8 destinos para cerrar el año 2024
1. Lovaina, dónde se encuentran la Universidad y el arte
En la Lovaina de principios del siglo XV, Dieric Bouts, un joven pintor flamenco, llegó a una ciudad en pleno auge, marcada por la construcción de importantes edificios como el ayuntamiento y la Universidad Católica.
Pese a que se sabe poco de su vida, Bouts dejó una profunda huella en la ciudad, pintando lo que se esperaba de él con gran habilidad. Uno de sus legados más destacados es el tríptico de la Última Cena, encargado por los Hermanos del Santo Sacramento para la iglesia de San Pedro, una obra que sigue allí más de 500 años después.
Lovaina, aunque afectada por las guerras y la peste en siglos anteriores, renació con una fiebre constructora y cultural.
La universidad jugó un papel clave en este renacer, siendo una de las más antiguas y grandes de Europa. Bouts, a menudo comparado con otros grandes artistas flamencos como Jan van Eyck, no solo fue un referente en el arte religioso, sino también un testigo del dinamismo de la ciudad.
En la actualidad, Lovaina conserva su patrimonio arquitectónico, con lugares como el ayuntamiento gótico y la iglesia de San Pedro, mientras que la memoria de Bouts persiste en cada rincón, testigo de una era de transformación artística y cultural.
2. Siguiendo el proceso del café en Honduras, Nicaragua y El Salvador
La ruta cafetera por Honduras, Nicaragua y El Salvador no solo ofrece una experiencia sensorial a través de la degustación de cafés de calidad, sino también un profundo conocimiento del arduo trabajo detrás de cada taza degustada en una cafetería.
En Santa Rosa de Copán, en el corazón de Honduras, encontramos alrededor de 40 cafeterías que forman parte de un recorrido especial. Desde la cima de la glorieta del Parque Central, con vistas a la imponente catedral barroca de la ciudad, nos adentramos en una ruta cafetera que abarca estos tres países centroamericanos, explorando las zonas de Copán, Matagalpa y Apaneca Ilamatepec.
A lo largo de este recorrido se puede conocer todo el proceso del café, desde la semilla hasta la taza. El objetivo de la visita es enseñar a los visitantes a reconocer las diferencias entre las variedades, y cómo se elabora.
En la finca sostenible Selva Negra, en la nicaragüense Matagalpa, la sombra de los árboles y la lluvia constante proporcionan las condiciones ideales para cultivar variedades como Caturra y Bourbón.
En la salvadoreaña cordillera Apaneca-Ilamatepec, donde se encuentra la finca El Carmen Estate, famosa por su proceso de beneficio del café, un proceso que reduce considerablemente la cantidad de producto final. Se calcula que solo el 20% de la cosecha alcanza la calidad deseada para la exportación.
3. Patrimonio medieval de la sierra burgalesa de la Demanda
La Sierra de la Demanda, en la provincia de Burgos, se presenta como un lugar lleno de sorpresas para los amantes del turismo cultural y natural. El paisaje mezclado de pueblos y montañas, crea un entorno idóneo para el senderismo y la exploración. Este paraje, conocido como la "Laponia burgalesa", es famoso por su rico patrimonio histórico, donde destacan las iglesias románicas que datan de los siglos X al XII.
Pueblos como Pineda de la Sierra, Neila o Salas de los Infantes guardan joyas arquitectónicas, como la iglesia románica de San Esteban en Pineda, que data del siglo XII. Estas iglesias, construidas en piedra con galerías porticadas, capiteles ornamentados y torres defensivas, ofrecen un viaje al pasado medieval.
Además, la sierra es famosa por sus bosques de hayas, robles y pinos, que brindan un destacado ambiente natural, mientras que las estaciones de esquí, como el Valle de Sol, atraen a los visitantes durante el invierno.
La Sierra de la Demanda sigue siendo un destino poco conocido pero fascinante, donde se combinan historia, arte, naturaleza y gastronomía, un verdadero tesoro escondido de la España más desconocida.
