La muerte en una caja de galletas
jueves 20.ene.2011 por RTVE.es 15 Comentarios
Esta semana falleció un amigo muy querido tras una larga y penosa enfermedad. Los libros de autoayuda a menudo se refieren con gran fanfarria a las enormes posibilidades de transformación que uno, con un poco de suerte, puede experimentar al final de sus días. Lo cierto es que mi amigo murió como había vivido: sin molestar, atento a los demás.
Austero, digno, fuerte, humilde, auténtico, pendiente en todo momento de los otros. Podría apilar más adjetivos pero bastante mosqueado le tengo ya. Me reprocha que le dedique estas líneas, y recuerda –nos lo recuerda a todos– que cada minuto mueren en el mundo 105 personas. Él es uno más.
Cosas que pasan.
Supimos de él por última vez en una caja de galletas de metal. La misma que, desde siempre, sacaban en su casa a la hora de desayunar. Desde esta modesta caja esparcimos sus cenizas por los aires, como era su deseo. "Si es un día de viento, mucho mejor", había explicado en las últimas semanas, cuando apenas le quedaba un hilo de voz.
Era el hombre para todo en la comarca donde vivía. Con frecuencia le llamaban a horas intempestivas para reparar un grifo, una gotera, una persiana. Raramente decía que no. Ya enfermo, él mismo arregló el radiador roto de su habitación de hospital. Nunca le oí quejarse de nada. Bueno, menos ahora, que me está poniendo verde.
Le recuerdo en la terraza, envuelto en varias mantas, con los prismáticos colgados al cuello. Conocía de memoria las costumbres de los caballos en el prado frente a su casa, de las rapaces surcando el cielo. En mi última visita, le intrigaba la existencia del bicho que aparece en la imagen de aquí abajo.
Nunca supimos muy bien lo que era; una mezcla de araña de cuatro patas, caballito de mar, minúsculo mono con sombrero, Marciano encogido. Pero este bichito me ayuda a reconocer que en el acto de observar, comprender y respetar lo pequeño y lo grande, de encarnar ambas cosas simultáneamente, se reconoce no sé si a los héroes pero desde luego sí a la buena gente.
Le explico a mi hija que Sisco ha muerto. Se ríe y responde: "¡Pero a lo mejor se ha muerto en casa!" Me digo que con sus cuatro años, claro, es incapaz de entender el alcance del asunto. Pero pasan los días y sus palabras no se me van de la cabeza. ¿Cómo iba a ser de otra manera?
Pues claro que te tenemos aquí, en casa, entre nosotros.
Bicho palo, o lo que sea, en el balcón.
"...el hombre sabe que no puede abarcar el universo con su sol y sus estrellas. Lo que le parece mucho más insoportable es estar condenado a dejar pasar de largo también el otro infinito, el cercano, el que está al alcance de la mano..." (Milan Kundera, "El libro de la risa y el olvido").
Ric dijo
Está entre nosotros y está de vuelta en La Tierra.
"Earth brings us into life
and nourishes us.
Earth takes us back again.
Birth and death are present every moment." (Thich Nhat Hanh).
La Tierra nos trae a la vida
y nos nutre.
La Tierra nos lleva de vuelta.
La vida y la muerte están presentes en cada instante.
Anónimo dijo
Palabras sabias, que hay que tener presentes. Gracias.
tomasin dijo
Milan Kundera Natalia es uno de los más lucidos escritores y pensadores del siglo XX
Si tu amigo era tan especial seguro que si existe el alma y otra dimension....seguro que nos esta mandando un guiño...y si no existe el alma ni nada pues quedaran sus obras que serán inmortales, aunque sean tan simples como arreglar un radiador de un hospital....pero esa alegria por vivir y nunca quejarse la puede transmitir a muchas generaciones....por ejemplo a tu niña cuando sea mayor y le hables de tu amigo y su espiritu....
un saludo...y un abrazo..
Anónimo dijo
Gracias, Tomasín. Otro abrazo para ti.
M. dijo
Me uno al dolor por la perdida del amigo.
Las personas sólo mueren cuando se olvidan. Si puedes recordarle siempre estará contigo y los tuyos.
Un beso.M.
Alejandro dijo
Si una persona siente en su intimidad la desaparición de otra, es que su vida no fue en vano, no la desaprovechó. Este parece ser el caso del amigo Sisco.
Un abrazo,
A.
Anónimo dijo
Estimada Natalia, bonito homenaje le haces a tu amigo. El dolor con frecuencia consigue sacarnos de nuestras monotonías, a veces es imposible escapar de él y entonces es mejor zambullirse… y vivirlo intensamente, buscando sus sentidos y sinsentidos.
