Rutas de turismo cinematográfico en España
Juego de Tronos en San Juan de Gaztelugatxe, Vizcaya Foto Spain Film Commission
A unas horas de la entrega de los Goyas, los premios más importantes de la cinematografía española, presentamos varias rutas de turismo cinematográfico en España. Uno de los apartados más importantes de la película es la localización. Los directores de fotografía son en muchas ocasiones los encargados de buscar ese lugar que mejor recoge la luz que necesita la película, el entorno que va a envolver al espectador, que le va a llevar a sentirse como protagonista de lo que suceda en el film. Desde hace años, y sin haber viajado a la ciudad, cualquiera reconoce Nueva York, Londres, París o el Great Valley estadounidense. Las películas las convirtieron en lugares comunes.
Irlanda o Nueva Zelanda, se han ganado un lugar entre las localizaciones más escogidas por los directores para rodar sus películas y series. Sus brumas, sus árboles entrelazados o sus cataratas y la seguridad que ofrecen para un rodaje, las han puesto en las retinas de millones de espectadores. Muchos de ellos quieren conocer esos lugares, fotografiarse en donde ocurrieron los hechos que se narran, un desamor, un reencuentro, un misterio resuelto, o una batalla ganada. Es el turismo cinematográfico y en 2018 unos 80 millones de personas (no es fácil contabilizarlo), realizaron un viaje a algún lugar donde se rodó una película, una serie o un anuncio publicitario.
España, aunque con un poco de retraso, apuesta a fondo por el denominado turismo de pantalla, que recoge películas, series y publicidad. Son numerosas las rutas que recorren nuestra geografía. La magia del cine puede transformar un paisaje español, mediterráneo o atlántico en un planeta lejano, el salvaje oeste o la estepa siberiana. Un país que ofrece a los directores nacionales e internacionales ciudades y monumentos, historia y tradiciones. Un plató para grandes o pequeñas producciones.
Rodaje de Juego de Tronos en los Reales Alcázares de Sevilla. Foto: Andalucia Film Commission
El desierto de Tabernas en Almeria fue el lugar elegido por los spaguetti western. Allí se rodaron Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio o El Bueno, el Feo y el Malo. Desde hace años, esos escenarios se han convertido en un atractivo turístico donde los amantes de este cine pueden pasear por decorados y pueblos del oeste o participar en alguna representación.
En el Cabo de Gata, Steven Spielberg trajo a Sean Connery en Indiana Jones y la última cruzada (cuando espanta unas gaviotas con un paraguas para derribar un avión alemán). En Sevilla, escenario de múltiples películas, también se rodó el segundo capítulo de La Guerra de las Galaxias, "El ataque de los clones", La Plaza España es el planeta Naboo, y más en concreto el palacio de la reina Amidala. James Bond, también estuvo en Bilbao y Cádiz. El la capital vizcaína el museo Guggenheim sirvió para el rodaje de El mundo nunca es suficiente, mientras las calles gaditanas acogieron en sus calles al célebre espía británico en Muere otro día. No lo pasó nada bien Nicole Kidman en el Palacio de Hornillos, en la población cántabra de Las Fraguas, donde se rodó Los Otros. Ridley Scott escogió Almería y Fuerteventura para como escenario de Exodus.
En Muros de Nalón, un concejo del Principado de Asturias, se rodaron algunas películas míticas del cine español como José, en 1925, dirigida por Manuel Noriega. Un año más tarde llegó Bajo las nieblas de Asturias y en 1947 se rodaron Trece onzas de oro y Bajo el cielo de Asturias. Ana Mariscal escogió sus paisajes para el film Con la vida hicieron fuego y Ramón Tito Fernandez, El Cristo del Océano. Más tarde llegarían Mar Brava y la oscarizada Volver a empezar de José Luis Garci.
A través de paneles interpretativos, ubicados en enclaves estratégicos del municipio, el viajero puede recorrer las tramas y personajes de las películas, visualizar algunas escenas rodadas en esos lugares y adentrarse en la historia de los rodajes, en los que participaron muchos vecinos de Muros de Nalón, que pueden explicar al visitante como se rodaron las películas o que recuerdan de aquella experiencia única e imborrable.
