El lado chungo de las cosas
viernes 25.oct.2013 por Natalia Martín Cantero 13 Comentarios
Si no tienes tiempo para seguir leyendo más allá de este primer párrafo, la cuestión se resumiría así: estamos naturalmente predispuestos para fijarnos en el lado chungo de las cosas. O, dicho de otra manera, nuestros cerebros están optimizados para sobrevivir, pero no necesariamente para ser felices. Puedes conseguir el trabajo ideal (bueno, hoy día dejémoslo en trabajo a secas), una pareja maravillosa, ganar la lotería, y todavía encontrar algo (o mucho) de lo que quejarte. ¿Te suena?
El neuropsicólogo de la Universidad de Berkeley Rick Hanson expone en su libro Hardwiring Happiness: The New Brain Science of Contentment, Calm, and Confidence (sin traducción al español por el momento) cómo y por qué nuestro cerebro está programado para centrarse en lo negativo; un hecho que explica muchas cosas.
Cuando leía esta interesante entrevista con Hanson recordé otra que tuve ocasión de hacer hace unos meses al autor y conferenciante Max Strom, quien insiste machaconamente en algo que ya decía Cicerón: la gratitud es la madre de todas las virtudes. Hanson viene a recomendar lo mismo, y lo sostiene con la ciencia en lugar de la intuición. Su propuesta es “acondicionar” el cerebro, por así decir, para que las experiencias de felicidad, fortaleza o amor ganen terreno dentro de la materia gris.Para ello, el primer paso es recordar que la estructura neural se construye a partir de repeticiones de patrones de actividad mental. “El problema es que al cerebro se le da muy bien construir a partir de las experiencias negativas”, señala Hanson. Aprendemos inmediatamente del dolor –el gato escaldado del agua fría huye–, pero con las experiencias positivas ya es otro cantar. Tanto es así que Hanson llega a decir en su libro que el pensamiento positivo “se desperdicia en el cerebro”. ¿Por qué?
El pensamiento positivo es, por definición, conceptual y generalmente verbal. Y esto no tiene, en el fondo, un gran impacto en nuestra psique. Como ya sospechábamos, en particular cuando nos levantamos con la pata izquierda, Hanson señala que muchas de esas personas que se pasan el día mareándonos con eslóganes positivos “no son más que idiotas”. Y es que lo importante, lo que cambia la vida no es el pensamiento positivo, sino el pensamiento claro: “Creo que es importante ser capaz de ver el mosaico completo de la realidad”, apunta.
Retrocedamos un momento. ¿Por qué nos fijamos más en lo negativo? Porque en el pasado, cuando nos alojábamos en cuevas, era fundamental para nuestra supervivencia tener bien presentes amenazas cotidianas como los depredadores. Mientras que el olvido de una experiencia positiva no es crucial –siempre se puede recordar al día siguiente–, ignorar experiencias negativas podía conducir a la muerte. Por tanto, a diferencia de lo negativo, lo positivo no pasa de forma automática a esa zona de almacenamiento de nuestro cerebro que reutilizará esas señales como advertencia. En palabras de Hanson, tenemos un “Velcro para lo malo, Teflon® para lo bueno”. Y esto explica por qué la información negativa sobre una persona se recuerda mejor que la información positiva, algo obvio en el mundo de la política, por ejemplo.
El remedio propuesto por Hanson es “internalizar” el sentimiento de tener nuestras tres necesidades básicas cubiertas: seguridad, satisfacción, y conexión. Por ejemplo, las experiencias de relajación y calma, de sentirte protegido refuerzan nuestro sistema de seguridad. Quienes son capaces de internalizar una y otra vez la sensación de calma, tienen más posibilidades de enfrentarse a situaciones de estrés sin entrar en modo reactivo. Lo mismo sucede con nuestra necesidad de satisfacción y las experiencias de gratitud o logro, que nos llevan a ver las riquezas de nuestra vida y nos protegen frente a las pérdidas que experimentemos. De la misma forma, cuanto más cultivemos el sentimiento de compasión, bondad, de amor a otros y uno mismo, más protegidos estaremos frente a situaciones en las que nos den de lado.
“En mi opinión”, concluye Hanson, “si eres capaz de internalizar repetidamente lo bueno para cultivar tu fuerza interior, podrás lidiar con lo malo. Internalizar lo bueno está motivado por el reconocimiento de que la vida puede ser muy dura”.
