Cuando el estrés es bueno para ti
martes 20.oct.2015 por Natalia Martín Cantero 3 Comentarios
El estrés es una especie de coco al que se atribuye la culpa de prácticamente todos los males. Una búsqueda rápida en Amazon arroja más de 12.000 resultados de publicaciones relacionadas con el estrés, por no hablar de la lluvia de artículos que cada día nos empapa en las redes sociales. Sin embargo yo, que estos días vivo en un entorno poco estresante, rodeada de vacas y otros animalillos, a menudo lo echo de menos.
¿Es tan malo el estrés? La psicóloga de la Universidad de Wisconsin Kelly McGonigal se lo plantea en su libro The Upside of Stress (La cara buena del estrés). El resumen de la cuestión, fruto de un estudio en el que participaron cerca de 30.000 personas a lo largo de ocho años, viene a ser este: más que el estrés en sí mismo, lo que cuenta es lo que pienses de él. Si crees que es malo para ti, entonces te hará daño, mientras que si lo consideras como algo positivo (tal y como veremos a continuación), puede convertirse en un elemento que te energiza y te pone las pilas.
“Durante mucho tiempo, he dicho a la gente que el estrés nos hace enfermar”, dice McGonigal en la charla de abajo. “Que incrementa el riesgo de todo: desde un resfriado común a enfermedades cardiovasculares. He convertido el estrés en un enemigo. Pero me equivoqué. Ya no quiero que te deshagas del estrés, sino que lo manejes de otra forma”.
Estrés. Imagen de Bernard Goldbach en Flickr.
El germen de la idea surgió a finales de los 90, cuando un equipo de investigadoras comenzó a observar cómo hombres y mujeres respondían de forma diferente al estrés. Mientras que ellos se escondían en sus oficinas, ellas se esforzaban por ser más amables en las reuniones departamentales. En lugar de la clásica reacción de “lucha o huida”, optaron por “atender y proteger”. Estas investigadoras observaron que el 90 por ciento de las investigaciones publicadas sobre el estrés se había hecho con hombres, y en estudios posteriores mostraron cómo el estrés también puede incrementar la cooperación y la compasión. La teoría se expandió para incluir a los hombres como objeto de estudio y mostrar que el estrés no sólo sirve para defenderse mejor, también para proteger a la tribu. Una de las ideas a las que se ha prestado menos atención, explica McGonigal es que el estrés nos hace más sociables.
Desde un punto de vista evolutivo, es importante contar con recursos como la valentía, la audacia y la esperanza. Si creemos que no hay nada que podamos hacer, nos rendiríamos. Si el miedo nos paraliza, no haremos nada ante situaciones extremas. “La respuesta de ´atender y proteger´ versus salir corriendo o luchar es un estado biológico diseñado para reducir el miedo y activar la esperanza´”, indica la investigadora.
Para comprender esto, dice la autora, es importante entender cómo la respuesta de ´atender y proteger´ afecta al cerebro. Para ello entran en juego tres componentes:
- La oxitocina, la hormona que no sólo nos convierte en más empáticos y amorosos, sino que también inhibe los centros del miedo en el cerebro;
- La dopamina, un neurotransmisor que incrementa la motivación y el optimismo, a la vez que predispone a la actividad física, una forma de asegurarnos de que el miedo no nos paralice;
-La serotonina, neurotransmisor que activa la percepción, la intuición y el autocontrol.
En otras palabras, la respuesta de “atender y proteger” nos hace seres más sociales, valientes e inteligentes, algo muy útil para proteger a nuestros seres queridos a un nivel muy básico (la mamá osa velando por sus oseznos). Una vez activado el sistema, sin embargo, tu valentía sirve no sólo para proteger a tu bebé sino para cualquier desafío con el que te encuentres. La gracia es que cada vez que decides ayudar a otros, pones en marcha este mecanismo que implica mayor valentía y coraje.
“Tanto si te encuentras abrumado por tu propio estrés o por el sufrimiento de otros, la manera de encontrar esperanza es conectar, no escapar”, señala. “En cualquier situación en la que te sientas impotente, hacer algo para ayudar a otros puede permitirte sostener tu motivación y optimismo”.
Aclaración importante: esta teoría no dice que el estrés siempre conduzca a preocuparse de los demás. Con gran frecuencia, cuando nos estresamos estamos llenos de ira y a la defensiva (y de ahí que todos esos libros continúen vendiéndose). Pero también puede activar sistemas del cerebro que dan lugar a sentimientos de esperanza y coraje. Transformar el estrés, el hombre del saco, en un catalizador para incrementar la valentía y la conexión con los demás: ahí es nada.
Mi frase favorita de esta charla llega justo al final: “Buscar significado es mejor para tu salud que tratar de eliminar las molestias. Creo que esa es la mejor manera de tomar decisiones. Ir tras lo que crea verdadero significado en tu vida y después confiar en ti mismo para manejar el estrés que conlleva”.
Otros posts relacionados que te pueden interesar:
La ansiedad es enemiga de la empatía
Calma: una vuelta al mundo buscando los secretos de la serenidad
En Twitter: @nataliamartin
Edgardo dijo
Genial!
Edgardo dijo
Para disfrutar! https://www.youtube.com/watch?v=GHNAor0tu9A
Natalia Martín Cantero dijo
Gracias, Edgardo! Hacía siglos que no escuchaba esa canción. Feliz viernes!