La historia del golfista timado
jueves 17.mar.2016 por Natalia Martín Cantero 5 Comentarios
Hoy voy a compartir dos historias cortas pero potentes. La primera está protagonizada por un golfista argentino llamado Roberto de Vicenzo, hoy retirado a sus 92 años. Tras ganar un torneo, sonreír a las cámaras y recibir el cheque pertinente, Vicenzo recogió sus cosas y se preparó para marcharse a su casa. Cuando caminaba en solitario por el aparcamiento hacia su coche, se le acercó una mujer joven. La mujer le dio la enhorabuena por su triunfo y, acto seguido, le contó llorosa que tenía un bebé gravemente enfermo, al borde de la muerte, y que necesitaba dinero para hacer frente a los gastos hospitalarios.
De Vicenzo escuchó a la joven y se conmovió tanto que allí mismo sacó un bolígrafo y le firmó el cheque que acababa de recibir por su victoria. “Haz algo bueno para el bebé”, le dijo. Y le entregó el cheque.
La semana siguiente, estaba almorzando en un club de golf cuando se aproximó a su mesa un directivo del torneo. “Me han dicho que la semana pasada te vieron charlando con una joven en el aparcamiento”, dijo el directivo. De Vicenzo asintió. “Has de saber que es una farsante. No tiene ningún bebé enfermo. Te ha timado, amigo mío”, señaló el directivo. “¿Quieres decir que no hay ningún bebé al borde de la muerte?”, preguntó De Vicenzo. “Efectivamente”, respondió el directivo. “Es lo mejor que he escuchado en toda la semana”, señaló De Vincenzo.
El segundo relato me toca más de cerca. Hace unas semanas, un familiar fue víctima de un timo. Picó en la trampa tras recibir un e-mail (falso) en el que una sobrina le pedía ayuda para volver a casa tras sufrir un atraco y otra serie de desventuras en Marruecos que le habían dejado sin blanca. Mi familiar hizo en el acto la transferencia por valor de 1.500 euros que requería el correo electrónico. La cosa no quedó ahí, sin embargo. Al poco, recibió un segundo e-mail en el que la sobrina pedía más dinero. Volvió a tragarse el anzuelo.
Hasta ahora, nunca había sabido de nadie que hubiese hecho caso de esos correos fraudulentos que inundan las carpetas de correo; mira por dónde me tocó un caso bien cercano. Lo primero que hice cuando me contaron lo sucedido es criticarle por su ingenuidad. Seguidamente, reconocí el acto de gran generosidad. Ahora me pregunto por qué contraponemos una y otra (ingenuidad frente a generosidad) con tanta ligereza, como si uno no pudiera ser avispado y generoso al mismo tiempo. Lo más sorprendente, no obstante, fueron las reacciones del resto de familiares ante el suceso, como si el atracador se hubiera llevado, junto con el dinero, la cordura. No sabemos lo que pasó en el caso de Vicenzo. ¿Qué le dirían su esposa o sus amigos cuando se enterasen de lo ocurrido? ¿Le criticarían o alabarían su generosidad?
Ahí queda la cosa, que yo sólo quería compartir dos historias.
Protégete de tus propios pensamientos ~ Rumi. Imagen de Maryam Khan Malik
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En Twitter: @nataliamartin
M dijo
En ambos casos admiro la nobleza de las dos personas. El de Vicenzo es de una generosidad extrema y la respuesta al directivo no tiene desperdicio.
El segundo supuesto,siendo también digno de tenerse en cuenta, por lo menos había unos lazos familiares.
A toro pasado se pueden analizar otras actuaciones pero esos dos impulsos de gente tan dadivosa no los tenemos que minusvalorar.
Saludos.
M dijo
El cuadro que acompaña el texto me parece precioso.
El Lobo dijo
Si pensar mal, enferma.... la palabra generosa y optimista, quitan las penas.
Cautelar la seguridad en la RED, obliga a pensar muy mal, por unas horas... después, miras como amanece y te sanas.
http://www.icbm.cl/wp-content/uploads/2014/07/valle-de-la-luna-desierto-de-atacama.jpg
PS. Pero.... cuando una "a" vale u$ 20 millones.... ¿ Que se te ocurre ?
http://www.elmundo.es/tecnologia/2016/03/11/56e2cf77268e3e9e0f8b45c1.html
jonas dijo
Me hace gracia cuando dicen, perdóname Natalia pero el tema no viene al caso, aunque ..sí el escrito sí.Que la gente nacida en la democracia lo ha tenido fácil con estas basuras de políticos incluido el Felipito con los derechos de los homosexuales.Yo he sufrido vejaciones de todo tipo y acarreo síntomas perdurables por culpa de esto.Y ya soy de mediana edad,¿avanzar en los derechos? y una mierda felipito...ni tú ni el bigotes hicisteis nada por normalizar eso como cuando eres como la protagonista de "Carol" una marica de provincias.Asco me dais todos.Gentuza.
Natalia Martín Cantero dijo
Gracias, amgi@s, por las aportaciones.
Nos seguimos leyendo,
Natalia