En este post acabaremos de describir las principales líneas de actuación del LAB-22, una innovadora propuesta que nace de un radiodifusor mexicano -Canal 22- y al que auguramos grandes éxitos. La confección del laboratorio ha sido diseñada minuciosamente a partir de una planificación estratégica que comprende tres líneas fundamentales de acción y ejecución:
1 - Utilizar el crossmedia y el transmedia para que los relatos posean más variantes narrativas y den más juego entre sí. También proponen, en la línea de Henry Jenkins, aprovechar cada medio o plataforma para que de lo mejor de sí, es decir, ver cada parte del relato por separado y estudiar en qué soporte se expresa mejor y su porqué.
2 – Seguir la filosofía del trabajo colaborativo, tanto des del punto de vista de la producción (perfiles multidisciplinares y polivalentes), como de la recepción (que la audiencia pueda co-crear y colaborar en la construcción del relato).
3 – Aprovechar la interactividad para propiciar dinámicas próximas a la jugabilidad y ludificación de las historias.
Los diseñadores del LAB-22 son conscientes que activar el flujo de contenidos informativos y culturales en internet no será tarea sencilla, así que para lograrlo saben que deberán combinar los tres modelos propuestos, con la finalidad no solamente de crear documentales web sino en general narrativas interactivas, porque los límites entre la ficción y no ficción ya se han desdibujado mucho en el momento actual de convergencia que vivimos. Este hecho en sí ofrece unas posibilidades prácticamente infinitas a la hora de generar nuevos paradigmas narrativos y discursivos.
El LAB-22 se fija como objetivo a medio plazo impulsar una ciudadanía digital desde un canal tradicional de televisión que posee licencia desde hace 23 años, y cuyo interés estratégico radica en formar mejores audiencias al invitar a una participación activa en la generación de contenidos que abarcaría tres niveles:
1 - En un primer nivel, se trabajaría a partir de contenidos existentes que llaman a la participación a través de la interacción a partir de un tipo de navegación personalizada por los contenidos.
2 - Segundo nivel conformado por contenidos que inviten a la creación a través de realizaciones profesionales producidas desde LAB-22 y que en un segundo término inviten al usuario a aportar su punto de vista sobre un tema específico.
3 - Contenidos colectivos basados en la amplia participación creativa de los usuarios, editados y exhibidos por el propio laboratorio. En este nivel más avanzado, el reto consiste en desarrollar una pieza creada únicamente por los usuarios. Para realizar tal hazaña, se abrirá una convocatoria y en un formato de taller colaborativo o tipo taller intensivo, se dará la voz y las herramientas a la ciudadanía para que genere una obra interactiva.
Como estrategia de difusión y lanzamiento, se realizó del 17 al 19 de noviembre el 'Primer Encuentro Internacional de Narrativas Documentales Transmedia', una actividad que contó con una destacada programación y que incluyó varios directores internacionales de narrativas documentales digitales, quienes hablaron de los procesos de desarrollo de los nuevos géneros documentales.
Fueron dos días muy intensos con directores de cinco países -Alemania, España, Argentina, Chile y México- que compartieron su experiencia en torno a la creación de contenidos colaborativos, transmedia e interactivos. Y todo retransmitido en streaming de buena calidad, así que la cita no tenía excusa para los amantes del documental interactiva y transmedia. En todo caso, para los que no pudisteis llegar puntuales a la cita hay remedio:
1 - En este primer enlace podéis ver la presentación de FlorianThalhofer y el libro 'Transmediaciones' de Fernando Irigaray
2 - Y en este segundo enlace las presentaciones de Diego Zavala, Tamara Uribe y Serrana Torres.
Desde este blog creemos en la proliferación en Latinoamérica de ‘hubs’ o ‘nodos’ que se retroalimenten con otros a partir de un uso del mismo lenguaje y la tecnología. Para ser más explícitos, nos referimos a nodos ya existentes como el de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina), el de DocsBarcelona en Valparaíso y Medellín (Chile y Colombia), o el recién creado LAB-22 (México), iniciativas que van en una misma dirección y proyectan un panorama muy prometedor para el documental interactivo latino en los próximos años. Porque este tipo de producciones han llegado para quedarse en Latinoamérica, y con el tiempo seguro que cumplirán su función social, sea la que sea dependiendo del país, sus problemáticas y sus intereses.