“Las experiencias dolorosas son algo más que malestares pasajeros. Inclina tu mente deliberadamente hacia lo positivo. Esto no es mirar el mundo con gafas de color rosa. Dado nuestro sesgo hacia lo negativo, sólo estás equilibrando el campo de juego” ~ Rick Hanson
Valentín dijo
El cerebro es el motor, la mente es la "película" , apartir de ahí cada uno decide que quiere ver...pensar...esto normalmente generará un sentimiento.No hay pensamiento que no desencadene un sentimiento.Hola guapa; Deepack Chopra , Louise Hay; Dalai Lama.
Lo que funciona es el amor incondicional y la compasión.
Sirven cómo tónico visceral ya que no combaten ablandan las heridas y curan de dentro hacía fuera y no al revés como suele hacer mucha gente.
Cuando desees algo no lleves el deseo a la luz , sino la luz al deseo.
Es decir.Cuando quieras algo afirmado visualizado medítalo en tiempo presente, como si ya lo tuvieras dalo todo por hecho y confía en tu sabiduría interior y la del universo.El universo apoya todo aquello que decimos pensamos o deseamos.¿porqué algunas veces no lo alcanzamos tan rápidamente ?
Porque hay algo que lo obstaculiza y está en el subconsciente.
Para eso necesitamos reconectarnos con nuestra sabiduría interior.
Basta con unas exhalaciones e inhalaciones de cinco minutos, si es que no ayuntas más para centrarte.
Para ver el lado bueno de las cosas, y abandonar toda duda y resistencia.
Valentín dijo
Recomiendo encarecidamente ver la película "El efecto Mariposa" todo esto se ve más desarrollado.Y discerniendo de la crítica es una más que estimable película.
Valentín dijo
Es como repetir pensamientos negativos los pensamientos negativos decrecen y terminan en enfermedades...pobreza...etcétera, los positivos son lo opuesto crecen; florecen, dan sus frutos, atraen el caudal, la abundancia siempre y cuando...te acuerdes de regarlos; abonarlos; y que les de el sol y la lluvia.Un saludo Natalia.
Tere dijo
Buen día a todas y todos
Me gusta mucho eso de:
"velcro para lo malo y teflón para lo bueno"
Me lo apunto.
M. dijo
Seguro que mi abuela no oyó nunca hablar de Cicerón, pero constantemente decía:" Es de bien nacidos el ser agradecidos".Eso y todo lo demás interesante.
Saludos.
El Lobo dijo
Mens sana in... http://www.youtube.com/watch?v=96aZtk4hVJM
Ignacio dijo
¡Muy bueno! Gracias, Natalia.
El Lobo dijo
1 pregunta;
¿Sra. Editora, Ud. cree que esta cuña también cae en eso de "El Lado Chungo de las Cosas"?
http://www.cadenaser.com/espana/audios/morenes-hay-regla-oro-servicios-secretos-tienen-ser-secretos/csrcsrpor/20131029csrcsrnac_26/Aes/
Sin duda el Sr. Ministro, se refiere a esta obscuras/extrañas/peligrosas/audaces actuaciones del CZAR.
http://static.betazeta.com/lupa.io/uploads/9a3236c51544985202721aec36f9c80da69168b4.jpg
PD. Favor de responder solo con 1 gesto, sin palabras, puede que nos estén escuchando.
Edgardo dijo
¡Muy bueno!
Perfiles dijo
Un pensamiento positivo es por definición conceptual y verbal según el experto,... para ello necesitará de algún receptor al que llegue dicho pensamiento proyectivo/ positivo.
Nuestro sesgo hacia lo negativo solo se equilibra en el campo de juego?... Cerebro y juego, una mezcla peligrosa sobre todo si el juego es con otro cerebro damnificado.
La mente necesita de contrastar, resolver estados de animo, confrontar de lo contrario se atrofia dando lugar a letanía ideológica de la que abunda y hay que protegerse.
"Todos los pensamientos salen de ti y llegan a ti. Ahórrales el viaje."
Donde los espejos se multiplican
http://www.youtube.com/watch?v=w9bT9SVDK40
Charon - Morrow
;) dijo
Andreíta el pollo ; :P
Natalia Martín Cantero dijo
Gracias por los comentarios. Para todos, mis deseos de seguridad, satisfacción, conexión o, a falta de ello, una buena ración de buñuelos.
Saludos,
Natalia
El Lobo dijo
¡Vade Retro!
http://www.directoalpaladar.com/postres/como-hacer-bunuelos-de-viento-receta