Málaga recuerda a Picasso medio siglo después de su muerte
jueves 13.jul.2023 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Málaga, la ciudad natal de Pablo Picasso, recuerda al gran artista cincuenta años después de su muerte. Aunque solo vivió diez años, sus calles, parques y playas se quedaron para siempre en la retina del pintor. Viajamos hasta la ciudad andaluza para buscar esos primeros años de su vida, aunque nuestra primera parada es el museo que lleva su nombre y una de sus últimas obras.
En el genio universal se han inspirado chefs y bartenders para elaborar sugerentes platos y cócteles. Nuestro recorrido pasará por su casa natal, la playa de la Malagueta, la plaza de toros y la plaza de la Merced. Lugares que marcaron los primeros años de vida del Picasso más inocente.
En el Museo Picasso de Málaga encontramos uno de los últimos cuadros que pintó Pablo Picasso un año antes de morir. Mosquetero con espada. Utiliza un trazo grueso, apresurado, tormentoso, conmovedor. Un autorretrato en el que la identidad permanece oculta, un rostro caricaturesco, lleno de abalorios, de colores y luces. Lo pintó en enero de 1972 en la costa azul francesa, que tanto le recordaba a su Málaga natal.
“Es él cercano a la muerte. Aunque admite que está cerca de la muerte, él quiere transmitir que sigue lleno de energía, lleno de vitalidad, que es lo que siempre fue él. Por eso tiene esa cara como de persona mayor. Lo está reconociendo, pero rodeado de colores y energía que es lo que realmente transmite”.
"Cuando era niño podía dibujar como Rafael, pero he invertido toda la vida en aprender a dibujar como un niño", dijo hacia el final de su vida.
Hemos viajado a Málaga, su ciudad natal, para curiosamente empezar hablando de la muerte, de la que se conmemoran 50 años. Porque, ante ese cuadro, que tanto impacta cuando lo ponemos en contexto, María Palomares nos explica que la muerte también estuvo presente a lo largo de su vida... y en su obra.
“Al principio de su vida transmite una muerte más triste que al final de sus días. Él está rodeado por la muerte como la de de su hermana Conchita que fue la primera impresión fuerte que experimento y que le llevó casi a una depresión. También supuso un gran golpe para él el suicido el suicidio de Carlos Casagemas, que es la época azul, o la muerte de toreros que eran amigos suyos. También la muerte de soldados y civiles en la Guerra Civil, como podemos ver en el Guernica”.
Picasso vivió en una Europa convulsa, a caballo de dos Guerras Mundiales y la Guerra Civil española. Su marca personal es la utilización de los colores para expresar en cada momento todo lo que vive... siempre de una forma intensa.
No queremos abandonar el museo Picasso sin volver a ver la fotografía tarjeta de presentación en la entrada de la pinacoteca malagueña. La más visitada de la ciudad. El artista, con una cierta edad, nos mira de frente, desafiante.
"En la foto está presentándose él tal y como es, no esconde nada. Se dirige al fotógrafo como diciéndole “yo soy éste que estoy delante de tuyo”. Fue un revolucionario y esa foto coincide en el tiempo un poco ya más maduro en los años 20, cuando se convierte en el guía de la vanguardia pictórica".
Gastronomía de influencia picassiana
Es uno de los genios más importantes del arte de todos los tiempos. Su influencia se puede ver en muchas especialidades artísticas, incluida la gastronómica... Por eso la ciudad en la que nació el artista en 1881, ha rebuscado para encontrar no solo exposiciones, sino también reinventar una gastronomía que esté a su altura. Vive la presencia y la huella de Picasso de múltiples formas.
El chef Pablo Molina, del restaurante Matiz, ha preparado un postre inspirándose en los colores más característicos del genio malagueño, centrándose en la época rosa del artista en París, cuando los temas destacados de su obra eran el mundo del circo, las bailarinas o los arlequines.
"Me inspiré en la época rosa de Pablo Picasso, no en París, cuando se fue allí empezó con tonos más pastel, más rosa, y esos tonos me han inspirado a mí para hacer este postre, un poquito más divertido, con estos colores tan llamativos".
El restaurante Matiz, incluido en el céntrico Hotel Molina Lario, ha preparado un menú picassiano en el que destaca este postre de un rojo intenso que va ofreciendo distintos sabores al comensal, como si estuviera descubriendo el cubismo llevado a la mesa. "Es un postre cítrico, con una capa de frambuesa muy fina y un relleno de chocolate blanco y vainilla de Madagascar, al que añadimos un brote de anís que hace como de limpiador en boca", nos explica Molina.
En la azotea del hotel Molina Lario, junto al mar y casi a la altura de las columnas de estilo corintio de La Manquita, como se llama popularmente a la catedral, el bartender Lautaro Amarilla, ha preparado un cóctel inspirándose en el artista malagueño, con el que quiere rememorar el 50 aniversario de su muerte.
Foto: angelaGonzaloM
Un cóctel con notas muy picassianas, aprovechando el gazpacho clarificado al que se añade palo cortado, un vino típico andaluz, que potencia mucho más los sabores para preparar una especie de Bloody Mary. Decora el vaso con tres colores diferentes, y saboriza con diferentes sales... Lautaro lo define como una mezcla casera de Picasso.
