Felicidad, desdicha y Facebook
viernes 11.mar.2011 por RTVE.es 10 Comentarios
Leo en su perfil de Facebook sobre el más reciente de la larga lista de éxitos de una antigua compañera de trabajo. Otra conocida coloca en su perfil unas fotos donde aparece morenísima, rodeada de amigos sonrientes en un entorno paradisíaco. Una tercera cuelga la imagen de su tarta de cumpleaños, un gigantesco pastel de fresas con nata en una mesa que parece dispuesta para cientos de comensales. Y yo aquí, aporreando el ordenador bajo el cielo gris y contaminado de Madrid.
¿Qué tiene de veraz todo esto? Como veremos enseguida, poco.
Un estudio de la Universidad de Stanford publicado hace unas semanas en la revista Personality and Social Psychology Bulletin analiza precisamente esto: hasta qué punto uno se siente mal después de navegar por Facebook y observar las fotos, biografía y actualizaciones invariablemente dichosas de tus contactos. Los participantes en este estudio –estudiantes elegidos al azar– se mostraron convencidos de que “todo el mundo disfrutaba de una vida perfecta”. Todo el mundo menos ellos, claro.
Hay incontables maneras de hacerte sentir mal. Asumir que estás solo en tu infelicidad es otra de ellas, indica Libby Copeland en la revista Slate.
Imagen de Lin Chia Hui
“Si solo quisiéramos ser felices, sería fácil; pero queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre difícil, ya que los creemos más felices de lo que son”, dijo Monstesquieu varios siglos atrás. Si las conclusiones de esta investigación son correctas, Facebook tiene un poder especial para hacernos sentir más tristes y más solos. “Subrayando la versión más inteligente, divertida de la vida de la gente, e invitando las comparaciones constantes en las que tendemos a vernos como los perdedores, Facebook parece explotar el telón de Aquiles de la naturaleza humana", indica el estudio.
Los investigadores comprobaron hasta qué punto los participantes subestimaban las experiencias negativas de sus amigos en Facebook y, por el contrario, sobreestimaban las positivas. Por otra parte, resulta que cuanto más subestimaban las emociones negativas de otras personas, más solos y desdichados de sentían.
Pero resulta que Facebook se caracteriza precisamente por eso: por la exhibición de las “propiedades” de uno en forma de un ejército de amigos, observaciones inteligentes, fotos de bebés perfectos que no lloran ni se hacen caca.
El mismo diseño de Facebook, con ese botón de “me gusta”, sin el correspondiente “odio” o “no me gusta”, refuerza ese tipo de discurso de permanente –y falso– buen rollo. Copeland propone el siguiente ejemplo: a nadie le gustará tu actualización de que tu gatito ha muerto, pero sí saber que el animal fue valiente hasta el final. “La felicidad es impersonal, pero el dolor no, concluye.
Quizá conozcáis la fábula budista en la que un hombre se lamenta ante su maestro de la cantidad infinita de desdichas que lo afligen. Y el maestro propone lo siguiente: que todos los habitantes del pueblo introduzcan sus desdichas en un saco, y coloquen este saco en el centro del pueblo. E invita al infeliz a escoger otro saco diferente al suyo. A lo que, por supuesto, el hombre renuncia. Queremos la felicidad de los otros, pero no sus penas. ¿Hacía falta Facebook para recordárnoslo?
ciudadanoNick dijo
Querida Natalia, tu inconformismo siempre me invita a evolucionar y ello es importante para mí. De tu post, antes de nada, quiero diferenciar entre soledad e infelicidad. Porque yo no veo negativa a la soledad, al menos en una de sus acepciones, la de medio. La soledad también es un medio que yo utilizo mucho, por ejemplo para decidir algo importante o para desconectarme un poco y relajarme. También es cierto que soy de los que piensan que es imposible estar solo, aunque sea muy posible sentirse solo (diferencia clave entre estar y sentirse). La fórmula es sencilla desde mi pensamiento, si todo el Universo y yo, en el estrato más elevado de la realidad, somos uno: es imposible estar solo porque yo no puedo salir del Universo.
