A nivel de contenido, el festival presenta una programación de primer nivel elaborada por expertos, así como una parte de industria que cada año va adquiriendo más protagonismo. Uno de los cambios estratégicos de esta edición ha sido el hecho que todas las sedes y salas de cine se ubican en el centro de Medellín, así que no hay que desplazarse por toda la ciudad y perder tiempo por los famosos "tacos" o caravanas que se forman debido al tráfico.
Además, la programación de exhibición de películas es consecutiva, es decir, la mayoría de los días empieza con una película a las 16h de la tarde y se empalma con otra película a pocos metros de distancia a las 18h, y otra a las 20h aproximadamente. Todo ello ha contribuido a un incremento notable de los espectadores, que durante los primeros días llegó a triplicar la asistencia en relación a la segunda edición. Y, además, todas las proyecciones son introducidas por un miembro del equipo del festival o el propio director con entrada libre, factor que también ayuda a que la gente se anime. En el caso de algunas películas como El retorno, de Juan Pablo Ríos -uno de los directores que apunta más alto del cine colombiano actual-, el coloquio después de la película duró más de una hora.
El grueso de la programación lo conforman 22 largometrajes documentales de diferentes países, 12 cortometrajes nacionales, directores internacionales invitados, master clases, talleres, una maratón de documental interactivo y otras actividades programadas. De cada película seleccionada se realizan dos proyecciones durante el festival. Estas son: The Forecaster (Marcus Vetter), The Mulberry House (Sara Ishaq), Good things await (Phie Ambo), Rocks in my pockets (Signe Baumane), Los Castores (Nicolás Molina y Antonio Luco), La Lista de Falciani (Ben Lewis), El Tram Final (Oscar Pérez), El retorno (Juan Pablo Ríos) y The good life (La buena vida, Jens Schanze). Las películas de la sección oficial optaron por el Premio del Público y por el Premio a Mejor Película.
La película que ganó el galardón más codiciado (Premio de la sección oficial) fue Rocks in my pockets, aunque la directora no pudo estar presente para recoger la estatuilla. Las películas seleccionadas para las sesiones especiales contaron con una única proyección durante el DocsBarcelona+Medellín 2015. La sesión especial estrella fue la presentación a nivel nacional de la película La Vida es Sagrada, dirigida por el danés Andreas Dalsgaard en una coproducción entre Dinamarca, Noruega e Irlanda del año 2014.
En esta obra documental se nos presenta al filósofo, profesor y político colombiano Antanas Mockus luchando contra la violencia y corrupción de su país. Bajo el lema “La Vida es Sagrada”, organiza una imaginativa campaña que moviliza a miles de seguidores y le coloca en primer lugar de las encuestas dos semanas antes de las elecciones presidenciales.
El gobernador de Antioquía Sergio Fajardo abrazando a Antanas Mockus después del visionado de la película
Las élites políticas reaccionaron con una campaña de mentiras y desprestigio y, finalmente, Mockus perdió las elecciones. No obstante, sus ideas dejaron una semilla que acabó floreciendo. Muy interesante y revelador el final de la película, de la que me quedó con una frase que para mi resume gran parte del proceso que se explica: "Santos gobierna con los votos de Uribe y con las ideas de Mockus".
Público asistente en el teatro Lido para la estrena nacional de la película La vida es sagrada
Las otras sesiones especiales fueron Sharaf, Slaves y Hidden (pase de cortometrajes documentales animados) de Hanna Heilborn y David Aronowitsch, Die Böhms, de Maurizius Staerkle-Drux, Bucarest, de Albert Solé, y ¡Sonó Sonó, Tite Curet!, de Gabriel Coss e Israel Lugo.
Como comentó ayer el director del festival en la ceremonia de clausura, ha habido un 50% de aumento de asistencia a las películas del festival, y eso son muy buenas noticias. A todo esto hay que sumarle un espacio para directores con obras noveles y una dedicada a estudiantes, como ya viene siendo habitual en el DocsBarcelona desde hace algunos años. Además, a nivel de formación, el festival ofreció tres master clases y dos talleres, uno de desarrollo de documentales y la Hackadoc, el primer taller de prototipaje de webdocs que se celebró en Medellín, y uno de las primeras hackatones en Colombia.
Joan Gonzalez dictando el Taller de desarrollo de documentales
El Taller “Desarrollo de un proyecto documental” se llevó a cabo el 24 y 25 de julio y se orientó a directores y productores de todo el mundo con un proyecto de largometraje documental en etapa de desarrollo. El taller tuvo una duración de 16 horas divididas en 2 sesiones de 8 horas cada una.
Pero no todo fue trabajo, también hubo tiempo para el placer y la degustación, en actividades paralelas como el Docs and Wine, o numerosas comidas y cenas, así como salidas a locales de salsa más carismáticos de Medellín como el Eslabón Prendido, el Tíbiri o Convergencia. Como veis, no falto de nada.