¿De qué me arrepiento? El discurso de George Saunders
jueves 7.nov.2013 por Natalia Martín Cantero 16 Comentarios
Aquí no se llevan (todavía), pero a mí me atraen como un imán los discursos de final de curso que tanto gustan a los estadounidenses. Si, además, lo da uno de mis autores favoritos, como el maestro de las historias cortas George Saunders, y dice lo que dice (recientemente, en la Universidad de Syracuse, donde Saunders da clase), me siento en la obligación de compartirlo (no lo encuentro en español, a pesar de las vueltas que ha dado en inglés).
Traduzco parte de una charla que, sin duda, merece la pena leerse en su integridad, no una, sino muchas veces:
“(…) Algo útil que puedes hacer con una persona vieja, además de pedirle dinero prestado (…), es preguntarle: ´Mirando atrás, ¿de qué te arrepientes?´
Así pues, ¿de qué me arrepiento? ¿De encontrarme, de vez en cuando, en la pobreza? La verdad es que no. ¿De tener trabajos horribles, como de ‘tirador de nudillos’ en un matadero? (y no me preguntes lo que significa). No. No me arrepiento de eso. ¿De bañarme en un río en Sumatra, un poco zumbado, y levantar la cabeza y ver cómo 300 monos sentados en una tubería se cagan sobre el río, el mismo río en el que yo me estoy bañando, con la boca abierta, desnudo? ¿Y enfermar gravemente después, y estar enfermo durante los siguientes siete meses? No demasiado. ¿Me arrepiento de las humillaciones ocasionales? ¿Como aquella vez, cuando jugaba un partido de hockey delante de un montón de gente, incluyendo esa chica que realmente me gustaba, y me las apañé para meter gol en mi propia portería, al tiempo que tropecé y lancé mi palo contra el público, casi rozando la chica? No. Ni siquiera me arrepiento de eso.
Pero he aquí algo de lo que me arrepiento:
Cuando estaba en séptimo curso, una niña nueva se unió a nuestra clase. La llamaré Ellen. Ellen era pequeña y tímida. Se ponía esas gafas azules de ojos de gato que, en aquella época, sólo llevaban las señoras mayores. Cuando estaba nerviosa, lo cual ocurría casi siempre, tenía la costumbre de meterse un mechón de pelo en la boca y morderlo.
Así que llegó a nuestra escuela y a nuestro barrio, y habitualmente la ignorábamos o nos burlábamos de ella (´¿está bueno tu pelo?´ Ese tipo de cosas). Estaba claro que estas burlas le hacían daño. Todavía recuerdo cómo miraba después de los insultos: bajaba los ojos como si acabase de recordársele cuál era su lugar en el mundo y estuviese tratando, tanto como fuese posible, desaparecer (…).
A veces la veía jugando sola en el jardín de su casa, como temerosa de salir de ahí.
Y entonces, la familia se trasladó. Y eso fue todo. Un día estaba ahí, al día siguiente desapareció.
Fin de la historia.
Ahora, ¿por qué me arrepiento de eso? ¿Por qué, 42 años más tarde, todavía pienso en ello? En comparación con otros niños, fui incluso amable con ella. Nunca le dije nada malo. Pero, aun así, me molesta.
Así que he aquí algo que sé que es cierto, aunque suene algo cursi, y no sé muy bien qué hacer con ello:
De lo que más me arrepiento en mi vida es de las veces en que no he sido amable.
Esos momentos en los que otro ser humano estaba ahí, frente a mí, y yo respondí… con prudencia. Con reservas. Con suavidad.
O, si quieres mirarlo desde el otro lado del telescopio: ¿Quién, en tu vida, recuerdas con más cariño, con los más innegables sentimientos de calidez?
Me apuesto que aquellos que fueron más amables contigo.
Es fácil de decir, quizás, y ciertamente difícil de implementar, pero yo diría: como un objetivo en la vida, trata de ser más amable (…).