La soledad como fin involuntario creo que es la negativa, es decir, estar solo cuando no se quiere estar solo. Después volvemos a la felicidad, un tema siempre importante. Pienso que la vida tiene perspectivas que si miras a una parte del mundo se siente dolor, pero mirando a otra parte se puede sentir placer. Incluso en un mismo hecho, por ejemplo el big terremoto de Japón. Dolor y tristeza cuando vemos a familias rotas, pero también satisfacción cuando vemos rescatar a alguien que lo estaba pasando muy mal. Siendo así parece imposible sentirse siempre feliz durante más de un día, porque siempre hay alguien en el mundo que lo está pasando mal y porque el mal siempre es "mejor" noticia que el bien o se da más por los medios. Si una persona quita la vida a otra siempre es noticia, pero si una persona da vida a otra (por ejemplo una madre reciente o un cirujano salvando una vida) no es noticia. Así de entrada, en los medios generales de información, siempre encontraremos más noticias negativas que positivas.
En Facebook estuve unos meses a tope y después lo dejé, así que no desarrollé una estancia lo suficientemente prolongada para hablar con propiedad. Al final me sentí incómodo en facebook, primero por culpa mía, hice más amigos de los que podía "mantener" y atender educadamente. Después porque no sabía anular al chivato y cada vez que entraba lo sabían todos mis amigos y a los dos segundos ya tenía tres o cuatro chats abiertos que querían dialogar conmigo. Ello me imposibilitaba tener un chat concentrado (mucho menos cuatro a la vez) y después no podía navegar tranquilo por otros muros e ir viendo lo nuevo. Además Face es demasiado jerárquico, mucha gente debajo de uno o una que está en lo alto imposibilitado/a de responder a los comentarios que merecían respuesta. En Twitter llevo un mes y medio y creo que me gusta mucho más y, precisamente, me gusta por lo contrario a su fundamento creador. Twiter se creó para seguir a los famosos y ahora se ha transformado en casi todo lo contrario, persiguiéndose más a las noticias y nuevas ideas que al personaje famoso. Os dejo un enlace interesante en mi nick de Delia Rodríguez, una experta en el tema y excelente escritora, ofreciendo una perspectiva irrenunciable para valorar Twiter.
Pero creo que más me gustan los blogs, aunque digan que ahora está en crisis (como se cuestiona en el último post de Mara Torres). Estoy de acuerdo que hay demasiados blogs desde el punto de vista de los que tienen pocos o ningún comentario, pero desde el punto de vista bibliotecario los blogs son una mina, porque qué es importante en un post ¿su contenido o el nº de comentarios?, porque cuando yo voy a una biblioteca a leer un libro no miro cuantos han comentado sobre él, ni siquiera cuántos lo han leído. Así, para mí, los blogs son como libros esperando en una estantería que necesites saber un dato y tomes uno, abras y leas. Así veo a los blogs, ya que los buscadores me ofrecen muchos cuando busco algún tema o concepto, y aunque la mayoría no tengan ni un sólo comentario vale mucho la información que contiene el post. Además, aunque el periodo de posibles respuestas (subier los comentarios) sea relativo, de varias horas a un par de días, en los blogs te sientes acompañado en tus pensamientos, sensaciones, e incluso sentimientos, porqué no. Como ahora y aquí me siento yo gracias a vosotros, nosotros los del blog de Natalia.
;-)
La pequeña Jackie Hawkins dijo
HOla Natalia:
Qué reflexión más interesante has hecho sobre este lío de las redes sociales. Yo, como Ciudadano Nick, tuve facebook por unos meses. Era interesante encontrar a gente muy distante en el tiempo e incluso en el afecto y ver sus fotos, sus ocurrencias, etc.
Pero llegó un momento en que no podía dedicarle el tiempo que creo que era necesario para mantener una "relación" más o menos correcta con toda esa gente (creo que llegué a tener unos 48 "amigos"). Así que, ni corta ni perezosa, lo planté. Y también planté un blog en el que hacía reflexiones sobre diversas cuestiones. Me dí una bofetada mental a mí misma y me dediqué a lo que era mi trabajo y mi familia. Con algunos de mis "amigos" de facebook sigo manteniendo relación, igual que antes: emails, llamadas de teléfono, reuniones, etc.
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Ahora me da pereza sólo de pensar en eso. Incluso me hice un perfil con mi nick por aquello de ser moderna e interactuar en aquellos espacios que me interesan, pero ni me paso por él. Así que debo ser una fracasiada total.
Con lo de twitter ni me meto. A mí me sobrepasa. Claro que, si piensas que yo soy muy de Zola, Dickens, Dostoievsky, Flaubert, Pardo Bazán, Galdós y Blasco Ibañez, lo de los 140 caracteres me causa sarpullido.