"A la hora de beber el cóctel hay que empezar por la parte verde que es una sal con notas de albahaca, en medio tenemos una sal negra que elaboramos con salsa perrins, que es un ingrediente imprescindible a la hora de preparar un Bloody Mary y luego la sal amarilla que le da frescura, porque está elaborada con polvo de lima. Y para rematar el cóctel le ponemos unas pequeñas gotitas de aceite de aova, es el mismo aceite que utilizamos para el menú degustación".
La Málaga de Picasso
Cuando Picasso nació, Málaga era una ciudad donde la pérdida de sus dos actividades económicas más importantes, la siderurgia y el puerto, era ya patente en todos los ámbitos de la vida social. Comenzaba el declive comercial de una ciudad que se movía entre la modernidad y la tradición.
Aquella Málaga en la que solo vivió 10 años influyó de forma definitiva en su obra, como nos explica Fernando Carmona, guía y galerista de Kriptie's.
“Con su padre paseaba por la Alameda hasta la zona de La Malagueta y la plaza de toros, junto al puerto y la farola. Ese iba a ser otro de sus entornos claves en la infancia de Picasso porque va a descubrir los códigos y el ambiente pretaurino de una corrida. También serán fundamentales y formarán parte de esa primera biografía de Picasso, las palomas, la luz, el mar, los toros, los caballos. Todo eso va a conformar un ideario realmente sensacional”.
En la Malagueta descubrió a personajes tan auténticos como los pescadores o jabegotes o los vendedores de pescado. A uno de esos cenacheros, como les llamaban en la ciudad, lo dibujó cuando ya empezaba a mostrar aptitudes, que supieron descubrir su padre y sus amigos artistas.
“Él aprende con su padre, eso es así, pero hay otros artistas como Rosales o de la Vega que van a formar parte del círculo del padre y ya descubren en los primeros dibujos de Picasso una serie de rasgos que demuestran que es absolutamente asombroso y no son propios de un niño, sino de un genio”.
“Sobre todo, hablamos de la forma de componer, de la forma de encuadrar, del estudio de la luz que realmente un niño no tiene a esa edad, Descubren que tenía unos conocimientos técnicos muy potentes”.
Casa natal de Picasso. Foto: angelaGonzaloM
Nació en el seno de una familia pequeñoburguesa, en el primer piso del número 15 de la plaza de la Merced. Se les conocía como las "Casas de Castro" y más tarde se trasladaron a vivir al número 37. Desde su balcón veía la histórica Alcazaba malagueña, y la iglesia que da nombre a una plaza que mantiene una forma similar a la que disfrutaba él. Allí jugaba de pequeño con su padre, su madre y sus hermanas.
En la actualidad hay un banco donde aparece Picasso sentado, con un cuaderno y un lápiz, para interactuar con los visitantes que llegan hasta su casa museo. La estatua sedente es del escultor Francisco López Hernández.
En su casa natal nos recibe otra fotografía donde el artista aparece sentado, con zapatillas.... absorto como si esperara al visitante o estuviera a punto de sorprenderse por nuestra presencia.
La vivienda está llena de recuerdos familiares y de obras que son un testimonio de su aprendizaje académico con su padre y de cómo influyó en muchas de las temáticas que marcarán su obra a lo largo de casi 80 años: los toros, el mediterráneo y sobre todo las palomas. Su padre, profesor de pintura, las pintaba para sus clientes.
Tanta influencia tenían estos animales en su subconsciente, que incluso la menor de sus hijos se llama Paloma, que hace poco ha reemplazado a su hermano Claude como administradora legal del patrimonio de su padre. A finales de junio moría su madre, François Gilot, la última pareja sentimental del artista.
Ella y algún nieto del pintor cuando acuden a la ciudad se acercan siempre hasta el Pimpi, un lugar histórico de tertulias y restaurante. Como nos explica la guía cultural María Palomares, en algunos de sus barriles acumulados en las paredes del local vemos estampada la firma de algunos familiares del pintor.
Una de las terrazas es conocida como el palomar de Picasso. Desde sus balcones se disfruta de unas vistas privilegiadas de la Alcazaba y el Teatro Romano y el Teatro Cervantes, sede del Festival de Málaga. En el Palomar se celebran las diferentes tertulias literarias y es un nombre muy ligado al pintor.
Además, en una parte del restaurante se encuentran los establos del Palacio de Buenavista, actual Museo Picasso de Málaga.
Picasso solo vivió sus primeros diez años de vida en la ciudad, pero le dejó una huella imborrable. Málaga tampoco quiere perderse la oportunidad de revivir aquellos primeros años que inspiraron a uno de los genios universales del arte. Una excelente simbiosis.
@angelaGonzaloM
@Viaje_Itaca
Instagram: angelaGonzaloM
Programas RNE-R5 10.000 lugares para viajar con Ángela Gonzalo
Spotify 10.000 lugares para viajar
Ivoox: angelaGonzaloM