4. Isla de Senja, un paraíso en el Círculo Polar Ártico
La isla de Senja, situada en el norte de Noruega, es un destino para los amantes de la naturaleza, la aventura y la tranquilidad. Es la segunda isla más grande de Noruega y se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico, lo que le otorga un aire misterioso y majestuoso. Una de las propuestas turísticas es la pesca deportiva del bacalao en las aguas gélidas cercanas a la costa.
Senja es famosa por sus montañas escarpadas que se sumergen directamente en el mar, sus valles profundos, y sus playas de arena blanca. La isla es un paraíso para los excursionistas, con una gran variedad de rutas que van desde caminatas fáciles hasta ascensos más desafiantes, como el emblemático Sendero de la Cumbre del Monte Segla.
Esta montaña es una de las más fotografiadas de Noruega, con una forma piramidal que se eleva a más de 600 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo vistas espectaculares del océano y las islas vecinas.
Uno de los mayores atractivos de Senja es su clima, que, aunque frío, permite disfrutar de fenómenos naturales como la aurora boreal en invierno y el sol de medianoche en verano.
Durante estos meses, el sol nunca se pone completamente, brindando días interminables perfectos para explorar la isla.
La vida local en Senja está marcada por su tranquila atmósfera, con pequeños pueblos pesqueros que conservan la tradición y la cultura nórdica.
Además, su gastronomía, basada en productos locales frescos como el pescado, las bayas y las carnes de caza, es otro de los encantos que atrae a los viajeros.
Senja, aún un destino relativamente desconocido, ofrece una experiencia única para quienes buscan explorar los rincones más vírgenes de Noruega.
5. Encanto modernista de Pedras Salgadas y sus manantiales de agua con gas natural
Pedras Salgadas, un rincón del municipio de Bornes de Aguiar, ofrece una experiencia que une historia, naturaleza y bienestar. Famosa por sus manantiales de agua mineral con gas natural, la localidad se encuentra en una de las mayores concentraciones de fuentes termales de Europa.
Desde 1871, sus aguas, filtradas durante miles de años a través de capas de granito, son conocidas por sus propiedades medicinales, especialmente para problemas gastrointestinales.
El parque natural de Pedras Salgadas, con su arquitectura modernista, evoca una época dorada a principios del siglo XX, cuando el balneario se convirtió en uno de los más prestigiosos de la Península Ibérica.
Atraía a aristócratas y figuras de renombre, incluido el rey Don Carlos, que se beneficiaron de sus terapias para diversas afecciones. En la actualidad, Pedras Salgadas sigue siendo un destino de bienestar, ofreciendo modernas instalaciones como el SPA Termal, que fusiona la arquitectura tradicional portuguesa con innovaciones de lujo sostenible.
Los visitantes pueden disfrutar de tratamientos termales, masajes, saunas y una amplia variedad de actividades al aire libre, como senderismo, hípica y ciclismo.
Este destino, que conserva su esplendor histórico mientras se adapta a los tiempos modernos, es una joya para quienes buscan otro tipo de relajación y tradición.
6. La magia del tintineo de la cerámica Talavera en Puebla de Zaragoza
La Talavera de Uriarte, en Puebla de Zaragoza, es una joya de la cerámica mexicana que sigue siendo elaborada de manera artesanal, tal como se hacía en el siglo XVI. En su taller histórico, el proceso de creación de cada pieza es una sinfonía de sonidos que marcan cada etapa del trabajo. Desde el tintineo claro y desordenado cuando se abre el horno, hasta el picoteo de las plantillas durante el proceso de estarcido, cada detalle tiene su propia melodía.
Fundada en 1824, la fábrica sigue elaborando cerámica con los mismos métodos tradicionales. Los artesanos trabajan el barro a mano, ya sea utilizando moldes o el torno para las piezas más pequeñas. Tras una primera cocción, las piezas reciben una lija cuidadosa antes de ser esmaltadas y decoradas a mano con pigmentos obtenidos de minerales locales.
