A finales de abril salió a la luz otra iteración de un proyecto que poco a poco se está convirtiendo en un "must see" en el mundo del documental interactivo y transmedia. Se trata de Offshore, y cuenta por el momento con dos documentales, uno interactivo y una plataforma que explora varios países recién salida del horno.
Vamos a analizar en este post los dos documentales interactivos que ha producido la directora y buena amiga canadiense Brenda Longfellow. Se trata de Offshore Interactive e International Offshore Interactive.
Brenda es una reconocida directora de documentales y profesora de la Universidad de York, en Toronto. Sus documentales han sido seleccionados y ganado prestigiosos premios como el Premio del Público a la Mejor Película Experimental en el Festival de Cine de Santa Cruz (2011), el Premio de Bronce por Remi Weather Report en el Festival de Cine de Houston (2008), el premio a Mejor Documental Cultural por Tina en México en el Festival Internacional de Cine de La Habana (2002), o el Gran Premio en Oberhausen para Nuestra Marilyn (1988). Como veis, lleva muchos años realizando un tipo de cine de no ficción muy comprometido y activista, porque lo lleva literalmente en la sangre. Además, imparte una asignatura de documental interactivo en el Grado de Cine de la Facultad de Artes de la Universidad de York, donde tuve el placer de asistir parcialmente en 2013 y aprender mucho.
En el proyecto que nos ocupa, para producir esta obra se alió con Glenn Richards y el estudio canadiense que está en boca de todos estos últimos años, Helios Design Labs. La explotación del petróleo y las consecuencias que esto conlleva en los mares, el ecosistema en general y el planeta son el tema central de esta historia, que refleja fielmente la línea documental que Brenda ha seguido durante los últimos años.
Pero, más allá de las apariencias, la versión interactiva ofrece su visión crítica de como la avarícia y egoísmo por el dinero puede obviar lo principal, nuestro sentido y relación con la naturaleza y los preciosos recursos naturales con los que hemos sido obsequiados y bendecidos. El primer ensayo fue Offshore Interactive, donde trabajaron con las posibilidades del 3D para los navegadores bajo el estandar webGL. Si bien One Millionth Tower (parte del proyecto Highrise) representó un experimento que dejaba entrever cosas interesantes en el campo del 3D para la web, personalmente opinamos que este es el primer proyecto de documental interactivo en 3D donde se justifica la utilización de esta técnica plenamente.
El 3D y la navegación al estilo videojuego permiten entrar en la hisotira, sentir literalmente que se llega por aire a la plataforma abandonada y misteriorsa, donde alguna cosa grave ha sucedido, e ir penetrando sus variados niveles para ver lo que aconteció allá. Además de la calidad en la manera de explicar la historia -porque detrás hay alguien con vocación al servicio del documental más comprometido con las injusticias y desigualdades-, todo el tratamiento del proyecto interactivo tiene lógica y coherencia, cosa difícil de encontrar en los tiempos que corren.
Para empezar, siempre sabemos donde estamos mediante menús y mapas gráficos, y además también se nos informa de cuantos minutos del total hemos completado, para que no nos asalten las dudas. Todos los elementos están insertados en el contexto y se van volviendo más escabrosos a medida que vamos bajando por los niveles de la plataformas, como si la metáfora visual nos indicara que hay que escarbar para encontrar la verdad.
Este es uno de nuestros referentes de documental interactivo que siempre citamos y analizamos en las clases porque, como hemos comentado, innova en varios aspectos plenamente justificados. Es decir, no se utiliza ni y se alardea de la técnica por sí para llamar la atención, sino que esta está al servicio de la narrativa.
A principios de mayo de este año, casi dos años después del lanzamiento de la primera parte, Brenda y su equipo nos obsequiaron con el segundo de sus regalos. En este caso no hay una narrativa que nos acompañe des del principio, sino que se plantea más un estilo más libre de navegación con un estructura al estilo mosaico con varios países que podemos ir descubriendo. Si bien el anterior proyecto se focalizó en una solo plataforma petrolífera, aquí la historia se expande a varios países y enclaves estratégicos.
Offshore International es otra aproximación a las fronteras de la industria de los combustibles fósiles globalizados, mostrando los campos de petróleo en Brasil, Ghana, Alaska y el Golfo de México por los que varias compañías se pelean. Esta nueva experiencia de inmersión sigue la historia de la proliferación de perforación en alta mar frente a las costas de esos países y es una segunda parte del proyecto de documental interactivo lanzado en 2013, siguiendo con la exploración de los peligros y las consecuencias de los campos de petróleo en aguas profundas a través los ojos de los periodistas, activistas y directores de cine.
Varios artículos que hemos leído han categorizado este proyecto como un juego serio, pero de eso tenemos nuestras dudas porque no creemos que este sea exactamente el formato que se persigue: no se plantea exactamente como un juego, aunque debemos admitir que si contempla ciertas dinámicas propias de estos. Combina algunas lógicas del juego con interfaces altamente inmersivas, lo que le confiere una solidez y fortaleza como pocos analizados hasta la fecha.
Longfellow inicialmente imaginó la película en la que el elemento del que se partiera fuera el derrame de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon en abril de 2010, el mayor derrame de petróleo en la historia marítima. En base a esto fue indagando y descubriendo sub-historias que ha ido añadiendo al eje principal, llevando el proyecto y su denúncia al terreno internacional.
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