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Y en cuanto a que queremos la felicidad de otros pero no sus penas me lleva a uno de los (varios) discursos sobre el estado de la nación que les suelto de vez en cuando a las criaturas a mi cargo académico: cuando les digo que no entiendo como en este bendito y santo país siempre quiere ser uno como el caradura, jeta y aprovechado que se embolsa a fin de mes la nómina íntegra sin dar un palo al agua (y jactándose de ello, obviamente) y nunca como aquel que echa horas dedicado a su trabajo, que siempre cumple y que se gana su sueldo (ya sea de ordenanza o de bioquímico). El primero es el modelo a imitar; el segundo, el pringado a evitar.
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Quizá sea la ausencia del ascetismo profano con el que Weber calificaba a las sociedades protestantes, no lo sé. Pero me molesta esa envidia mala y verde (como la cizaña, en Asterix) que contamina nuestra vida y que no soporta al íntegro porque es el único que puede echar en cara la ausencia de integridad en los demás.
Ay, por Dios, qué rollo. Mil perdones.
Un abrazo.
J.H.
john dijo
Totalmente de acuerdo. Por fin alguien que comienza a hablar con realismo de las redes sociales. A mi ese exhibicionismo me parece indecente
Juan Ignacio dijo
¡Cuánta razón tienes, Natalia! Pero en la vida real sucede exactamente lo mismo, cuando la vida te sonríe todo el mundo quiere estar a tu lado; pero cuando ésta te da palos te quedas solo.
Anónimo dijo
Leyendo el post y los comentarios me planteo si las redes sociales no tienen todo lo positivo y todo lo negativo que cualquier grupo humano en la vida real.
Por ejemplo, ¿no hay exhibicionismo en las reuniones de amiguetes?. El pesado de turno que te cuenta todas sus vacaciones o sus ligues de fin de semana, jeje. O el amigo que necesita contar sus miserias y se encuentra más solo que la una.
¿Quienes son nuestros amigos?. ¿Qué entendemos cada uno por amistad?
En el fondo, creo que siempre estamos en lo mismo: dejarse llevar por el grupo por el miedo a ser aislado o mantener tu libertad a cambio de muchas veces estar solo. ¿Tener muchos conocidos o pocos y auténticos amigos?
Somos mayorcitos, cada uno elige su propio camino.
Ric dijo
"La hierba siempre es más verde al otro lado de la colina". Esto es cierto desde mucho antes de las redes sociales e internet. Creo que en eso estamos de acuerdo anónimo, Juan Ignacio, los estudiosos de Stanford ...
Ocurre que, como con tantos otros temas, las herramientas basadas en internet tienen la capacidad de elevar a la n-sima potencia lo que por ellas pasa.
Que seais felices (un poco menos que yo, eh!)
A.M. dijo
Hola Natalia
No he sido nunca de ninguna red social, aquí en el blog y creo que me sobrepasa.
Si no fuese porque aprendo tanto de vosotros, no sé que haría.
Tú y tus comentaristas sois maravillosos.
Un saludo.
Ah! y muchas veces escribo por apoyar, no por aportar.
Anónimo dijo
Seguramente Ric da en el clavo cuando nos habla de nuestra tendencia a ver la hierba siempre más verde al otro lado de la colina, y de cómo Facebook, entre otras herramientas, incrementan de forma brutal esa sensación.
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Alguien me dijo --¡en el propio Facebook!-- algo así como que era motivo de alegría y satisfacción saber de la retahila de éxitos de sus contactos. Que es bueno saber que también hay días buenos en la vida de la gente. Tomo nota.
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Gracias por esos comentarios tan enriquecedores. Son lo mejor del blog.
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Feliz miércoles,
Natalia
CharadaDonen dijo
Está muy bien, Natalia: tu reflexión y los comentarios que se suscriben... Totalmente de acuerdo con lo que se promueve en nuestra península...
Eso sí, yo prefiero tener 10 amigos reales en la vida fuera de redes que no 80 virtuales en facebook... y a los que no veo casi nunca... o es más que me hablan en el face y luego no responden a mi saludo en la calle. No va por ti pero... creo que no es bueno esconderse detrás de un ordenador...
blanca dijo
El éxito del invento de Facebook consiste en haber entendido necesidades humanas muy profundas, como la de no sentirse solo nunca (siempre hay alguien en el planeta que puede ser “amigo” Tu) y vivir en un mundo virtual donde no hay dificultades ni riesgos (no hay discusiones, las rupturas son sencillas y pasan rápidamente al olvido, todo es infinitamente más soportable que en la vida real (Zygmunt Bauman)