux celebra el centenario de la Félibrée
- La cultura occitana reivindica su papel histórico
- Occitania reivindica su histórica cultura (podcast)
@angelaGonzaloM
@Viaje_Itaca
Instagram: @Audioguíasturísticas