El documental audiovisual Alma, hija de la violencia se estrenó el pasado lunes 29 de septiembre en la segunda cadena de TVE, concretamente en el programa Documentos TV. La emisión audiovisual del documental fue paralela al estreno del webdoc que forma parte del mismo proyecto transmedia (documental, webdoc, libro, aplicación, redes sociales y exposición). El martes ya informamos de ello como se merecía, pero ahora vamos a ir un poco más allá y nos vamos a sumergir en los detalles, que es cuando la cosa se pone más divertida.
Para empezar, debemos entender de qué va esta historia. En la página web de Documentos TV no se puede resumir el hilo argumental de mejor forma:"En Guatemala cada día son asesinadas 18 personas. Más de 20.000 jóvenes pertenecen a las maras. Alma perteneció a una pandilla durante 5 años. Salir de una mara no es fácil. Sus antiguos compañeros intentaron asesinarla y ahora huye, contando su atroz experiencia."
Fotografía "Alma Mere" propiedad de Miquel Dewever-Plana
A nivel de interacción, en Alma. Hija de la violencia el espectador se convierte en protagonista mientras escucha el relato al poder elegir entre ver el testimonio de Alma -con un fondo negro que insinúa indirectamente su trayectoria vital- o una parte más dinámica compuesta por imágenes e ilustración (fotos y vídeos de uno de los directores de la obra, Miquel Dewever-Plana, e ilustraciones de Hugues Micol). Ya se trate del ratón -en el webdoc- o el dedo -en la aplicación-, el hecho de poder conmutar las dos capas de vídeo nos da la sensación de control, pero en ningun caso de pérdida de detalles o recorridos posibles. Resultado clave obtenido: ni los directores ni el interactor pierden.
Esta técnica fue categorizada como "interacción suave" por uno de los productores, Alexandre Brachet, director de Upian. De acuerdo con Brachet, esta poca variedad al interactuar con los elementos de la narración permite que el usuario interiorice y olvide fácilmente la mecánica de navegación e interacción -es decir, que no haga más de una cosa a la vez dentro del sistema generado- y pueda concentrarse en la historia. Como el testimonio de Alma se sucede en un continuumtemporal ininterrumpido, conseguir la inmersión del espectador resulta sencillo y así se le puede fidelizar hasta el final de la historia y el más allá (las otras plataformas de la estrategia transmedia de no ficción).
Como observamos, dos de los supuestos más complejos para el documental interactivo -las interfaces complejas que hacen que el usuario se pierda y la saturación de información- estan muy bien balanceadas en este producto. Si una de esas dos cosas sucede, perdemos a nuestro "cliente". Como hemos avanzado en posts anteriores, el webdoc posee una compleja receta que se puede romper con mucha facilidad, y este equilibrio "narración-interacción" se da en su justa medida en Alma. Su gran factor añadido diferencial es que innova pero respeta algunas de las normas sagradas de ambos géneros, los audiovisuals y los interactivos.
La estrategia transmedia se diversifica a través de un impactante y sugestivo webdoc, dos versiones para tableta (Ipad de Apple y Android de Google), el documental televisivo, dos libros impresos (Alma y La otra guerra, editados por Le bec en l’air en francés y por Blume en castellano) y una exposición itinerante.
Fotografía "Alma La Danse", propiedad de Hugues Micol
Como las verdaderas historias transmedia, ya no se trata de una adaptación de un medio a otro ni del hecho de tener que consumir en un orden completo el relato para entender la historia (multisoporte - crossmedia), sino que en este relato cada plataforma ofrece un contenido de forma distinta, creando una verdadera experiencia transmedia. Las imágenes, los textos, las ilustraciones y el sonido funcionan como un reloj suizo al servicio de una experiencia global posibilitando recibir la historia de acorde a los diferentes ritmos vitales y necesidades de los usuarios.
Pero aun hay más, porque la innovación no solo abarca las cuestiones de contenido, sino de técnica también. Hemos podido disfrutar de Alma en RTVE porque sus creadors diseñaron un código que permite exportar el programa a cualquier página web o blog. El sistema es simple: así como incrustamos un vídeo Youtube en una págia web con un marco llamado iFrame, sucede lo mismo pero con todo el objeto Flash, programario con el que se implementó el proyecto.
Los dos directores durante una entrevista del World Press Photo
La estrategia de difusión y expansión es muy clara porque, como sucede en ficción, se anima a los seguidores (el hueso duro de la narrativa) y espectadores ocasionales a viralizar el proyecto a través de los medios sociales. En varios países el proyecto ha sido vendido a radiodifusores con el objetivo que estos tuvieran la exclusiva del proyecto, de tal modo -como sucede en nuestro país con RTVE- que en el idioma/s oficial/es de cada país solo es posible acceder al proyecto via el radiodifusor que ha pagado los derechos correspondientes. También eso, más allá de la cuantiosa inversión del radiodifusor, les beneficia a estos últimos en número de visitas, reproducciones y feedback recibidos. Con el tiempo -más de dos años hasta el día de hoy- se ha demostrado que esta estrategia ha resultado acertada, ya que las cifras demuestran, primera vez, que la audiencia en Internet de un documental interactivo sobrepasa la audiencia televisiva (Arte Francia). En Francia, sin ir más lejos, difusores como Rue89 o Time Magazine se han encargado de viralizar las versiones francesa e inglesa respectivamente de una manera notable.
Alma ha costado una cifra que ronda los 450/550 mil euros (215.000 euros aportados por Arte, 100.000 euros de subvención del Centro Nacional de Cine francés (CNC), unos 40.000 del Fondo multimedia del Festival Tribeca y el resto de la asociación británica World View). No se trata de un proyecto barato, ni mucho menos, pero si eso puede servir para transformar algunas conciencias y hacernos conocer el otro - sea humano, ciudad o país- para entendero, ayudarlo y respetarlo, vale eso y mucho más. Y porque el otro, por extensión, somo nosotros mismos... Por todo ello, porque conmovió conciencias e hizo aflorar cosas ocultas, otros países, empresas y radiodifusores tomaron ejemplo y crearon sus propias Alma.
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