3 posts de marzo 2012

El orden criminal del mundo

En Portada, el veterano programa informativo de TVE, está reponiendo a través de su página web una selección de sus grandes reportajes de los últimos años. Es una buena forma de reestrenar documentales que no se encontraban en el portal de rtve.es, aunque algunos pudieran verse en Youtube, o descargarse con la mula, grabados y colgados por espectadores. Ahora le ha tocado el turno a El orden criminal del mundo, un trabajo que pretendía cuestionar las injustas bases del sistema capitalista internacional.

Seis años atrás, cuando comenzamos su rodaje, nada hacía presagiar la proximidad de la crisis financiera más grave desde 1929, cuyas consecuencias estamos hoy sufriendo en forma de enormes retrocesos sociales. Sin embargo, ya resultaba evidente la perversión internacional del modelo económico ultraliberal, y de unas instituciones políticas sometidas a los designios de ese dios cruel, implacable, todopoderoso, que denominamos libre mercado.

Para describir al monstruo recurrimos a dos voces críticas de gran prestigio: el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el sociólogo suizo Jean Ziegler. A ellos se sumaron otras destacadas personalidades, como el dirigente campesino colombiano Héctor Mondragón; los misioneros españoles en África, José Collado y Ángel Olaran; el jurista norteamericano William Goodman; la ex-ministra de cultura de Malí, Aminata Traoré; el jurista español Baltasar Garzón; o el escritor argentino Ernesto Sábato. Sus opiniones se suman, en el intento común de examinar el orden mundial establecido bajo control de todopoderosos grupos multinacionales de capital: un sistema universal de poder, con el credo del neoliberalismo como ideología única. Un modelo extremadamente injusto, que Ziegler define como ‘mortífero y absurdo’ en el que ‘reinan, necesariamente, estructuralmente, la avidez, el deseo de poder y el cinismo más violento.’ Y que, según Galeano, ‘ha convertido al mundo en un manicomio y en un matadero.

Las críticas de Ziegler y Galeano mantienen una descarnada vigencia, seis años después de formuladas ante las cámara de TVE. La amarga descripción que hacía Galeano sobre el deterioro social resulta profética: ‘El trabajo hoy por hoy vale menos que la basura. Impunemente, los empresarios deciden quien trabaja, quien no trabaja y cuanto se trabaja. Se trabaja cada vez más a cambio de menos. Cada vez más horas a cambio de un salario menor.’ Y Jean Ziegler describe así el doble papel de las grandes corporaciones capitalistas y de las principales instituciones económicas mundiales: ‘Los verdaderos amos del mundo son invisibles, no están sometidos a ningún control social, sindical, parlamentario, son hombres en la sombra, que detentan el gobierno del mundo. Detrás de los estados, detrás de las organizaciones internacionales, hay un gobierno oligárquico de muy poca gente, muy poca gente, pero que cuenta con una potencia, una influencia, un control social sobre la Humanidad, como jamás un Papa, ni un Emperador, ni Rey alguno han tenido a lo largo de la Historia de los hombres.’ (...) ‘El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio. Son bomberos pirómanos. Y son fundamentalmente organizaciones mercenarias de la oligarquía del capital financiero invisible, mundial.’

El agua y la sed

Informa la ONU que se ha alcanzado uno de sus Objetivos del Milenio, dos años antes de lo previsto: la mejora del acceso de la población mundial al agua potable ya es un hecho, y dos mil millones de personas lo han logrado entre 1990 y 2010.

El anuncio se ha hecho con lógica satisfacción. Y ha sido saludado como un logro por las grandes agencias humanitarias internacionales. Lo es. Pero da cierta vergüenza celebrarlo, cuando aún quedan 783 millones de personas privadas de agua potable. Es decir, el once por ciento de la población mundial continúa al margen de esa mejora. El peor escenario está, como casi siempre, en el África subsahariana, donde seis de cada diez personas todavía sufren la falta de agua. Cada día que pasa, tres mil niños mueren a causa de enfermedades --como la diarrea-- provocadas por esa carencia.

Además, hay que matizar el concepto de acceso al agua potable. El nuestro, el de las poblaciones privilegiadas, se traduce en abrir los grifos de la cocina o el cuarto de baño y que inmediatamente brote un chorro con todas las garantías sanitarias. Incluso que, junto a esos grifos, haya otros de los que el agua sale caliente. Sin embargo, para cientos de millones de personas el acceso al agua potable consiste en disponer de un pozo o una fuente públicos, para llenar unas pesadas vasijas en las que transportarla hasta sus hogares.

Pero hay que saludar el avance conseguido. Vivimos unos tiempos de retrocesos sociales, en los que escasean las buenas noticias. Y esa mejora en materia de agua, con todos los matices de insatisfacción que cabe formular a su anuncio, es por ahora el único de los Objetivos del Milenio que se ha cumplido. Las estadísticas que resumen la evolución de la pobreza invitan al pesimismo. Y a la lucha.

Saramago y la felicidad

Pilar del Río, la compañera que mantuvo vivo a José Saramago durante los últimos años y que sostiene su presencia entre nosotros, cuenta que, un par de días antes de morir, el escritor le dijo: somos felices, ¿verdad?, somos felices. Fue la última pregunta de un hombre que ya conocía todas las respuestas, que supo resolver las grandes dudas con una coherencia admirable. Al cabo de una larga vida de luchas, marcada siempre por el impulso ético, el escritor --intuyendo que no iba a tardar en dormirse-- buscó una vez más la serenidad en los ojos de su mujer, con una pregunta que contenía el mayor anhelo del hombre y, también, el balance final más hermoso que pueda hacerse.

Vicente Romero


Vicente Romero es uno de los reporteros más veteranos de TVE. Desde este blog cuenta sus viajes a los lugares donde viven los más desfavorecidos del mundo. Si hace falta izar una bandera de palabras para definir contenidos e intenciones, puede servir el verso de José Martí que da título a este blog.
Ver perfil »

Síguenos en...

Últimos comentarios