Lo que deberían ser las vacaciones
Si me observo de cerca –y cuando lo hago soy como uno de esos fotógrafos que se pasan horas y horas, cámara en mano, hasta que el rinoceronte y la rinoceronta, o como se diga, se encuentran en el claro de luna, junto al pequeño estanque que en los documentales siempre es la única fuente de agua en 1.000 kilómetros a la redonda– veo cosas que no me gustan. Suelen pertenecer a una de estas categorías:
Pensar lo que no siento
Sentir lo que no hago
Hacer lo que no pienso
Sentir lo que no pienso
Pensar lo que no hago
Hacer lo que no siento
Pensar y sentir lo que no hago
Sentir y hacer lo que no pienso
Hacer y pensar lo que no siento
Pare...