En el barracón
viernes 6.nov.2009 por RTVE.es 13 Comentarios
"No lo ha entendido usted. Se lo voy a explicar de nuevo", me dice la doctora. La médico de atención primaria que me ha tocado en desgracia levanta la vista de la pantalla del ordenador para dirigirme estas palabras cuando insisto en un volante para un chequeo ginecológico. El protocolo de la Seguridad Social, dice, no incluye chequeos salvo dolencias explícitas.
Le suelto lo primero que se me viene a la cabeza: "Entre las mujeres de mi familia hay muchos casos de quistes".
"Los quistes no son hereditarios", responde.
Suspira.
Salgo de la consulta y miro el reloj: dos minutos justos.
En la recepción del ambulatorio pregunto si tienen algún problema con el sistema de citas. Llevo varios días llamando y nadie contesta. "Estarían las líneas ocupadas", contesta la recepcionista. "Sí, pero a diferentes horas, y durante varios días...", explico. "¿Acaso en su empresa todo funciona bien?" interrumpe.
Que funcionase de otra manera sería un milagro: el ambulatorio que compartimos los 25.000 vecinos del barrio de Adelfas (Retiro) junto con las ratas y las goteras es un barracón acorralado por la M30 y las obras de un colector.
Las ambulancias no pueden llegar hasta aquí. Para acceder no hay pasos de cebra ni semáforos. Allí sobre todo van, como es natural, ancianos. Ancianos de ojos vidriosos que caminan despacio, arrastrando los pies. Algunos llevan pantuflas. Me pregunto cómo se sentirán cuando les regañe la doctora. "No lo ha entendido usted..."
Como colofón otoñal, este post triste y bello sobre el difícil negocio de hacerse mayor.
Siena dijo
Te acompaño en el sentimiento. Afortunadamente, mi centro de salud no es un barracón de mala muerte (los hay peores! los hay peores?) pero supongo que es igualmente deprimente. Procuro no ir mucho por allí. Mi doctora es una recetista profesional con un brillante curriculum en la SS, tan brillante que adivina qué te pasa antes incluso de que traspases el umbral de la consulta. Te mira (por encima de las gafas) y te dice: tienes cara de que te duele "x", no? Y a mí a veces me gustaría decirle algo como: no, no me duele eso, me duele la cara de la vergüenza ajena que siento en este momento. Pero no, no quiero una úlcera de estómago gratuíta. Procuro tomarmelo con calma. Hacerme la tonta. A veces, funciona de maravilla. A algunos, detrás de la bata o la ventanilla les encanta cuando sienten que te están haciendo un favor y no su trabajo. Les sonrío inocentemente, consigo lo que quiero y salgo de allí pitando. Gracias, muchas gracias, es usted muy amable. Y hasta la próxima. Y que no sea pronto, mascullo.
Gracias por los enlaces, Natalia. Preciosos textos.
A propósito...
El mes pasado se fueron dos vecinos, de los de toda la vida. Esos que ya estaban aquí cuando yo nací. Viejos. Arrugados. Enfermos. Educadísimos. Primero, se murió el marido, una semana más tarde la mujer. Vivían el uno para el otro. Se fueron prácticamente juntos.
No sé qué será mejor irse de primero o de último.
Debe ser horrible quedarse solo.
Horrible esa soledad y horrible la espera.
A.M. dijo
Hola Natalia
No me canso de decirte que tienes un blog precioso.
Qué bien lo describes, tal cómo es.
Una hija mía tenía un pelín de anemia,despues de hacerse el análisis y tratarse con hierro dos meses, vuelve, y le dice la doctora que es igual que la tuya, que no se los vuelve a hacer que al año se los hará, bueno pues en el ínterin se cambió por internet de médica y a tomar, y si la nueva hace lo mismo pues a cambiar otra vez, y así hasta darle la vuelta a Sevilla cambiando de médica,si es menester.
Estoy también totalmente de acuerdo con Siena a mí me tratan igual, a veces con paternalismo, cómo si le debiéramos algo, será posible!
Un beso.
viernes dijo
Mientras se tira el dinero en tonterías se le va restando a la sanidad,! qué desastre!, todos a seguir luchando por una sanidad pública y de calidad...
