Arquitectura serrana en la Sierra de la Demanda en Burgos
sábado 20.ene.2024 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Desde hace días caen los primeros copos de nieve del año sobre la sierra burgalesa de la Demanda. Paisaje y pueblos se cubren de blanco esperando que cuando se deshaga este manto que ahora viste las montañas, ya en primavera, el agua corra por las laderas de la sierra y sus lagos de origen glaciar, como los de Neila vuelvan a rebosar de agua. Por algo le llaman la "Laponia burgalesa".
Descubrimos un paraje poco conocido, que guarda un tesoro de arte, historia, patrimonio, gastronomía y naturaleza: la burgalesa Sierra de la Demanda. Con sus frondosos y extensos bosques de hayas, robles, abedules y pinos, se accede por Pradoluengo, Pineda de la Sierra, Salas de los Infantes, Neila o Quintanar de la Sierra.
Hace 750 años Alfonso X el sabio creó el concejo de la Mesta que reunía a todos los pastores de Castilla y León. concediéndoles privilegios y derechos de paso y pastoreo. Fue cabeza de la Cañada Real Segoviana, una de las Cañadas Reales y tuvo un papel determinante en el Concejo, uno de los gremios ganaderos más importantes de la Edad Media en Europa.
De la riqueza que aportó a algunos de estos municipios da clara muestra Pineda de la Sierra. Situada a los pies de Pico Mencilla, una montaña de origen glaciar, es fácil alcanzar la estación de esquí del Valle de Sol y lo atraviesa el río Arlanzón, el más importante de la provincia de Burgos.
Pineda es uno de los pueblos más ricos de esta sierra fronteriza de Burgos, La Rioja y Soria con sus grandiosas casonas, muchas de ellas convertidas en casas rurales, lo que permite al visitante, sentir cómo es la grandeza de estas edificaciones desde el interior. Una buena ocasión para imaginar cómo vivían sus antepasados, aunque con menos servicios de los que encontramos actualmente.
Además de sus casonas, su espléndida plaza mayor, el puente y la iglesia románica de San Esteban Protomártir, con su galería porticada del siglo XII, son un claro ejemplo del románico serrano. Un estilo artístico que se extendió desde el cercano monasterio de Santo Domingo de Silos por toda la sierra.
Y enseñaron muy bien el arte de la construcción porque los artistas de la Sierra, sin grandes conocimientos arquitectónicos dominaron bien las técnicas. Son templos pequeños, para poblaciones pequeñas. Construidos en piedra, la mayoría son de una sola nave, muros de mampostería y sillería. La clara influencia de los monasterios destacan en sus canalillos y sus galerías porticadas, que tenían muchos usos sociales.
Las esculturas, sencillas y toscas, pero bellas, aparecen integradas en la arquitectura y son sencillas. No hay duda de que fueron realizadas con una clara finalidad didáctica y gran simbolismo, dando un aspecto de trascendentalidad al hecho de mirarlas.
Este esplendor irradiado por los municipios de la sierra permite hoy en día hallar sorprendentes obras, por sus detalles arquitectónicos que encontramos en San Millán de Lara, San Martín de Tours en Vizcaínos, de Jaramillo Quemado, la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Jaramillo de la Fuente, Riocavado o Tolbaños.
Muchas de estas iglesias reciben al visitante a la entrada del pueblo.
La iglesia de Santa Coloma de Riocavado, se cree que marcó el inicio de esta escuela arquitectónica hacia el 1114. Los artistas construyeron un testero semicircular, con arcos ciegos, columnas rematadas por capiteles ornamentados y vanos de medio punto.
Es muy probable que su primera utilización fuera también defensiva, como trata de transmitirnos su maciza torre septentrional de planta cuadrada y relieves ajedrezados en alguno de sus pisos.
Pasear por estos pueblos es respirar aires del medievo y sorprenderse por la belleza estética de algunas de estas parroquias, donde destacan las torres, austeras, rotundas, macizas, que resaltan su primitivo uso defensivo. Pasaron a ser campanarios, ofreciendo una robustez al edificio y rompiendo la horizontalidad.
Este es un viaje sosegado por estos municipios y sus iglesias parroquiales construidas entre el siglo X y XII que se mueven entre las necesidad defensivas de su origen y las espirituales que han permanecido a lo largo de los siglos.
San Esteban Protomártir de Pineda de la Sierra, es una de las grandes joyas arquitectónicas de la zona que sorprenderá a los que quieran descubrir la riqueza artística y natural de la Demanda.
El templo se construyó hacia finales del siglo XII y recuerda mucho a Santo Domingo de Silos, con una galería de seis arcos a la derecha y cinco a la izquierda, columnas dobles con capiteles vegetales, cornisa ornamentada con canelillos y amplios arcos al este y oeste del edificio.
La portada está adornada con arquivoltas y en este caso los capiteles nos muestran animales fantásticos y el ábside, de cinco paños y tres ventanas abocinadas, se conserva inalterable.
En Vizcaínos nos recibe la iglesia de San Martín de Tours con una acogedora y sencilla galería porticada. Sus canecillos y los capiteles dobles y simétricos ornamentan las columnas del pórtico y parece que los grifos, leones enfrentados, arpías y parejas de aves nos vigilen desde lo alto de las columnas.
Desde la entrada del pueblo destaca su torre de dos cuerpos y su ábside.
Cada uno de los constructores serranos lo adaptaban a los pueblos. Hay edificios de una sola nave, de tres naves, de piedra, sillería, mampostería, ábsides rectos y otros semicirculares.
En Jaramillo de la Fuente, la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, guarda una galería, de siete arcadas, está adornada con columnas pareadas y capiteles de animales fantásticos y de personajes de la realeza.
Lara de los Infantes muestra importantes alteraciones típicas de estas iglesias, que han sufrido saqueos de sus esculturas. El ábside es el único resto del templo original.
Algunos de estos templos, a pesar de su solidez no ha aguantado bien el paso de los siglos. Lo vemos en iglesias como la de la Natividad de Nuestra Señora en Lara de los Infantes, que ha sufrido varias alteraciones.
El templo primitivo fue ampliado con tres naves, doble portada y galería porticada y algunas de sus modificaciones no han soportado el paso del tiempo, aunque todavía quedan evidencias, como la arquería del muro meridional. Sólo el ábside mantiene la parte original del templo.
En cambio otros como San Martín de Tours de Vizcaínos, la de la Asunción de Jaramillo de la Fuente, Riocavado o Tolbaños, mantienen su firmeza.
En Tolbaños de Abajo está la iglesia de San Quirico y Santa Julita, madre e hijo martirizados en la época romana. El templo se levantó sobre una sola nave, pero durante la construcción acabó en dos naves, cubierta de madera y bóveda de medio cañón. Como ocurrió en otros templos de la zona, el último nivel del campanario se rehabilitó en el siglo XVIII.
San Millán de Lara parece querer mostrarnos la belleza de sus grandes artistas de gran calidad técnica que le dieron la grandeza que disfrutó desde el siglo XII.
Fue construida por dos escuelas diferentes: la de la Sierra, que se puede observar en su cabecera central y portada sur y la del taller de Silos, en la portada occidental.
La burgalesa sierra de la Demanda se antoja un diamante en bruto del turismo interior y de la España más desconocida. Además, otro día nos adentramos por sus parajes naturales, tan atractivos como su arquitectura serrana y su gastronomía.
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