El famoso color azul grisáceo sobre fondo blanco, característico de la Talavera, cobra vida en el horno, donde las piezas adquieren su tonalidad vibrante.
Además de su historia, Uriarte Talavera también se ha renovado con la colaboración de artistas contemporáneos que aportan una crítica social a través de sus cerámicas. Este arte, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, continúa siendo un símbolo de identidad y creatividad, fusionando la tradición con una visión moderna.
7. Viaje sonoro por Belfast
Belfast, la vibrante capital de Irlanda del Norte, no es solo conocida por su historia y su impacto industrial, sino también por su rica tradición musical que resuena en cada rincón de la ciudad. Desde el moderno Waterfront Hall hasta los pubs más acogedores, la música está en el aire, convirtiendo a la ciudad en uno de los centros musicales más dinámicos del mundo.
La verdadera magia de Belfast se encuentra en sus calles, donde se puede escuchar todo tipo de música, desde el rock hasta el jazz y el folk, con notas de instrumentos tradicionales como la gaita y el arpa irlandesa.
La ciudad también alberga un vibrante centro de creación musical. Dolores Vischer, fundadora de Creative Tours Belfast, organiza recorridos para explorar los espacios donde músicos locales, como Van Morrison y The Clash, dejaron su huella.
Belfast ha sido reconocida por la UNESCO como Ciudad Creativa de la Música, destacando su importancia como punto de encuentro para músicos emergentes y establecidos.
La música en Belfast no solo se escucha, sino que también forma parte de la economía local, proporcionando empleo a miles de personas y generando millones en ingresos.
En los últimos años, ha surgido un gran número de artistas nuevos, como Eva Kearney, que encuentran en lugares como el Centro de Música Oh Yeah un espacio para colaborar y crecer.
La ciudad, llena de historia y creatividad, continúa siendo un referente mundial para los amantes de la música.
8. Entre faraones y dioses: Un tour por los templos más emblemáticos del Nilo
Viajar por el Nilo, el río sagrado de Egipto, es adentrarse en el corazón de una civilización que dejó un legado inmenso. Desde los templos de Abu Simbel hasta las tumbas del Valle de los Reyes, el Nilo ha sido testigo de más de 3.000 años de historia, dominada por faraones, dioses y mitologías eternas. El viaje comienza en Asuán, donde se encuentran monumentos como el templo de Filae, dedicado a la diosa Isis, y continúa hacia Luxor, la antigua Tebas, con sus imponentes templos y tumbas, incluido el templo mortuorio de Hatshepsut y los colosos de Memnon.
El recorrido por este valle fértil, que fue vital para el crecimiento y la decadencia de Egipto, permite comprender la importancia de este río, que ha sido fuente de vida para los egipcios desde el comienzo de la civilización.
A lo largo de este trayecto, los visitantes son testigos de cómo los faraones plasmaron su poder y legado en las paredes de los templos, utilizando jeroglíficos que narran batallas, historias de dioses y eventos mitológicos. Un ejemplo de esto es el templo de Ramsés II en Abu Simbel, donde sus colosales estatuas y el impresionante diseño astronómico cuentan historias de gloria y divinidad.
El viaje culmina en Luxor, un lugar lleno de templos y monumentos que reflejan la grandeza de la civilización faraónica. El Valle de los Reyes, donde reposan los faraones y nobles de Egipto, es otro de los grandes atractivos, junto a las momias perfectamente conservadas que narran historias de poder y espiritualidad.
A lo largo del río, los visitantes pueden admirar la arquitectura faraónica y la ptolomea, con templos, bajorrelieves y estatuas que aún sobreviven tras siglos de desastres naturales y saqueos. Este recorrido es un recordatorio de la perennidad del Nilo y su capacidad para seguir siendo el eje vital de Egipto.
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