Una cosa a nuestro favor: buena parte de este “convertirse en más amable” ocurre de forma natural, con la edad. Podría tratarse de una simple cuestión de contrición: a medida que nos hacemos más viejos, nos damos cuenta de lo inútil que es ser egoístas. Y lo ilógico, realmente. Amamos a otra gente y estamos, por tanto, recibiendo instrucciones contrarias a nuestra propia centralidad. La vida nos da palos, y la gente acude en nuestra defensa, y nos ayuda, y aprendemos que no estamos separados, y no queremos estarlo (…). A medida que envejece, la mayoría de la gente se hace menos egoísta y más amorosa. El gran poeta de Syracuse, Hayden Carruth, dijo en un poema escrito al final de su vida que “ahora, era sobre todo amor”.
Cuando somos jóvenes, estamos ansiosos –de forma comprensible– para saber si seremos capaces: ¿Tendremos éxito? ¿Podremos construir una vida para nosotros mismos? Pero tú –en particular tú, de esta generación, quizá hayas notado una cualidad cíclica en la ambición. Te esforzaste en el instituto con la esperanza de acceder a una buena universidad; te esforzaste en la universidad con la esperanza de tener un buen trabajo; te esfuerzas con el trabajo…
Y está bien. Si nos vamos a hacer más amables, tenemos que tomarnos a nosotros mismos en serio; como hacedores, soñadores.
Pero el logro no es fiable. ´Tener éxito´, signifique lo que signifique para ti, es duro, y la necesidad de tenerlo constantemente se renueva a sí misma. El éxito es como una montaña que continúa creciendo a medida que vas escalando, y existe el riesgo, muy real, de que tener éxito ocupe toda tu vida, mientras las grandes preguntas no son atendidas.
De modo que este es el consejo del final de la charla: ya que, según he dicho, tu vida va a ser un proceso gradual de convertirte en más amable y más amoroso, date prisa. Aceléralo. Comienza ahora mismo. Hay una confusión en cada uno de nosotros. Una enfermedad, podría decirse: el egoísmo. Pero también hay una cura. Así que sé un buen, activo e incluso algo desesperado paciente por tu propio bien: busca las más eficientes medicinas anti-egoísmo, energéticamente, para el resto de tu vida.
Haz cosas ambiciosas –viaja, hazte famoso, innova, lidera, enamórate, haz y pierde fortunas– pero mientras lo haces, hasta donde puedas, equivócate en la dirección de la bondad. Haz esas cosas que te inclinan hacia las grandes preguntas, y evita las cosas que te reducirían y te harían trivial. Esa parte luminosa tuya que existe más allá de la personalidad –si quieres, tu alma– es tan brillante y resplandeciente como cualquiera que haya existido. Tan brillante como la de Shakespeare, tan brillante como la de Gandhi, tan brillante como la de la Madre Teresa. Limpia todo lo que te separa de este lugar secreto luminoso. Cree que existe, llega a conocerlo mejor, nútrelo, comparte sus frutos incansablemente”.
Ojoalparche dijo
Útil, Pedir dinero a un viejo?. Después, de saquear al pobre le preguntamos de que se arrepiente, muy expeditivo. Arrepentirse, conlleva reconocer un fracaso como persona y parra ello hay que tener muchooo valor, lo más fácil, es quedarse petrificado, taparse los ojos y esperar a que las circunstancias te lleven en volandas. Me parece insulso arrepentirse de no ser amable, con esto no digo que serlo este bien, mal, o mediopensionista, sin embargo no convirtamos los buenos modales como la liturgia-vintage del siglo. Mientras estamos distraídos en las formas, nos saquean el fondo. Ojito con los opiaceos parlantes.
http://www.youtube.com/watch?v=xQOvCJbQMOw
Charon - Failed
La alumna del fantasma dijo
lo que hay dentro no tiene porque ser lo mejor de alguien, por eso hay gente que nunca consigue que la quieran por lo que es. Para poder vivir entre los demás, imitan a otros.
La alumna del fantasma dijo
Alguien duda que el Ser Supremo sea inamovible? Sus fichas del tablero son para sacrificarlas por el fin último, que solo sabe ÉL cual puede ser. la Libertad es lo único que le importa, la SUYA. Ahora por escribir esto, mañana me hará sentir una ración de dolor, para que sea agradecida por el interés que se toma. ya tiene escrito mi epitafio, algo asi como fracasada en todo.
ciudadanoNick dijo
Excelente post. Gracias, Natalia.
