Estás en el café y, una mesa más allá, un par de chinas no paran de hacerse fotos. No la una a la otra, sino a sí mismas. Se atusan el pelo, sonríen mostrando unos dientes blanquísimos, y ¡zas! La escena se repite hasta el infinito. Llega una pareja al restaurante, se sienta, y ¿qué es lo primero que hace ella? Abre el bolso, saca el teléfono y comienza la sesión de fotos. Con el cabello recogido, con el cabello suelto; con el primer plato, con el postre.
A mí, que me siento incómoda cuando me toca sentarme frente a un espejo, semejante narcisismo me parece estrambótico. Pero es una moda tan extendida que una empresa de telefonía acaba de la...
¿Qué recuerdo llevar a mis amigas de mi estancia en este
país? Tras comerme mucho el coco, creo que he dado con el detallito perfecto:
las medias peludas anti-pervertidos. “Medias de pierna entera súper sexy anti-pervertidos,
esenciales para que las chicas jóvenes salgan este verano”. Así las describe su
inventor en el anuncio en Weibo
(el Twitter chino) que rápidamente se convirtió en uno de los más visitados del
día. Se admiten encargos para el verano.
Vía Chinasmack
Y para medias peludas, las de perros. La moda, por fortuna,
ya ha remitido, pero durante unas semanas esta primavera lo que se llevaba entre
los más friquis era c...
Vas a un parque en Pekín o Sanghai un día festivo y la gente hace su
vida: se
tiñe el pelo , baila,
canta ópera, anuncia las virtudes de sus hijos casaderos… Lo normal, vaya. La
cuestión es que encontrar esposo/a puede resultar increíblemente difícil, especialmente
en las grandes ciudades y si se tiene en cuenta lo que la tradición estipula en la sociedad china: los hombres han de disponer de una vivienda y, en muchos
casos, un coche. Para las mujeres es mucho peor: a partir de los 27 años ya
eres shèng nǚ, o sea los “restos”.
Este término derogatorio, cuyo prefijo sheng
es la misma palabra que se usa para las sobras de la comida –lo...
Los Tres
Magníficos Chinos volvieron a visitarnos ayer por la tarde. Además de la
linterna, traían una máquina taladradora, lo cual me dejó preocupada. Eso y el
objetivo de su visita: instalar fibra óptica. Decidí ignorarlos y refugiarme en
la cocina y en mi tostada de nocilla mientras trajinaban por la casa con sus
bolsas de plástico color azul en los pies, para no estropear el parqué (lo
demás no importa, pero como ya he dicho otras veces, el suelo es sagrado).
No sé qué demonios hicieron, además de dejar los marcos de
las puertas como un colador, pero hoy estoy prácticamente incomunicada. El escaso
internet, que viene a ser como ...
Justo enfrente de mi casa están las Twin Towers, las Torres
Gemelas de Pekín, un hotel de lujo gigantesco insensible a las connotaciones de
su nombre. Los dos edificios, con sendos carteles luminosos que anuncian el nombre,
se convirtieron cuando llegué en mi principal punto de referencia para orientarme cuando el taxista
se saltaba la salida de la autopista, lo cual sucedía a menudo.
Ahora ya no me pierdo para llegar a mi casa, pero las Twin
Towers continúan siendo una referencia, aunque de otro tipo. Todos las tenemos.
Me explico. Cuando vas a casa de alguien y te acercas a su ventana, nunca deja
de producirse el siguiente ritual: e...
Hoy en Pekín ha amanecido un día todavía más gris de lo
habitual, como si este color, que es el pan nuestro de cada día, todavía fuera capaz
de sorprendernos y tuviese algo nuevo que contar. Del gris hemos pasado al
negro, y a mediodía parecía de noche y hemos encendido las luces para sentarnos
a comer.
Después del almuerzo me senté en el ordenador. Internet iba
todavía más lento de lo normal, y eso que ya de por sí, como he comentado otras
veces, Internet es a la banda ancha lo que los dos botes de yogur unidos por
una cuerda al teléfono. Tenía, en fin, la sensación de que se cocía algo raro en el
ambiente, hasta que me di cuenta d...