Empezamos en este segundo post describiendo los proyectos seleccionados por el IDFA Doclab este año. Vamos a analizar Death Tolls Experience y Deprogrammed.
Death Tolls Experience (Ali Eslami, Iran, 2016)
Death Tolls Experience es la historia de cómo la muerte se ha convertido en un contenido crónico de los medios de comunicación a partir de las devastadoras consecuencias de diversos conflictos violentos y desastres en todo el mundo. El proyecto tiene como objetivo ayudar a cuantificar esta pérdida mediante la transportación del usuario hasta un ‘campo de difuntos’, un cementerio visible con los cuerpos de diferentes tamaños –niños incluidos– y con su identificación. En vez de estar bajo tierra, el camposanto están encima para que tomemos conciencia de ello.
Y es que la muerte causada por la guerra no es un tema fácil de abordar, especialmente para las personas que se ‘aíslan’ en los dispositivos de realidad virtual para ver cosas apasionantes y bonitas. Pero no todo en la vida lo es, y hay que mirar de integrarlo todo –lo bueno y lo malo– porque tarde o temprano la sombra se manifestará. Y a mayor represión, mayores serán las consecuencias. Y esa es una primera metáfora digna de mención, porque este relato nos sitúa, de entrada, delante de algo que no ‘queremos’ ver o que no nos llama la atención.
La segunda gran idea para tomar nota es como se presentan las masacres que normalmente oímos a través de las noticias o escuchando a algún familiar hablando. Ver o escuchar ya nos conmueve, pero esta vez el artista iraní Ali Eslami va un paso más allá en la forma de representación y nos pone delante la cuestión numérica de los muertos pero en forma física, para que tomemos conciencia de lo que supone tal volumen de pérdida de vidas humanas. Porque, ante todo, como sugiere el fantástico documental de Antanas Mockus que lleva el mismo nombre, La vida es sagrada.
Para la mente, resulta complejo aceptar la muerte masiva. Los números de pocas pérdidas humanas se pueden ‘digerir rápido', al confortarnos y pensar: ‘bueno, podrían haber sido más…’, pero con la metáfora de los cuerpos observados no nos escapamos de percibir esa realidad. Para conseguir tal efecto, Eslami utilizó la técnica del PhotoScan en la que se cubrió con una sábana blanca y un fotógrafo tomaba fotos de él en distintas posiciones y tamaños. El resultado final es el que vemos en la aplicación de realidad virtual.
Otro de los aspectos diferenciales de esta propuesta es que no sólo tiene la intención de mostrar los resultados de los conflictos armados –como los ataques estadounidenses con aviones no tripulados en Pakistán durante el periodo 2004-2015 o la revolución egipcia–, sino también los desastres humanos como el número de trabajadores migrantes muertos en la realización de los estadios de la Copa Mundial de Qatar. El último espacio que está cartografiando en la actualidad el director es una zona de la playa de un país cualquiera cerca de Siria para mostrar el número de refugiados muertos en su viaje de no retorno hacia una vida mejor.
Deprogrammed (Mia Donovan, Canada, 2016)
Deprogrammed es una experiencia interactiva que invita al usuario a entrar en el modo de pensar de las personas que fueron adoctrinados en cultos o grupos extremistas. Se pone en un mismo molde a un islamista radical, un miembro del culto cristiano y la supremacía blanca, personas que aparentemente no tienen nada en común. El proyecto narra la cruzada anti-culto de Patrick Ted 'Rayo Negro' a la hora de llevar a cabo su práctica de la "desprogramación", también conocida como "lavado de cerebro inverso", la cual se inició en la década de 1970 y rápidamente se convirtió en un vasto movimiento subterráneo compuesto por padres preocupados, ex-miembros del culto y algunos legisladores encargados cuya misión era eliminar física y mentalmente individuos que pertenecían a los denominados 'cultos'.
Un ejemplo de esta historia lo constituye el personaje de Matthew, cuyas tendencias delictivas y la fijación de la Biblia Satánica llevó a su padre a contratar a Patrick para 'desprogramar' las creencias de este chico. En 2011, su padre, después de 18 años de distanciamiento, buscó a Matthew y descubrió que la desprogramación que soportó le hizo más daño que bien. Las secuelas eran más que perceptibles y eso llevó a la directora Mia Donovan a un viaje de 2 años para localizar a otras personas que habían sufrido los efectos de la ‘desprogramación’.
A través de entrevistas y archivos inéditos de los 'deprogrammings' reales de esos individuos, la película desentraña lo que significó por aquel entonces pertenecer a un grupo de alto control basado en una forma de "control de pensamiento", una línea donde la libre voluntad y pensamiento comienzan a desdibujarse.
Junto con una extensa entrevista con el padre de la 'desprogramacióm', un anciano de 84 años de edad que reflexiona sobre su carrera, se entremezclan archivos de noticias que revelan el cambio de actitud que las agencias del orden público y derecho desarrollaron hacia un enfoque más controversial de Ted Patrick y su conflictivo programa de desprogramación. Mirando hacia atrás en la era de la 'desprogramación involuntaria', que se desarrolló desde 1971 hasta alrededor de 1990, este documental se pregunta acerca de lo mucho que la práctica significó en relación al pánico moral y cómo gran parte de ella fue, de hecho, una cuestión de control mental del propio culto.
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