Como vimos en el primer post de esta serie, Challenge for Change (1967-1980) y Filmmaker-in-residence fueron dos proyectos que han influido de manera determinante en el proyecto más largo de documental colaborativo realizado hasta la fecha: Highrise (2009-2015). Toda la experiencia acumulada desde que John Grierson fundara el National Film Board de Canadá en 1939 en relación al género documental, y la inversión en los medios digitales y la animación, confluyeron en un proyecto como el que nos ocupa en este serie.
El National Film Board de Canadá es en una organización pública canadiense que tiene el objetivo de producir y distribuir películas para promover el país alrededor del mundo. El NFB es reconocido por sus documentales y por sus cortos animados, muchos de los cuales han ganado todos los premios imaginables. El objetivo del NFB, con el proyecto Highrise, fue crear un proyecto anual que abarcara diferentes iniciativas y que contara con un grupo multidisciplinar de personas que enfocara la problemática de manera integral. Vamos a empezar viendo este teaser global del proyecto para sumergirnos en él de lleno.
El mismo NFB define Highrise como un proyecto multianual, un experimento de documental multimedia que explora la experiencia humana en los suburbios verticales. Se trata esencialmente de ofrecer distintas perspectivas sobre el proceso imparable de urbanización mundial, la concentración y densidad de población en grandes núcleos y los individuos que habitan estas sociedades, así como las responsabilidades colectivas en las sociedades y las estructuras que creamos. Después de teorizar y presupuestar el proyecto -casi un millón de dólares cada año-, el NFB, ya con el equipo creado, se puso manos a la obra. Para acompañar el teaser, crearon una web y un pequeño proyecto de presentación en Flash: el prólogo.
El Prólogo del proyecto Highrise
El prólogo fue toda una declaración de intenciones sobre este proyecto. En él, utilizando la metáfora de diferentes pisos de un bloque vertical (situados en la izquierda en la imagen superior), se nos invita a visitar nueve compartimentos donde encontramos las bases del proyecto: desde la idea básica, la unión con el estudio urbanístico en la Universidad de York de Toronto, hasta incluso una primera propuesta de nueve ciudades del mundo para demostrar su hipótesis de partida: que hoy en día hay más gente que nunca habitando en grande ciudades y que la mayor forma de concentración se produce en el llamado urbanismo vertical -o barraquismo, según como se enfoque. Digamos que esta declaración de intenciones se podría haber plasmado en una memoria escrita o un pequeño dossier, pero prefirieron hacerlo atractivo visualmente e interactivo. Un gran acierto porque el proyecto te atrae de entrada.
A nuestro parecer, se trata una primera propuesta muy sencilla pero brillante, y en si ya un primer documental web por todo el material que posee y como enlaza los diferentes ítems. Esta obra no ha sido considerada uno de los grandes proyectos de Highrise, pero si no se le echa un vistazo de entrada, cuesta entender el proyecto en toda su dimensión. Ahí radica su importancia clave. Es el pilar del edificio sobre el que se erige toda su estructura. Es como si entráramos en el rascacielos y el portero nos explicara quien vive en cada piso (a nivel metafórico).
El Prólogo del proyecto Highrise
Conviene destacar que lo que ha aportado más valor añadido a Highrise es el hecho de que sea uno de los únicos proyectos de producción del área documental que han conseguido en cierto modo vincular, fusionar y articular participantes de diferentes ámbitos, pero con intenciones cercanas. Los simulacros de Challenge for Change y Filmmaker in residence resultaron provechosos como prototipos y tests, que facilitaron la posibilidad de definir una línea y propósito claros en la manera de actuar del nuevo proyecto.
Edificio de Kipling Avenue, en los suburbios de Toronto
El proyecto en sí representa una manera de combatir y ofrecer soluciones, a partir de la tecnología, al chabolismo, que ha pasado de ser horizontal a vertical. En cierto modo nos encontramos ante un caso de reconstrucción de la memoria histórica pero en clave futura, es decir, no centrándose en "lo que una vez fue", sino en lo que más adelante "podría llegar a ser".
Gerry Flahive, productor del proyecto y drante 30 años produciendo para el NFB, señala que tradicionalmente se ha considerado la web como una herramienta de promoción principal para un documental. En 2004, Flahive comenzó a repensar cómo la web puede ser utilizada para contar historias, preguntándose que pasaría si en lugar de actuar simplemente como un medio de representación en línea para el documental, la propia web fuera la plataforma. Eso fue el cambio que originó Highrise y muchos otros proyectos digitales del NFB.
Además de la web y del prólogo, los grandes proyectos digitales que Highrise ha producido durante los últimos años han sido: The Thousanth Tower (2009), Out my Window (2010), Participate (2011), One Millionth Tower (2011), A short Story of the Highrise (2014) y Universe Within (2015). Antes de empezar con The Thousanth Tower , recomiendo leer "La historia" de la web de Highrise. Con el teaser, el prólogo y la sección "La historia" ya nos hacemos una idea muy aproximada de lo que vamos a analizar en los próximos posts.
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