;-)
El Lobo dijo
"tu vida va a ser un proceso gradual de convertirte en más amable y más amoroso, date prisa"
¿Y de donde salen Los Viejos GRUÑONES?...(que GRINGADA + inocente)
Ja! los discursos de fin de curso del IMPERIO no existen en las aldeas...." Aquí no se llevan (todavía)" pero, como el " All Hallows' Eve" que lo están embutiendo con fórceps las Grandes Tiendas (y las pequeñas)...o Papá Noel, Santa Claus y San Nicolás, de la ColaCaka...y las Graduaciones al "American Way"... que disfrutamos en el cine (y en la TV)..... tenga paciencia...llegaran...con Togas y Birretes , bandas y fanfarrias, pitos y flautas... MAJORETTES y Tutikuanti para mejor consumo....de los aldeanos.. y que viva el Gasto superfluo... muy deseable con tarjeta de crédito....alocuciones, soflamas y sermones tan practicos y útiles que me recuerdan un cuento...(uno +)...
"En las reuniones de Jesucristo con sus apóstoles.
En ella, Jesús se dirige muy serio a los presentes y dice:
"Leales amigos, hoy me veis, mañana no me veréis y luego me volveréis a ver". ..........
Todos se quedan meditabundos y,
tras un largo silencio, Pedro rompe el hielo y exclama con sorna:
"Caray, maestro, cada vez te quiero más por lo bien que te explicas".
No olvidar....Arrepentíos....gandules...tienen que ser sumisos...
http://images.eldiario.es/blogs/Olor-brotes-verdes_EDICRT20131104_0001_3.jpg
y sin reclamar....calladitos.
El Lobo dijo
Y estas son mis razones...
Duelen los ojos y crece el asco al revisar los números de la economía...
Sin presentar ni mencionar cifras complicadas solo completen el simple ejercicio de comparar su estado actual con el del mes anterior o el semestre y/o, si pueden el año pasado...y piensen (sueñen/sufran) en cómo será el próximo.
A SúperMario del B.C.E después de bajar los tipos, le quedan dos etapas antes de la JAPONIZACION de EUROPA si eso es malo es peor enterarse que los ricos son + y además mucho más ricos...con las mismas trampas de ayer...explotar a los débiles...
¿xq gritan estas mujeres?
http://s.wsj.net/public/resources/images/WO-AQ084_BANGLA_G_20131104171355.jpg
Es igual que en mayo de 1886 en Chicago...hoy es en Bangladesh....
http://online.wsj.com/news/articles/SB10001424052702303936904579177792847199368
y los Alemanes, empujan, con sus fobias y miedos al resto de Europa a la destrucción sistemática de la clase media.
Para ejemplo, unas BECAS flacas del Predicador de los Ministerios que después de las tonteras lo abandonan y envilecen.
El Lobo dijo
Las notas duermen en el LIMBO.
Edgardo dijo
¡Hola Natalia! Es bueno ver que alguien se ocupa de escribir sobre la amabilidad, un aspecto que nos permite comunicarnos de otra manera y generar un cambio en la sociedad que tanto criticamos. Por lo general prevalece el enojo en las comunicaciones. Nos olvidamos que es mucho más efectivo una sonrisa o como dice el texto ser amables. Para tener en cuenta y revisar nuestras prácticas cotidianas. ¡Gracias! ¡Adelante! ¡Cariños!
Juan dijo
Somos el Primer Mundo, les explotamos, saqueamos sus bienes, les matamos de hambre cuando no directamente con bombas, si llegan a nuestros 'paraísos' les encerraremos hasta que les deportemos...; pero ¡SEAN AMABLES!.
Saludos, Natalia.
M. dijo
Como siempre, interesante tu escrito.
La vida es un aprendizaje permanente; cuando más se cree saber , menos se sabe, todas las cosas cambian y con ellas la mentalidad.
