Florian Thalhofer, nuestro protagonista en esta serie de posts, tiene varias etapas como productor. En una primera etapa de experimentación y búsqueda narrativa trabajó solo o con Berke Bas, un director de cine y fotografía y buen amigo que hizo estudiando en la Universidad de la Artes de Berlín.Durante ese primer periodo realizó cuatro obras: Small World (1997), Korsakow Sindrome (2000), Lovestory Project (2002) y 7 sons (2004).
En una segunda fase, la que estamos analizando ahora, se alió con Kolja Mensing y produjeron dos obras interesantes donde el espacio físico se convierte en protagonista destacado: 13th floor y la que vamos a analizar en este post, 13th shop.
En 13th shop se ubicaron en el centro comercial "Roland Center" de Bremen
En 13th floor vimos como los dos directores relataban el día a día de los habitantes de un complejo marginal de viviendas para demostrar a la sociedad y al gobierno que el sitio donde habitaban no era el infierno, sino un espacio digno para vivir. El rol de Thalhofer y Mensing era de mediadores culturales, utilizando sus conocimientos y recursos al alcance para ofrecer una visión de la realidad que fuera capaz de dignificar una situación compleja.
Selección de fotogramas del proyecto 13th Shop
En este caso, partiendo de un espacio físico, como en el anterior proyecto, pero esta vez más público y accesible (en el caso de un vecindario, aunque hay zonas públicas, los espacios personales son privados, propiedad de las famílias que las habitan), ahora tocaba el turno de la crítica al sistema capitalista, poniendo el ojo -y la cámara- en un lugar como generador de ganancias: un centro comercial. La obra 13th shop relata la vida de personas que ven pasar sus vidas en los centros comerciales, o bien trabajando en ellos o pasando el rato.
Un momento de la grabación del documental con los dos directores
Para Thalhofer, los centros comerciales son similares a las plazas de los pequeños pueblos: la gente va allí no sólo para comprar o vender, sino también a tomar un café y charlar con sus vecinos. Es decir, en la línea clásica que conocemos del ágora griega o el foro romano, la gente se reune en esos lugares centrales no solo con el fin de comprar sino para socializar y hacer nuevos contactos (orígen del famoso networking actual).
En este caso, y después de visionar y navegar por el proyecto, la impresión que me queda es que la intención de los directores no es tampoco realizar una crítica feroz al sistema económico y capitalista, sino mostrar la cara de los centros comerciales en tanto lugares de comercio donde los bienes se intercambian, pero no solo eso, sino también las historias, los sentimientos y las emociones. Todo es intercambiable. Comprar-vender. Ad eternum. Todo es un baile entre estos dos conceptos.
Para realizar el proyecto y estar cerca del foco de acción, ambos autores pasaron un mes en un centro comercial en Bremen durmiendo en una caravana ubicada en el aparcamiento del centro comercial. En este caso, más allá de la aplicación y el proyecto en línea, también se editó un libro con las experiencias de los dos autores. El Centro comercial Roland, el elegido por los autores, fue uno de los primeros centros comerciales construidos en Alemania.
Una de las primeras imágenes del centro comercial
Después de realizar las grabaciones y entrevistas, los directores se enteraron que el centro comercial tenía la misma edad que ellos. ¿Ellos eligieron ese espacio o el espacio a ellos? No habéis hecho aguna vez algún proyecto y aparecen de repente varias coincidencias significativas...
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