El Circo Invisible
jueves 14.may.2009 por RTVE.es 10 Comentarios
Jean Baptiste Thierrée, el creador de Le Cirque Invisible junto con su pareja, Victoria Chaplin (hija de Charlie Chaplin) quiso hacer un “circo de servicio público” en los años 70, pero no le dejaron. Me encanta el espíritu de esa idea; pensar en lo que nos transformaríamos muchos españoles, en general tan vergonzosos, si aprendiésemos a sacar conejos de la chistera y hacer el payaso sin rubor.
En lugar de eso aquí estoy, rodeada de chotis y chulapas. Lo siento. Tengo algo de ojeriza a fiestas tradicionales como esta de San Isidro, diga lo que diga en su pregón Blanca Portillo.
Quizá sea que acabo de volver de Titirimundi, el festival de títeres de Segovia. Hasta las señoras enjoyadas en esta ciudad tan tiesa se levantaban de su asiento –con el bolso bien agarrado, eso sí– para aplaudir en el espectáculo de Thierrée y Chaplin.
Hace unos años me regalaron un vuelo en parapente, en compañía de un instructor. Recuerdo que, al volver a poner los pies en el suelo, el mundo me pareció distinto. La sensación no duró mucho, pero durante un rato, al menos, me pareció que, después de haberlos contemplado desde tan arriba, algo había cambiado en aquel césped y aquellos árboles. Así ocurre, a veces, con espectáculos como estos: sales y no eres la misma.
Una pizca, aquí:
antonio larrosa dijo
Es la magia de ver las cosas desde las alturas. Lo que les pasa a los politicos que nos ven como hormigas y ellos se creen dioses y no paran de subirse el sueldo por mucho que les gritemos que hay crisis. Como somos tan chiquitos se ve que no nos oyen ni creo que les importe,
Clica sobre mi nombre
Alejandro dijo
Curioso: el político, desde arriba, nos ve como hormigas y se ven a sí mismos como gigantes (dioses quizá sea demasiado). Sin embargo, Natalia (y yo creo que la mayoría de nosotros, los "laicos" de la religión política), al estar arriba experimentó una sensación de horizontalidad, de hermanamiento con el mundo. Quizá por cosas así no nos llevamos bien con (casi) ningún politico.
A.
Opino dijo
Era un acontecimiento cuando en nuestra pequeña ciudad llegaba un “circo”, la chavalada, nos movilizábamos interesados en ver su montaje, que tipo de espectáculo traía, si había leones, caballos, monos, etc.
Recuerdo una anécdota graciosa, cuando tus padres organizaban la asistencia a la función –en sesión infantil-- una de las hermanas de 7 - 8 años decía no querer ir a esa sesión “porque se comían a los leones”, prefería ir a la sesión de adultos donde eso no pasaba. Supongo que en aquella época, conscientes del horror de ver a esos pobres animales sometidos-condenados a “cadena perpetua” obraban en consecuencia.
Natalia, creo que no eres tu sola la que tienes “ojeriza” a ese jaleo de fiestas, tradiciones, verbeneos, “Día de la Patria”, o del “güevo”, día de su “Fiesta Nacional” y demás zarandajas. Libertad de ir y venir, nada de manipulaciones intolerantes de exaltación estúpida banderil con símbolos fanáticos de clubes, peñas, para introducirte en el “grupito”, afianzando la pertenencia a determinada “tribu”, “etnia”. Vivir en libertad, vivir como tú quieras, como tú digas.
Referente a “Titirimundi”, nos enteramos cuando ya ha pasado.
Os deseo salud.
Sergio dijo
A mi me ocurrió lo mismo con otro espectáculo de Titirimundi: el de Atelier 313.
Titirimundi trae magia a Segovia todos los años.
OLGA LA APACHE DE BARCELONA dijo
Hola Natalia!
El mundo del circo es el mundo en el que se tendrían que sumergir todas aquellas personas que llevan maldad, les haría mejor personas.
Besos , no hay nada más admirable que la vida de los payasos y de los maestros.
Alejandro dijo
De acuerdo con Olga, salvo si el circo tiene animales...
A.
proyecto dijo
“Si creemos en nosotros mismos, podemos llegar a hacer mucho más de lo que hubiésemos llegado a imaginar”
ENRIC DURAN
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DE CIRCOS, ELEFANTES Y OTRAS ATADURAS
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http://elproyectomatriz.wordpress.com/2009/03/23/de-circos-elefantes-y-otras-ataduras/
Pérsefone dijo
A mí me pasó lo mismo al salir del cirq du solei... impresionante, y es que el arte y la naturaleza nos llenan de esos pequeños detalles que hacen al mundo sencillamente maravilloso.
laundida dijo
De cría, me pasaba con el circo lo mismo que con el cine, sólo que en vivo. Todo iba de categoría, hasta que salían animales a trabajar en la arena. Al mínimo atisbo de sufrimiento del animal, yo era el animal. Sobra decir que me tapaba los oídos, cerraba los ojos y calculaba mentalmente el tiempo que podía durar el oprobio. Las escenas agresivas y violentas no van conmigo. Aunque, ya de adulta, me pregunto si con aquellos que van y sí se identifican no tenemos un problema añadido y es el del tratamiento médico necesario y oportuno para peligrosos ofensivos tocados del ala. El último delicioso número de circo que he visto, ha sido en una cadena de tv francesa. Celebrábamos el nuevo 2009 en grupo con algunos vecinos e iba, via parabólica, el cirque du soleil. Jugaban artistas de circo con unas focas, que aún eran más artistas que los humanos. El trato era de tú a tú total. Una pasada.
Toni dijo
Acabo de verlo en Londres y quedamos toda la familia fascinados, al igual que el resto de público, es más entrañable aunque menos espectacular que el cirque du soleil.