Cuando veas atún, piensa en un oso panda

La facilidad con que recordamos las imágenes es seis veces mayor que la que tenemos para acordarnos de los textos, o eso dicen. Yo, desde luego, no me olvido de las fotos aquellas del oso polar de Canarias, un buen contraejemplo de lo que voy a exponer a continuación. Esto es: cómo utilizar las campañas publicitarias basadas en la imagen para una buena causa, algo que nos cuesta tragar a los que tendemos a ver la bestia y, muy pocas veces, a la bella.

La publicidad dispone de mil maneras de penetrar en nuestras vidas, buena parte de ellas sin permiso, y hacernos creer que nos falta de todo cuando, en realidad, no nos falta de nada. Pero también tiene su corazoncito, y eso es lo que muestran las campañas de aquí abajo, ejemplos geniales de cómo las estrategias para captar la atención también pueden ponerse al servicio del bien.

Como señala BoredPanda, de donde están tomados estos ejemplos, una campaña bien hecha está diseñada para atrapar tu atención y quedarse en tu memoria durante mucho tiempo, y eso es exactamente lo que necesitan las causas de más abajo. Mucha gente, por ejemplo, ignora que el atún está en vía de extinción, y lo sigue consumiendo tan ricamente. Algo que seguramente cambie una vez se ha visto esta imagen.

Cuando veas atún, piensa en un oso panda. La campaña es de Sea Shepherd Conservation Society, elaborada por Ogilvy & Mather, Singapur.

Tal y como ocurre con la publicidad con fines exclusivamente comerciales, exponer solamente los hechos no es suficiente. Con el movimiento, a veces casi sísmico, de nuestras emociones tras ver algunas de estas imágenes, nos costará más olvidarnos de estas causas. Algo que, por supuesto, hay que hacer con mucho cuidado (yo misma he preferido omitir algunos de los ejemplos más sanguinolentos con que me he topado, por la repulsión instintiva que me han producido a pesar de todo).

Para resumir, nada mejor que esta cita de Howard Gossage, contemporáneo de David Ogilvy, considerado como uno de los padres del género: “La publicidad justifica su existencia cuando se usa para el interés público. Es una herramienta demasiado poderosa para usar solamente con fines comerciales”.