Mucho hay que decir de A Short History of the Highrise, y en este post nos centraremos en continuar analizando una de las mejores obras de documental interactivo en su corta historia, y algunas anécdotas de su génesis en un lugar oculto de Nueva York...
Una de nuestras hipótesis doctorales afirmaba que a la hora de crear webdocs, lo más recomendable era ofrecer dos versiones al usuario de modo sutil: una más lineal y una interactiva. Este proyecto confirma nuestra hipótesis de partida porque mucha gente coincide al afirmar que este es uno de los proyectos más equilibrados que ha navegado nunca. Me refiero a la receta y equilibrio entre narración-interacción, os suena, verdad?
Pero, además de la elegancia en la interfaz y la sutilez en la interacción (no nos molesta si no queremos parar y consultar otras cosas), otra parte clave de un webdoc es su principio. Ahí cada webdoc se la juega porque si en pocos segundos no consigue captar la atención del usuario, lo perderá. Otro ejemplo de buenas prácticas en este caso: una música atrayente y unas breves instrucciones para no iniciados en los medios interactivos nos llevan directamente a donde queremos ir, a ver el documental. Veamos la segunda parte, en modo lineal también:
A nivel de interacción, en el webdoc, a estas cuatro piezas audiovisuales se incorporan textos informativos adicionales, enlaces, animaciones y micro-juegos. La serie lineal es producida por Op-Docs, el departamento del The New York Times de cortos documentales.
La historia de la gestación de este encuentro es sencillo: Jason Spingarn-Koff, el editor que lanzó la sección NYT Op-Docs, se acercó al NFB con la idea fija de "hacer para algo sobre rascacielos en la ciudad de rascacielos", como comenta Cizek en su blog del NFB.
La Morgue, del The New York Times
Jason ofreció acceso a la directora de Highrise a los archivos fotográficos "NYT undigitized", una colección de 5-6 millones de fotografías analógicas, y la Cizek entonces se pasó una semana en los archivos, ubicados en 3 pisos subterráneos debajo de Times Square llamados "La Morgue". Mucho trabajo, pero eso sí, con la ayuda de un especiaslista archivador, Jeff Roth. Roth le mostró miles de fotografías en carpetas de archivos organizados, muchas de las cuales, ocultas durante décadas, retratan el ascenso triunfalista de la ciudad de Nueva York en el siglo XX. Seguimos con la parte 3 del documental:
El proyecto también cuenta con una página web que el The New York Times ha facilitado para que la gente envíe sus historias, y que sirvió para nutrir la cuarta pieza visual de este rompecabezas tan interesante donde la colaboración y participación de los internautas vuelve a estar al orden del día.
Por todo ello, y más cosas que nos dejamos en el tintero, lo consideramos un documental web muy equilibrado, donde se experimenta con la forma documental pero a la vez se aplica lo que ya funciona, porque otras de las máximas de los interactivas es no tocar lo que ya funciona. Por ejemplo, no crear iconos nuevos si los que hay -de indice, de menu, de comentarios-, etc., ya existen y son estándares. Así nuestro usuario no debe aprender más leyendas y se puede concentrar en navegar e interactuar con lo importante de la historia. Mirar el menú ubicado en la izquierda de la imagen para entender mejor lo que os digo.
Espero que hayáis disfrutado de la cuarta parte del documental lineal para terminar el análisis de este proyecto. Nos vemos en el post final!
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