El orden criminal del mundo
En Portada, el veterano programa informativo de TVE, está reponiendo a través de su página web una selección de sus grandes reportajes de los últimos años. Es una buena forma de reestrenar documentales que no se encontraban en el portal de rtve.es, aunque algunos pudieran verse en Youtube, o descargarse con la mula, grabados y colgados por espectadores. Ahora le ha tocado el turno a El orden criminal del mundo, un trabajo que pretendía cuestionar las injustas bases del sistema capitalista internacional.
Seis años atrás, cuando comenzamos su rodaje, nada hacía presagiar la proximidad de la crisis financiera más grave desde 1929, cuyas consecuencias estamos hoy sufriendo en forma de enormes retrocesos sociales. Sin embargo, ya resultaba evidente la perversión internacional del modelo económico ultraliberal, y de unas instituciones políticas sometidas a los designios de ese dios cruel, implacable, todopoderoso, que denominamos libre mercado.
Para describir al monstruo recurrimos a dos voces críticas de gran prestigio: el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el sociólogo suizo Jean Ziegler. A ellos se sumaron otras destacadas personalidades, como el dirigente campesino colombiano Héctor Mondragón; los misioneros españoles en África, José Collado y Ángel Olaran; el jurista norteamericano William Goodman; la ex-ministra de cultura de Malí, Aminata Traoré; el jurista español Baltasar Garzón; o el escritor argentino Ernesto Sábato. Sus opiniones se suman, en el intento común de examinar el orden mundial establecido bajo control de todopoderosos grupos multinacionales de capital: un sistema universal de poder, con el credo del neoliberalismo como ideología única. Un modelo extremadamente injusto, que Ziegler define como ‘mortífero y absurdo’ en el que ‘reinan, necesariamente, estructuralmente, la avidez, el deseo de poder y el cinismo más violento.’ Y que, según Galeano, ‘ha convertido al mundo en un manicomio y en un matadero.’
Las críticas de Ziegler y Galeano mantienen una descarnada vigencia, seis años después de formuladas ante las cámara de TVE. La amarga descripción que hacía Galeano sobre el deterioro social resulta profética: ‘El trabajo hoy por hoy vale menos que la basura. Impunemente, los empresarios deciden quien trabaja, quien no trabaja y cuanto se trabaja. Se trabaja cada vez más a cambio de menos. Cada vez más horas a cambio de un salario menor.’ Y Jean Ziegler describe así el doble papel de las grandes corporaciones capitalistas y de las principales instituciones económicas mundiales: ‘Los verdaderos amos del mundo son invisibles, no están sometidos a ningún control social, sindical, parlamentario, son hombres en la sombra, que detentan el gobierno del mundo. Detrás de los estados, detrás de las organizaciones internacionales, hay un gobierno oligárquico de muy poca gente, muy poca gente, pero que cuenta con una potencia, una influencia, un control social sobre la Humanidad, como jamás un Papa, ni un Emperador, ni Rey alguno han tenido a lo largo de la Historia de los hombres.’ (...) ‘El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio. Son bomberos pirómanos. Y son fundamentalmente organizaciones mercenarias de la oligarquía del capital financiero invisible, mundial.’