Pekín: vuelta a la niebla
¡Nǐ hǎo! Espero que las vacaciones de agosto fueran enriquecedoras,
divertidas, saludables y te hayan permitido descansar y recuperar fuerzas. En
mi caso, las circunstancias me han llevado a hacer todo lo contrario de lo que
recomendaba en el
último post.
Primero me mudé de Madrid a un pequeño pueblo a las faldas de
la sierra segoviana, uno de esos pueblecitos con un único bar de botellines
Mahou y patatas fritas rancias, donde la furgoneta del panadero pasa los jueves
por la mañana. Mis trastos se quedaron allí. Mi alma todavía no sé muy bien dónde
anda, pero lo que es seguro es que este cuerpo serrano se ha trasladado a Beijing,
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