Las diez excusas más comunes para romper los buenos hábitos
domingo 17.may.2015 por Natalia Martín Cantero 3 Comentarios
Acabo de cumplir años. Este me parece un momento propicio para emprender cambios, más todavía que la Nochevieja y la vuelta de las vacaciones. Me refiero a los hábitos, esos “arquitectos invisibles de nuestra vida”, como los define Gretchen Rubin en su nuevo libro Better Than Before (Mejor que antes). Rubin, autora del súper ventas Proyecto Felicidad, se convierte en sujeto de pruebas para explorar el fascinante mundo de los hábitos: asegura que cambiándolos lograremos modificar nuestro destino. Yo me conformo con quitarme de encima ciertas costumbres que se interponen entre lo que de verdad quiero y yo. Su recopilación de las justificaciones que utilizamos con más frecuencia para no cambiar me gusta porque, entre otras cosas, creo que aportan información muy valiosa sobre la persona. Algo así como dime cuál es tu excusa y te diré quién eres. Estas son justificaciones que formulamos en caliente; cosa muy diferente es planificar y tomar la decisión a conciencia, en cuyo caso no hay nada que decir. La verdadera libertad está para saltarse todas las reglas y más.
He aquí las 10 categorías de excusas:
1.La trampa de la falsa elección. Esta es una de las que utilizo con más frecuencia. Consiste en colocar dos actividades en directa oposición como si tuviéramos que elegir entre una de ellas cuando, en realidad, no tienen por qué estar en conflicto. Como en “No tengo tiempo de salir a correr. Estoy demasiado ocupado cocinando”; “o disfruto la vida a tope o como lechuga y zanahorias durante el resto de mi vida”; “más vale preocuparse sobre la felicidad de otras personas que de la tuya propia”. ¿Son estas, acaso, las únicas dos alternativas? ¿Son contrapuestas? El truco aquí, como casi siempre, es darse cuenta de lo que está pasando. Como recuerda Rubin, la cuestión de las falsas elecciones surge también en otros contextos en nuestra vida, y más vale estar atentos.
2. La trampa de la licencia moral. Se resume así: me he portado tan bien que, por esta vez, está permitido esto. Nos damos permiso para hacer algo “malo” porque hemos sido “buenos”. Como cuando justificamos las cervecitas y la pizza después del gimnasio (si lo que pretendemos es bajar peso, el esfuerzo se irá al traste). Otro ejemplo: “He ahorrado tanto sin comprar ___ que merezco comprar ____”. Una variación bien curiosa se produce cuando argumentamos que tenemos derecho a portarnos “mal” ahora porque planeamos ser “buenos” en el futuro.
Otra forma (muy graciosa) de ver esta trampa.
3. La trampa de ´mañana´. “No pasa nada por fumar hoy, porque lo voy a dejar a partir de la semana próxima”; “como comienzo mi dieta en enero, ahora puedo probar dónuts de todos los colores”. Rubin cita en su libro un estudio en el que pidieron a los participantes que hicieran una lista de la compra con lo que comerían en una semana. El 70 por ciento eligió fruta en lugar de chocolate. Sin embargo, cuando les preguntaron lo que elegirían en ese mismo momento, el 74 por ciento optó por el chocolate en lugar de la fruta. Estaba tentada de decir que no suelo caer en esta trampa, cuando me he dado cuenta de la cantidad de veces que pienso en la Natalia-del-futuro como aquella persona que dispondrá de la paciencia, la fortaleza y otras tantas bellas cualidades en una abundancia de la que carece la Natalia-de-hoy. Sin embargo, no hay Natalia-del-futuro, sólo Natalia-de-hoy.
4. La trampa del esto no cuenta. Por ejemplo: “Para eso están los fines de semana”; “estoy de vacaciones”; “he dejado de fumar, excepto cuando salgo y me tomo una copa”. Y, sin embargo, como me dijo alguien una vez en relación a la práctica de meditación (que en sí misma es un hábito muy poderoso), “si dejo de meditar hoy, ¿cómo sé que no lo dejaré también mañana?”. Pues eso.
5. La trampa del “solo se vive una vez”. Con sus diferentes variedades tipo “déjate llevar por el momento” o “de algo hay que morir” (esta la detesto especialmente, siempre es preferible morir de otra cosa), esta excusa tiene mucho peligro porque viene camuflada como amor a la vida, abrazar el presente, y cosas del estilo con las que uno queda bien. Sin embargo, para conseguir una felicidad que dure más de cinco minutos es necesaria una apuesta a largo plazo. En esto piensan los comercios cuando ofrecen algún postre estacional, por ejemplo, como pasteles en forma de corazón. Porque nos da la sensación de que tenemos que actuar ahora o dejarlo para siempre. El truco es planear cuándo vamos a hacer una excepción. No bebo alcohol, pero por mi cumpleaños me tomo una copa de cava. O dos o tres.
Esta trampa tiene un acrónimo en inglés: YOLO, You Only Live Once.
Continúo en un próximo post con las siguiente cinco justificaciones. Si es que no se me cruza otro plan por delante, claro.
andres dijo
extraordinario comentario....Y MUCHAS
felicidades por su cumpleaños
AUNQUE SEA CON RETRASO:QUE CUMPLA USTED MUCHOS MAS Y CON BUENA SALUD.
M dijo
Meriendas.
Comidas.
Cenas.
Cumpleaños...
Multilpes ocasiones " para meter la pata".
Saludos.
Natalia Martín Cantero dijo
Muchas gracias, Andrés. Y sí, ocasiones para meter la pata no faltan, M.
Buen día,
Natalia