M. dijo
Se nota que el "bloguerío" debe de estar de vacaciones o de puente largo porque el tema, si bien ya tratado,da para muchos comentarios. Además de lo dicho por las otras personas, con las que estoy totalmente de acuerdo,añadiría que algunos,encima, son arrogantes. ¿Cuándo se darán cuenta que tienen un trabajo como el de los otros y que no son ni más ni menos?.Si eres tratado por un médico que te habla con amabilidad, sin prepotencia, con humanidad- haberlos haylos-!qué satisfacción!, parece que sales de la consulta medio recuperado.
Si luchamos todos por una sanidad de calidad, también estarémos ayudando a los "médicos buenos".
Feliz día fresquito.
marisol dijo
La sanidad pública y gratuita es un derecho conseguido tras largas luchas sociales y que, no obstante, hay que seguir reivindicando día a día para que no se ratee el esfuerzo ciudadano que tanto ha costado de ganar. A veces, da la impresión de que no se sabe bien quién es quién; quién está visitando a quién. El sistema, enfermo como el que más, también es vulnerable y víctima de abusos y actos de piratería por parte de organismos privados que se instalan bajo la cobertura pública -con la misma desfachatez que lo hacen los quistes en el organismo sano- y bajo los auspicios de gobiernos corruptos. Hay una sección en cada centro y en cada área de gestión sanitaria que es la Atención al Usuario y suele ser bastante ágil; aunque ya se sabe que la salud no espera y a veces, el tiempo es un oro que no se tiene. Se hace urgente emplearse a fondo en un estudio periodístico de estas situaciones kafkianas recurrentes que afectan al sistema de la Seguridad Social. Porque nunca está todo dicho y también hay ahí profesionales de la salud que están luchando a brazo partido por unas condiciones de asistencia dignas. Hay que conectar con esa frecuencia de energía semejante a la nuestra. Así mismo, también espero que te encuentres mejor, querida Natalia.
La pequeña Jackie Hawkins dijo
No sé qué decirte, Natalia.
Supongo que dependerá del centro de salud, del médico o de no sé qué cosa. Yo vivo en un pueblo y si me acerco por la consulta el médico me mira y me dice: ¿Cuanto tiempo hace que no te haces un chequeo? Y hala! análisis y demás cosas además de una buena comedura de coco para que, aprovechando que tengo los análisis me haga el chequeo en el ginecólogo.
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En el caso de mis padres, su médico de familia es de esos que termina la jornada después de las nueve de la noche porque confiesa a todos sus pacientes (es más, les dice que, si se sienten intranquilos, se acerquen por la consulta y lo hablen con él). Como mi madre está muy enferma (mucho), se acercan a recoger las recetas y, de paso, psicoanalizarse.
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Es cierto que ellos también viven en un pueblo. Pero su centro de salud tiene una ratio de pacientes mayor que la de alguno de barrio de una ciudad. Por eso reitero eso de no sé que decirte: también me he encontrado médicos gilipollas a quienes no podía explicar nada porque estaba afónica del todito y lo único que me sugirieron fue que descansara la voz. Yo le escribí en un papelito que era profesora de historia pero que necesitaba que me explicase cómo se hacía eso sin la baja médica. Un médico de esos (una señora que después se convirtió en coordinadora regional o algo así) se lo tomó muy mal y me mandó a tomar viento. Yo me pasé cuatro días buscando vídeos o cosas que enseñarles a los alumnos.
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Así que, por un lado, suspiro resignada igual que tú; por otro, mi suspiro es de alivio porque en la sanidad pública hay gente que se preocupa por sus pacientes. ¿Con qué suspiro nos quedamos?
Un abrazo, Natalia.
J.H.
Anónimo dijo
Eso que cuenta J.H. me suena un poco a Doctor en Alaska (una de mis series favoritas, por cierto), debe ser cosa de lugares pequeños... En los grandes centros urbanos encontramos, tristemente, más de lo otro (arrogancia, desidia, falta de medios, etc.)
Y sí, M., imagino que el bloguerío está de vacaciones. Un abrazo,
N.
La pequeña Jackie Hawkins dijo
Ya sé que suena a irreal, Natalia. Pero existe.