Nos duele no poder volver a abrazar, no volver a verlo sonreír, no escuchar el timbre de voz…. A todo eso le llamamos pérdida. Y posiblemente lo es. Pero, realmente no perdemos a los seres queridos si conseguimos mantener en nosotros una parte de sus sonrisas, abrazos y miradas, no perdemos si la esencia de su existencia (si queréis se le podría llamar alma o espíritu…) nos ha ayudado en algún momento a crecer, a cambiar, a entender cosas que nos eran desconocidas…. A fijarnos en los insectos palo o en los marcianos. Y eso es lo que nos transmites tú con tu homenaje para él. Fantástico final “claro que te tenemos aquí, en casa…” esa es la esencia!!.
A veces los contenidos de tu blog nos llevan hacia el terreno de la imaginación, o a ponernos en situaciones que si bien no se han llegado a vivir, podrían ser reales. Hoy superas todos esos de otras ocasiones. Imagino que escribiste tu homenaje con una sonrisa muy calmada, esa que sirve de medicina para el dolor y muestra agradecimiento por lo recibido. Gracias, abrazos.... y vino, tomado con calma y en la mejor compañía.
JESÚS dijo
Estaba esperando desde hace días algún comentario sobre la persona a que te refieres. Me parece que se merece, como tantas otras en el mundo, un recordatorio por el gran ser humano que era. He tenido la gran suerte de estar con él un poco de tiempo, pero fue lo suficiente para descubrir su bondad, su sapiencia, era un erudito en múltiples facetas, su amor por la naturaleza, . . .. Pasaba por la vida de puntillas sin querer ningún reconocimiento, ayudaba en lo que podía al prójimo. Se ha hecho acreedor a que los habitantes del pueblo donde vivió, le dedicaran una calle para que su memoria quedara para el resto de los tiempos. La familia, amigos, conciudadanos le tendran siempre presente. Sin duda, fue un ejemplo para todos, un ejemplo para seguir e imitar. Se que se enfadaría mucho si leyera esto. HASTA SIEMPRE SISCO.
anonimo dijo
Gerri de la Sal – Baix Pallars
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Desde el anonimato, --no quiero que “Cisco” se enfade conmigo--también yo quiero honrar su memoria, corroborando todo lo que decís, “era un hombre digno”.
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¿Qué decir? ¿Qué se puede decir? ¡Nada! Que la vida es así.
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¿Qué se puede decir? ¡Mucho! Qué “Cisco”, pasó por la vida defendiendo todo en lo que creyó, la igualdad entre los hombres, la justicia, el compañerismo, la entrega, la amistad, el amor a sus semejantes, el amor a la naturaleza; “Cisco”, tú nos llevabas a ver la belleza de los lagos, a oír la “berrea” de los ciervos, a oler la fragancia de las setas en los bosques que tan bien conocías..., sabías escuchar, observar, tus sabios silencios... pasaste por la vida con un deseo especial:
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INTENTAR NO HACER MAL A NADIE
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...te decía, que con otras creencias, --una célula humana, con una milésima de pulgada de diámetro, contiene instrucciones dentro de su ADN que llenarían 1.000 libros de 600 páginas cada uno-- ¿qué sabemos, si él, en un momento dado, hubiera pensado en esas otras creencias?, si así fuera, no cabe duda que las encontrará, porque él encontrará lo mejor. El, era LO MEJOR. Yo lo tendré presente mientras viva, pues “Cisco”, tu desaparición para nosotros, es inoportuna.
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El poeta decía:
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¡¡¡QUÉ SOLOS SE QUEDAN LOS MUERTOS!!!
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¿Pero qué sabe el poeta?
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¿VUELVE EL POLVO AL POLVO?
¿VUELA EL ALMA AL CIELO?
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Tú no estás solo “Cisco”, mira alrededor.
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Contigo, ¿Qué poca razón tiene Bécquer?
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¡TÚ, NUNCA ESTARÁS SOLO!
Anónimo dijo
Cierro los ojos y veo su sonrisa, y entonces yo también sonrio y pienso en la suerte que tuve de conocerle, de pasar tiempo con él, de quererle.
Soy de las que piensa que después de la vida, de todo y de nosotros mismos, en algún lugar, nos reencontraremos. Y me siento bien.
Juntos volveremos a ver el color de los árboles de otoño, tomaremos aceitunas en el aperitivo, le pregutaré anécdotas de los ángeles y me contará lo del vecino que estuvo 15 días dentro de una maleta de fieltro.
Y entoces no habrá falta de tiempo, ni distancias entre ciudades, ni dolor de ningún tipo.
Y entonces las cosas serán de otra manera, pero serán.
Beso a esa persona buena que es más que carne y huesos. Es energía, y me acompaña.
Anónimo dijo
Gracias, amigos, por vuestras contribuciones. Yo también creo que nos reencontraremos. Feliz lunes.
Roberto dijo
Como yo, mori en mi casa
Castanya dijo
Paco, gràcies per tot el que ens vas donar i juns vam
passar.
Sempre et recordarem.
Roberto dijo
Hola, ayer por la tarde escribi un comentario, "como yo, que mori en casa", se puede saber que ocurre con mi comentario, ¿Cuales son los barometros por los que se rigen para publicar un comentario o no?
Roberto dijo
Predon, un error