La última parada por el universo de Submarine Channel y el número 5 de nuestra cuenta atrás es uno de los documentales interactivos que nos gustan más personalmente: Last Hijack interactive. El proyecto, dirigido por Femke Wolting y Tommy Pallotta, cuenta con un documental lineal y otro interactivo y es una coproducción entre los Países Bajos, Irlanda, Bélgica y Alemania que explica el negocio de la piratería en Somalia a partir de una historia concreta real. La película aporta un innovador enfoque híbrido para explorar cómo el pirata somalí Mohamed debe realizar tales actos para asegurar su supervivencia. Lo original de la propuesta es que el personaje de Mohamed se analiza desde una vertiente psicológica poco común en estos proyectos, a través de sus recuerdos, sueños y temores, elementos yuxtapuestos con imágenes en bruto de su vida cotidiana en una narración que no dejará indiferente a nadie.
Y es que el contexto explica que Somalia es la capital mundial de la piratería, y debido a ello Mohamed es considerado uno de los piratas más experimentados de este país. Pero en su tierra natal Mohamed es sólo otro hombre tratando de llegar a fin de mes. Lejos del glamour y aventura que caracteriza a los piratas de libros y películas, los piratas somalíes se enfrentan a un creciente escrutinio y estigmatización tanto en el país como en el extranjero. Mohamed representa, por extensión, cualquier pirata o hombre que debe afrontar el destino de la supervivencia, pero además el hecho que la piratería podría estar llegando a un punto de no retorno y por ello se decide a realizar su último golpe, un último secuestro que le solucione para siempre la vida. ¿Lo conseguirá?
El proyecto reproduce a la perfección esta voz coral que caracteriza a los mejores webdocs, donde el equilibrio entre narración e interacción funciona con una precisión asombrosa: utiliza la doble estrategia que hemos visto en otros webdocs dignos de mención, como A short History of the Highrise de Katerina Cizez o Clouds over Cuba de la JFK Presidential Library, centrada en ofrecer dos navegaciones: si el usuario no hace nada, es un documental lineal que avanza de principio a fin sin interrupción. Si mueve el ratón por encima de la pantalla, una tímida línea de tiempo aparece de la nada y puede enlazar con otros puntos o contenidos del proyecto. El documental, cuando se realizan estas interacciones, se para, y cuando se vuelve a la interfaz general, se vuelve a activar desde el punto en que lo abandonamos. Una estrategia infalible para saciar a los dos tipos de usuarios: los más lineales y los más no lineales. Y así, todos contentos...
La versión lineal del documental es muy recomendable y llama la atención que se utiliza de forma magistral la animación, como viene siendo habitual en la línea de proyectos elaborados por Submarine Channel. Además, viendo la progresión desde Collapsus, en 2010, hasta Last Hijack Interactive, de 2014, se observa como se han preocupado de refinar e innovar las técnicas narrativas y como la interacción está diseñada al servicio de la narración, y no viceversa.
En el webdoc, la obra sigue siendo lineal pero incorpora una línea de tiempo con capas concéntricas: la línea narrativa principal nos la cuenta de primera mano el secuestrador Mohamed, pero después podemos ir pelando las capas de la cebolla para ir descubriendo las otras caras de la historia y de la moneda: la del capitán del barco secuestrado, la de la mujer del capitán -que vive y sufre desde la distancia y una aparente seguridad-, y la del experto en seguridad y en la materia, que aporta la visión más objetiva de la historia.
En una línea concéntrica y complementando a estas cuatro visiones o perspectivas de la historia, encontramos dos o tres enlaces más a contenidos multimedia: desde la biografía de los personajes hasta impresionantes visualizaciones de datos que nos explican con más detalle el fenómeno e impacto de la piratería en Somalia durante los último años.
Con la historia nos podemos hacer una idea aproximada, pero se trata de un fenómeno demasiado complejo para conocerlo a través de una sola experiencia. Y es aquí donde entran en juego un conjunto de materiales adicionales que permiten ir más allá y tejer los entresijos de este negocio tan lucrativo para algunos. Este video más extenso nos da una idea más aproximada del proyecto:
Todo el proyecto se puede navegar en varios idiomas, con subtítulos y con el valor añadido que todo lo que no podemos ver de la historia se recrea usando la animación. En conclusión, nos interesa especialmente el modelo que propone Submarine Channel por las siguientes razones:
#1 - Por innovar en cada proyecto que producen, y saber mezclar de manera magistral la no ficción con la ficción, para rear falsos documentales que plantean más preguntas que ofrecen respuestas.
#2 - Por entender y apostar en su momento en el poder de la animación en el documental para rellenar espacios no filmados, como creador de elipsis y para otorgar ritmo narrativo.
3 - Por los temas que eligen para sus documentales y la calidad de sus propuestas lineales.
4 - Por la estrategia transmedia que presentan algunos de sus proyectos, donde la coherencia y los elementos se han diseñado y articulado desde el inicio desde una óptica interactiva y no lineal. Y así, las cosas funcionan siempre.
Les seguiremos de cerca a los de Submarine, a ver con qué nos sorprenden la próxima vez. Hasta nuestro #4!
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