La empresa Intel, conocida por ser la mayor fabricante de chips informáticos del mundo, presentó en 2011 un proyecto llamado The Museum of Me. La sencillez de la aplicación reside en su funcionamiento, es decir, tan solo hace falta tener una cuenta y cierto material visible en Facebook para que la aplicación haga el resto. Como más información tengamos en la red social por excelencia, más completo será nuestro vídeo final.
La conexión con Facebook Connect, una API de Facebook que permite enlazar el servicio con programas externos, permite seleccionar de manera aleatoria un conjunto de imágenes de las fotos de Facebook, y otros datos estadísticos como la ubicación geográfica, los vínculos relacionales, etc., para conformar un vídeo que mediante un movimiento de travelling lateral de izquierda a derecha recorre una sala virtual de museo con algunos de los momentos vitales más significativos de cada ser humano. Al final de la navegación, todas las imágenes acaban confluyendo en un lienzo que simula la cara de la persona sobre la que se realiza el recorrido virtual.
A nivel textual, durante el recorrido se elabora un interesante montaje visual a partir de la selección de las palabras más utilizadas extraídas del muro de cada usuario. También hay espacio en el recorrido para deleitarnos con una gran sala con una instalación multipantalla sobre los vídeos, presidida por una escultura de uno de los iconos de la red, el icono "me gusta" de Facebook.
La pieza sonora creada por el artista visual y músico Takagi Masakutsa contribuye a crear una experiencia memorable que por desgracia no podemos guardar en vídeo, porque más de uno en estos tiempos de hiperindividualismo lo hubiera hecho y difundido de paso por sus redes. Lo que hace mucha gente, como alternativa, es capturar el vídeo mientras el navegador lo reproduce y después difundirlo por las redes.
Porque si algo tiene la cultura digital es que permite individualizar cualquier experiencia hasta convertirla en un singular museo personal de vivencias y recuerdos. Cuando logramos involucrar emocionalmente a nuestro usuario, nos lo hemos ganado y él se encargará del resto de acciones (navegar, interactuar, compartir con otros, recomendar, etc.) que favorecerán la expansión de nuestra obra. Así de simple, así de complicado. Esa una de las leyes básicas de la narrativa transmedia: gánate a tu audiencia y ella hará el resto.
Esta tendencia de enlazar un proyecto con el potencial de varias redes sociales se utiliza cada vez más sobretodo en ficción, pero en este blog hemos querido destacar precisamente su contraparte de no ficción: la realidad es que este proyecto nos genera un pequeño documental con algunos de nuestros momentos vitales más significativos resumidos.
En relación a propuestas de ficción que nos piden una conexión con Facebook y utilizan a tiempo real datos de la red social, vamos a citar dos ejemplos clave a nuestro entender: The Wilderness Downtown (Chris Milk y Google, 2010) y Take this Lollipop (Jason Zada, 2011).
En el primer ejemplo, se trata de un videoclip interactivo de la canción We used to wait del grupo canadiense Arcade Fire. La innovación que propone Chris Milk parte del concepto de ubicar nuestra posición y recuperar imágenes de satélite usando Google Maps y Google Street View como herramientas para visualizar esos espacios.
La segunda iniciativa parte de un corto de suspense donde un sádico asesino nos persigue a partir de nuestro rastro online generado por Facebook. Parece ficción, pero acordaros que la realidad muchas veces la supera. Probar este último proyecto y veréis, realmente da miedo el personaje. Hacia ahí es donde va Internet, en pocos años lo veremos con propuestas que nis imaginamos en el momento actual.
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