Here at home se puede considerar a todos los efectos un experimento interactivo que se llevó a cabo en cinco ciudades de Canadá e incluyó a más de 2.000 participantes. El cambio social que promueve el proyecto pasaba por la capacidad de contar muchas historias en muchos lugares a lo largo de muchos meses. Expliquemos un poco el origen y objetivos de la investigación primero, si os parece.
En 2008, el gobierno de Canadá otorgó una ayuda de 110 millones de dólares canadienses a la Comisión de Salud Mental de Canadá para llevar a cabo un experimento radical: durante cuatro años se llevó a cabo el mayor estudio de indigentes con problemas mentales hasta la fecha llamado Housing First (En casa primero). La prioridad no se centraba, como sería habitual en un estudio convencional, en ofrecer tratamiento de los enfermos mentales sin hogar, sino en otorgar un lugar donde vivir a a este colectivo de personas. Gracias al estudio, un grupo de estudio de 1265 indigentes con enfermedades mentales recibieron una casa, de la cual debían pagar un tercio de sus salarios, mientras que un grupo de control de 970 personas no lo tuvieron.
Mediante un algoritmo informático se otorgaron las casas de manera aleatoria. En el primer grupo, los miembros tuvieron acceso y soporte por parte de un equipo de doctores, infermeras, psiquiatras y trabajadores sociales. Los dos grupos fueron entrevistados con regularidad. El estudio acabó en marzo de 2013, momento en que los investigadores analizaron la gran cantidad de datos obtenidos. Los resultados arrojaron que los participantes con casa propia mostraban reacciones positivas y de ello se beneficiaba la comunidad del mismo modo.
Después de la investigación se realizó este documental interactivo que utiliza la visualización de datos y las infografías sobre un experimento social para demostrar que es posible acabar con los problemas de la indigencia crónica. En esta obra se pueden encontrar varios ejemplos significativos donde ha habido una intervención social para mejorar las condiciones de vida de las personas sin techo. Lo interesante del proyecto es que se crea una narrativa polifónica donde contribuyen personas con y sin techo, voluntariado, autoridades institucionales, trabajadores de centros y albergues.
La hipótesis de la que parte la investigación se centra en la premisa que ayudar de forma activa a aquellas personas que viven sin techo a encontrar casa reduce la inversión económica que el estado debe realizar en hospitales, centros penitenciarios y servicios sociales. Y mejora las condiciones de vida de estas personas, de igual modo.
El proyecto, como otros ejemplos de documentales que inciden en el estrato social, ha conseguido hacer reflexionar al gobierno sobre los mecanismos a utilizar para alcanzar el objetivo de acabar con la indigencia de personas con enfermedades mentales, y a su vez ha conseguido que la vida de muchos participantes mejorara hasta alcanzar cierto grado de dignidad humana. En este enlace podéis acceder al proyecto en MIT Docubase, para el que quiera saber más.
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