Valladolid es una ciudad estrechamente relacionada con el cine. No solo tiene la primera cátedra de Historia y Estética de la Cinematografía, que se instauró en 1962, sino que durante una semana de septiembre, celebra la Seminci, uno de las muestras del séptimo arte más importantes de España. En sus calles se han grabado programas de televisión, videoclips musicales, largometrajes, documentales, publicidad y cortometrajes, muchos de ellos de producción nacional, pero también alemanes, británicos, japoneses o indios.
Para promocionar la ciudad entre los cineastas, está la Valladolid Film Office, que ofrece servicios de información, asesoramiento y gestión a las compañías del sector audiovisual. El objetivo es facilitar todo para que las empresas y profesionales de cine, televisión y publicidad encuentren el lugar adecuado para rodar su proyecto en la capital vallisoletana.
Esta ciudad que vibra con el séptimo arte, ha organizado rutas teatralizadas que recorren lugares emblemáticos donde se rodaron escenas de Doctor Zhivago o Mr. Arkadin de Orson Welles. En el concejo de Llanes, se concentran unas 25 localizaciones de largometrajes, series y cortos. Llanes de cine, permite recorrer los escenarios de series como La señora, Los jinetes del alba o Una gloria nacional, y películas como Remando al viento de Gonzalo Suárez. El director rodó en 8 ocasiones en la zona y José Luis Garci, escogió este lugar para El abuelo, Historia de un beso o You're the one, mientras que Bayona rodó El orfanato, Gutiérrez Aragón El corazón del bosque y Julio Suárez Estirpe de tritones. También se han rodado La balsa de piedra o Pasiones rotas.
Decenas de castillos diseminados por la geografía española han servido de escenarios para películas y series históricas. El Castillo de Manzanares el Real, el de Belmonte en Cuenca, el de Peñíscola en Castellón vieron pasar a Charlton Heston y Sofía Loren en El Cid. Loarre en Huesca fue la localización de El reino de los cielos, de Ridley Scott.
Son pueblos y ciudades que han encontrado un filón turístico en el cine, y que obtienen un beneficio económico antes, durante y después de la grabación. Para aprovechar estas posibilidades se organizan rutas turísticas, que en muchos casos dan a trabajo a figurantes que han participado en los rodajes. Ellos pueden explicar en primera persona, cual fue el lugar elegido, donde se ponía la cámara, el itinerario que recorrían los actores, el lugar emblemático en la película. Por eso preparan rutas que destacan esos puntos originales. En Castilla-La Mancha, está la ruta de Pedro Almodóvar o la de Volver, que recorre los escenarios de la película. En Andalucía, entre los paquetes turísticos, hay uno basado en El camino de los ingleses, dirigido por Antonio Banderas.
En Barcelona y Madrid, se pueden recorrer calles en las que se han grabado varias películas. La adaptación cinematográfica de El Perfume, se rodó en el barrio gótico, el pueblo español, el Laberinto de Horta o la Plaza Real. En Madrid, el Paseo del Prado, el Círculo de Bellas Artes, la Gran Vía o la Plaza Mayor han sido escenarios de películas internacionales como La Lista o The Bourne Ultimatum. Los alrededores de Soria se convirtieron en la estapa rusa con Doctor Zhivago y Orson Welles filmó Campanadas a Medianoche en Calatañazor. Peñíscola tiene una ruta siguiendo los escenarios de Calabuch (1956), El Cid (1961), París Tombuctú (1999), Chiringuito de Pepe (2014) o Juegos de Tronos (2015). En las marismas del Guadalquivir, se pueden revivir algunas secuencias de La Isla Mínima, como el embarcadero donde vive el barquero, rodada en Puebla del Río. La Isla Mayor, que fue el escenario de los arrozales o Vetaherrado, convertido en el campamento donde discurre la persecución nocturna y el poblado de Cotemsa, donde se celebra la feria.
James Bond, Indiana Jones, Anakin Skywalker, Lawrence de Arabia, El Feo, el Bueno y el Malo, son personajes que han rodado algunas de sus aventuras en España.
El turismo de pantalla, tiene que ver con los sentimientos del viajero, que quiere revivir lo que vio en la pantalla de cine o en su casa, o porque es fan de un actor o actriz y sigue sus pasos, como los amantes de la música piden el autógrafo de sus cantantes favoritos. Estos recorridos de películas permiten al turista descubrir los lugares de rodajes, pero también revivirlos si vuelve a revisar su película o serie favorita. Y a los pueblos que acogieron la película, les aporta ingresos extras.