Haz lo que digo, pero no lo que hago
lunes 7.jul.2014 por Natalia Martín Cantero 1 Comentarios
El movimiento de la autoayuda mueve muchos millones de dólares en Occidente, así que quienes consiguen introducirse en el mundillo de cómo decirle a otra gente cómo vivir su vida pueden hacer una carrera, o mejor dicho cartera, que ríete de la de los futbolistas. Buena parte de los consejos que ofrecen algunos gurús de pacotilla consiste en decirle a la gente lo que quiere escuchar. Luego, los que escriben el libro hacen lo que les da la gana, que no suele parecerse mucho a lo que predican.
Cuando se trata de psicología pop, hay casos bien curiosos. Como el de Barbara De Angelis, autora del libro “Cómo hacer el amor todo el tiempo”, un súper ventas sin traducción al español en el que asegura compartir el secreto para que el amor dure toda la vida. Al poco de lanzar este libro, John Gray lanzó su archiconocido Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus. Cuando los dos autores se casaron, su matrimonio duró un par de años. Parece que sus propias recomendaciones no les sirvieron de gran cosa.
Esto es, al menos, lo que relata el nuevo libro Good Advice from Bad People (“Buenos consejos de mala gente”, sin traducción al español), de Zac Bissonnette, un compendio de 75 ensayos sobre expertos en decir una cosa y hacer otra. Desde los avisos de Bernard Madoff (que se enriqueció ilegalmente cuando la gente puso su dinero en sus manos, en lugar de seguir las recomendaciones del banquero sobre cómo conservar íntegra la hucha) hasta las loas a la honestidad del ciclista Lance Armstrong o las sabias observaciones del ex secretario de Defensa de EEUU Donald Rumsfeld en torno a lo difícil que es salir de los atolladeros, una advertencia con la que, de haber seguido, quizá podría haber evitado al mundo el masivo y sangriento conflicto en Irak.
La ironía es que pese a todo, los consejos pueden ser muy buenos, quizá porque como señala Richard Bach, lo que mejor enseñas es aquello que más necesitas aprender. El cliché de que todos los terapeutas están chiflados podría tener su razón de ser (empezando por Freud, que debía estar como una jaula de grillos). Y, de hecho, hay pruebas de que realmente tienen más experiencia directa de la enfermedad mental que otros. “Los profesionales de la salud mental son, en general, una banda un poco loca, al menos tanto como la población general. Esto puede parece deprimente, pero algunos expertos creen que los terapeutas que han sufrido de determinadas maneras pueden ser los mejores”, señala el psicólogo Robert Epstein.
Un dato curioso, hablando de terapeutas, es que algunos estudios prueban que cuando los psicólogos tratan pacientes, siguen las recomendaciones teóricas estándar, por así decir. Sin embargo, cuando se tratan a sí mismos, son mucho más pragmáticos. “Cuando intentan solucionar sus propios problemas”, señala Epstein, se dejan de jergas y ponen en marcha las técnicas que indica el sentido común: charlar con amigos, baños calientes, meditación…”.
PS. Mi reciente selección de libros de bienestar para el verano, entre los que no se incluye el de Bissonnette.
Juan Morales dijo
Este artículo me ha parecido excelente. Muy bueno! Gracias por compartir. Saludos desde México