La innovación en el ADN de la centenaria KLM
jueves 10.oct.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
La compañía aérea, una de las más antiguas del mundo, está de celebración. Cien años, desde que realizó su primer vuelo entre Amsterdam y Londres. Antes ya se realizaba algún otro vuelo entre el continente y el Reino Unido, pero ellos han permanecido todo este tiempo con el mismo nombre, compartiendo los hitos de la historia de la aviación del último siglo. Como compañía,recuerdan su primer vuelo a Nueva York, o cuando iniciaron los vuelos a Asia, con Indonesia como primer destino de ese continente. Luego llegaría África y actualmente tiene conexiones con todo el mundo desde su centro de conexión (hub) de Schipol.
Los responsables de KLM declaran que "somos una compañía centrada en el cliente, innovadora y eficiente, dispuesta a asumir los retos que tenemos por delante". Entre esos retos destacan la innovación y la sostenibilidad "que son imprescindibles para trabajar con todos los actores de este sector y que nos permite volar con responsabilidad", ha dicho en Madrid Elich, poco antes de partir la tarta de cumpleaños en la capital española. Y ha zarandeado al viajero recordando que "todos somos responsables y solo podremos superar los problemas si todos volamos con responsabilidad, incluidos los clientes".
Por otra parte reconocen que transportan casi el mismo número de viajeros a Barcelona y Madrid, aunque en la primera ciudad "trasladamos más turistas y a la segunda más personas relacionadas con los negocios".
Las originales casitas azules de Delft
Desde hace más de seis décadas, las casitas azules de Delft decoran ventanas, oficinas, o neveras de los coleccionistas aéreos. La aerolínea holandesa empezó a obsequiar a sus pasajeros más exclusivos con estas casitas en 1952 y actualmente son joyas de coleccionistas. En 1994, cuando la compañía celebro el 75 aniversario el número de casitas diferentes era esa cifra exacta y se ha mantenido inalterable hasta ahora. Las primeras estaban rellenas de licor o ginebra de las destilerías más tradicionales de Rynbende y Henkes y más tarde, a partir de la década de los 80 se rellenaban con bois Genever. Con los destinos a Oriente Medio se cambió el tipo de obsequio y las casitas se convirtieron en ceniceros, de manera que al colocar el cigarrillo por detrás, el humo salía por la chimenea.
En 1995, las casitas las fabricó la Royal Goedewaagen de Gouda y actualmente casi el 75% de las cerámicas de Delft se fabrican fuera de ese municipio, como consecuencia de la globalización, por lo que el nombre de Delft ya no hace mención a un municipio en concreto, sino al nombre genérico de las casitas. Actualmente las aeronaves de KLM cargan con 725.000 casitas al año, rellenas de Genever y otras 80.000 sin rellenar. Su tamaño máximo es de 5,5 cm X 10 cm.
Las casitas son miniaturas que no entran en detalles, y aunque en ediciones limitadas, representan el palacio real de Ámsterdam, la báscula de quesos de Gouda, el palacio Het Loo de Apeldoorn, el teatro carré de Amsterdam y la sala de los caballeros de La Haya. Por lo que en la actualidad son siempre réplicas de edificios de especial interés histórico y arqitectónico. Solo hay una casita que no hace referencia a ningún edificio de los Países Bajos. La número 85 es un modelo del edificio Penha, la casa más famosa de Curaçao, que forma parte de los Países Bajos. La miniatura del centenario es una réplica del palacio Huis ten Bosch en la Haya y la casa del rey Guillermo Alejandro y su familia.
KLM comprometida con los retos futuros de la aviación
Cien años en la historia de la humanidad no es nada, pero en la de la aviación significa superar momentos de intranquilidad, guerras, y la lucha por el mercado, sobre todo a partir de la aparición de las low cost. Ahora el gran reto es la eficiencia energética, la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. KLM, "mira adelante con optimismo para asumir los desafíos de la sostenibilidad y la innovación en nuestro sector", desarrolla proyectos como el prototipo del nuevo avión Flying-V, junto a la universidad de Delft en Holanda o la primera planta de biocombustible, que se abrirá en Europa en 2022, entre otros proyectos, ha comentado en Madrid, el director de Innovación Tecnológica, Paul Elich.