Cierto, los viejos podemos ser "gruñones", "cascarrabias", pero en general (es mi opinión) bastante más amables que los jóvenes, además, cuando vamos envejeciendo descubrimos que tenemos dos manos una para ayudarnos a nosotros mismos y otra para ayudar a los demás y de ahí a ser amables hay muy poco trecho.
Saludos.
(8) AUM dijo
http://www.youtube.com/watch?v=dL0b2HEJ9bA
http://www.youtube.com/watch?v=LFJiXP_M9us
Si nos portamos bien, cosa que siempre hacemos, eh¿?;)! corazon.es, ERGO este post promete. Bravo Natalia! Gracias. Grande Abrazos, Saludos Cordialisisimos Blogs. Namaste, Corazon coraza.
Bravisimos comentarios, suscribo. Bravos corazones preclaros y valientes, agudos y finos del pensamento. Bravisimos. ;D
http://www.poemas-del-alma.com/corazon-coraza.htm
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
La pequeña Jackie Hawkins dijo
Qué razón tiene Saunders. Y qué razón tienes tu al recordárnoslo. Si miro hacia atrás en mi vida la espina clavada que tengo es, precisamente, esa. La de no haber sido más amable cuando podía haberlo hecho sin apenas esfuerzo.
Un caso me ronda en la cabeza, sobre todo en esta época. Tena una alumna que me desesperaba porque llegaba siempre tarde, no parecía prestar mucha atención, tenía la mirada esa en blanco como si estuviera pensando en cualquier otra cosa antes que en el rollo que estabas soltando en clase... Nunca contestaba cuando le preguntabas y a mi me daban ganas de sacudirla por las solapas del abrigo a ver si espabilaba. Sus compañeros de clase eran muy majos y yo disfrutaba con ellos, pero a ella me costaba incluso sonreirle o decirle algo amable.
Un lunes de principio de noviembre de hace dos años llegué a la escuela y la conserje, con la cara desencajada, me tendió el periódico y me dijo:"¿Te has enterado de lo de Sonia?". Aquella niña había muerto, lo decía la crónica de sucesos, de la manera más horrible. Su madre la había matado de un hachazo en la cabeza y luego, de acuerdo con el padre, habían prendido fuego a la casa para intentar cobrar el seguro y pagar las deudas. Volví a mi clase, me senté y miré para el lugar donde se solía sentar ella y me puse a llorar. No pude parar en mucho rato. Y sólo pensaba en pedirle perdón por no haber sido más amable, por no haberme interesado más por ella, por no haber hecho nada más.
Así que cómo no voy a dar la razón a Saunders.
Un abrazo, mi querida Natalia.
J. H.
Natalia Martín Cantero dijo
Gracias a todos por vuestros enriquecedores comentarios. Siento que alguno quedase en el limbo, como dice El Lobo. Lo recuperé en cuanto pude.
Un saludo, Natalia
Natalia Martín Cantero dijo
Todos tenemos, creo yo, una Sonia en nuestra vida, La Pequeña J.H. La mía, menos dramática, se llama María José, y le dediqué el siguiente post. Muchas gracias por compartir su historia, y la tuya.
Abrazos,
Natalia
Ana Arrabé dijo
Querida Natalia, muchas gracias por compartir este sabio relato, que no es más que la experiencia de un hombre sabio y valiente. Gracias por recordarnos que somos AMOR y por facilitar este espacio de reflexión - al menos este ha sido mi caso.
Una vez estuve cerca de la muerte, y curiosamente, entre las cosas de las que me arrepentí estaba el no haber sido más amable con mi "Maria José" particular. Ahora que la muerte no me ronda, tus palabras me mobilizan para dar más AMOR a la "María José" de AHORA, que también EXITE. Manos a la obra. Gracias, gracias, gracias. Ana
Natalia Martín Cantero dijo
Estimada Ana, gracias por pasarte por aquí y enriquecer el blog con tu comentario.
Ojalá no hiciese falta estar cerca de la muerte para darnos cuenta de las cosas importantes. Por lo demás, se me ocurre que no faltan "María Josés" en la vida para practicar la amabilidad.
Un abrazo,
Natalia