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La mujer de un compañero mío de trabajo es medico en una zona rural bastante apartada y lucha por no llevarse a casa los problemas que se encuentra en la consulta. También es cierto que se encoleriza cuando ve cómo algunos médicos y demás miembros del sistema tratan de modo mecánico a alguno de sus pacientes. Pero yo me quedo con la gente que hace su trabajo, que se implica y que es eficiente haciéndolo. Porque el mismo caso de médicos impersonales e irresponsables lo encontramos en el colectivo de profesores, de periodistas, de farmacéuticos, de jueces, de arquitectos, de guardias municipales, de policías nacionales y de funcionarios de correos (por poner un ejemplo). Sólo que donde más te duele es donde más miedo tienes. Una carta mal sellada o un mal gesto de un vendedor no te angustiarán más que una falta de implicación en tu problema por parte del médico.
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Es que queremos mimos, supongo.
Un abrazo.
J.H.
olorososeco dijo
es realmente triste lo que cuentas. Aunque como bien dice AM es fantástico leerte... tanto la forma de contarlo como el tema en concreto que abordas...
El tema es difícil, aunque finalmente se podría reducir a la capacidad y la actitud personal ante la vida diaria, y más en el trabajo. Creo que igual de chapuzas es un médico que descuida el trato con el paciente (son personas!) como el frutero que descuida a sus clientes o el conductor de bus que salta un paso de cebra.
Tristemente hay médicos como los que has encontrado (curiosamente una mujer que no entiende la preocupación sobre un tema particular de la salud de la mujer) y médicos que como también se ha comentado tienen el teléfono 24h para conseguir que sus pacientes (personas) al menos estén atendidos,... aunque no siempre se consiga que estén más felices.
Tengo experiencia con los dos tipos de médicos. Y afortunadamente me tropiezo más con los que tratan a los pacientes como personas. De verdad Natalia, lo malo en este caso destaca pero hay mucho Dr en Alaska... alrededor a los que no se les agradece esa actitud.
No creo que la cosa tenga que ver con lugares pequeños y la gran urbe... más bien con personas que trabajan y son felices y personas que llevan su infelicidad al trabajo.
en el mejor de los casos, la actitud de tu médico podría responder a un exceso de celo en la profesión que intenta ahorrar todo lo posible a la administración.... y sólo realizar las pruebas necesarias ya que todo cuesta mucho. Y habrá que utilizar la presunción de inocencia si este fuera el caso... aunque la justificación que te puso no apunte hacia esta explicación.
ahora que en EEUU están empezando a entender que esto de la sanidad universal es una buena cosa... luego habrá que explicarles que tiene sus defectos... bien venidos al mundo real.
Por cierto ya que nombro EEUU, eso de llamar doctor a todo médico es una cosa que proviene del mundo anglosajón. La realidad es que en nuestro país el porcentaje de médicos que son doctores es mínimo... pero se crea el problema de ¿cómo dirigirte a ellos? por su nombre? o como el castellano contempla Sr. Licenciado?
habría que ver sus caras.
salud y ánimo Natalia...
Anónimo dijo
pues sí, queremos mimos, y no sólo recetas...
Abrazos,
Natalia
Manol dijo
M, el puente largo sólo lo teneis en Madrid. En este blog participa gente de toda España!!!es que parece que sólo exista Madrid!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! tirón de orejas....
Bruma dijo
Pues yo creo que teneis mala suerte, yo con todos mis respetos y sin querer saber mas que el medico o la medica, siempre me atienden con todos su saber, jamas un medico, me ha tratado con desidia, para mi profesores y medicos sin sueldo, QUIERO DECIR QUE NO TENGAN PROBLEMAS DE DINERO, "LO QUE NECESITEN". INCLUIDO EL ELICOCTERO EN SU TERRAZA. Y no habrar de este tema que luego se entera la bruja esa que se llama esperanza y nos privatiza la seguridad social. J.
Monis dijo
Bruma, que suerte tienes, a algunos médicos les parece que sólo vas para tocarles las narices, les falta ser muchísimo más humanos. Si encima de que uno pasa el mal trago de una enfermedad te encuentras con un médic@ que te trata mal...uff, algunos no entiendo por qué ejercen si están tan a disgusto como parece que están, no digo que sean todos, pero la mayoría si.