En la serie de posts sobre los proyectos seleccionados por el IDFA Doclab que elaboramos cada año para nuestros lectores, nos quedó pendiente dar a conocer los dos ganadores de la 10 edición. Fueron los ganadores del Premio IDFA DocLab para Narración Digital y el Premio IDFA DocLab Immersivo de No Ficción, y que fueron otorgados durante la 29 ceremonia de clausura del IDFA. Los miembros del jurado, para esta ocasión especial, fueron Brett Gaylor (Canadá), Anna Higgs (Reino Unido) y Jan Rothuizen (Países Bajos).
En general, comentan en una nota de prensa que quedaron impresionados con la calidad de proyectos en competencia, desde documentales web interactivos, instalaciones físicas, visitas de audio e intervenciones físicas y digitales, hasta formas emergentes de realidad virtual. Los proyectos que evaluaron también les recordaron que a veces los enfoques más simples, incluso tradicionales, pueden ser los más eficaces. En la nota también se felicita a los creadores de la competencia por realizar trabajos altamente atractivos y estimulantes que abordan una amplia gama de temas con sus propias perspectivas únicas, gran estilo, narrativa y ambición técnica. Exponen que los dos proyectos que premiaron han sabido 'tejer juntos el sonido, la visión y la narrativa para saber como afectar emocionalmente la narración de historias que sólo sería posible usando sus formas elegidas.'
Scenic IDFA DocLab - Premio inmersivo de no ficción
Para el premio inmersivo, eligieron un trabajo que empleó técnicas variadas para progresar en la narrativa y desafiar el relativismo inherente a los puntos de vista personales. Y añaden: 'Nos sentimos enfermos, incómodos, y vimos talento. En nuestro actual clima global, a veces es importante no desviar la mirada'. El ganador del premio de no ficción de inmersión DocLab de IDFA es DeathTolls Experience de Ali Eslami. En este post toda la información del proyecto.
Premio IDFA DocLab para narración digital
El trabajo que seleccionaron para el premio de narración digital les abocó hacia un mundo donde escaparse parece imposible. En este documental, lo virtual ofrece una perspectiva humana sobre cómo las personas son víctimas de la adoctrinación como adolescentes y cómo encuentran su camino de regreso. El ganador del premio IDFA DocLab para narración digital es Deprogrammed de Mia Donovan. En este post toda la información del proyecto.
Para cerra este capítulo del IDFA Doclab, vamos a reproducir en este post una reflexión de una persona muy importante en nuestro pequeño campo, William Uricchio. Uricchio es académico de medios y profesor e investigador en el Massachusetts Institute of Technology y en la Universidad de Utrecht. En 2011, Uricchio y Sarah Wolozin iniciaron el MIT Open Doc Lab, una institución líder en investigación académica sobre el documental interactivo. De William hemos aprendido mucho estos años porque hemos coincidido con él en varios eventos (MIT, i-Docs, ICIDS en Singapur,etc.) y hemos tenido el placer de escucharlo y además de compartir plaza de investigador con él en el Open Documentary Lab.
Para cerrar el décimo aniversario del IDFA Doclab, se le pidió a William que redactara un pequeño artículo haciendo una reflexión sobre estos últimos 10 años, del que hemos rescatado algunas ideas que nos parecen muy interesantes y que explicamos a continuación.
En primer lugar, comenta que en 2006 fue el año en que Google adquirió YouTube y Facebook abrió sus servicios al público, un año en el que en noviembre también arrancó la 1a edición del IDFA Doclab en el marco del principal fetsival de documentales del mundo, el International Documentary Film Fetsival de Amsterdam, en los Países Bajos.
Estas dos plataformas masivas -una de vídeo y otra más como red social- se han convertido en gigantes, aunque ello no haya sucedido en igual escala en el campo del doumental. Sin embargo, a medida que la gente creativa del mundo despliega tecnologías en formas siempre cambiantes, incorporándolas a sus vidas y usándolas para transformar el espacio digital en espacio social, las implicaciones para las artes documentales son claras. Más allá de las herramientas del comercio, de los nuevos modos de distribución, las posibilidades e innovación del documental surgen de las personas que han crecido con nuevas expectativas en cuanto a personalización, navegación y participación. Buen ejemplo de ello son Jonathan Harris y Sep Kamvar, quienes articularon estas nuevas posibilidades en la víspera del nacimiento de DocLab con el proyecto We Feel Fine. Nacía la ciencia de los datos años antes que oficialmente existiera...pero la forma de mostrarlo fue a través del periodismo, el documental, y la narrativa transmedia.
De acuerdo con Uricchio, uno de los precedentes documentales más cercanos que hemos presentado es el denominado Cinema Vérité y Direct Cinema, y que ha generado nuevas herramientas y estilo, nuevas relaciones entre creador y sujeto, y sobre todo, una nueva plataforma (televisión) que transformó la distribución del documental. Pero la televisión seguía siendo por aquel entonces una plataforma altamente centralizada, y la distribución todavía formaba un cuello de botella importante imponiendo la división del fabricante-audiencia.
Nada parecía cambiar mucho hasta que llegamos a estos diez últimos, años durante los cuales el vídeo de alta definición se ha hecho ampliamente accesible, la interactividad ha emergido como una norma y el Internet ha permitidio lógicas de distribución "muchos a muchos". IDFA DocLab ha sido uno de los primeros espacios en seguir, curar y cultivar constantemente las implicaciones de estos desarrollos, creando una plataforma verdaderamente internacional para lo que se ha conocido como "el arte de la narración interactiva e inmersiva".
Consideremos el "Internet de las cosas", la realidad virtual y aumentada, con sus nuevos giros en la inmersión, la interacción e incluso la ubicación. En nuestro mundo cada vez más conectada, tecnologías como la biometría, los robots, la inteligencia artificial y las tecnologías de localización geográfica ayudarán a salvar la brecha entre lo analógico y lo digital, y al mismo tiempo ofrecer un nuevo terreno para los documentalistas.
Pero a pesar de la implacable gusto por lo nuevo, con toda la emoción y el miedo que provoca, el corazón de la materia siguen siendo las historias que contamos sobre el mundo. El documental sigue siendo ese espejo áspero en el que nos vemos a nosotros mismos y a nuestras relaciones con el mundo de formas que son simplemente imposibles de observar a simple vista. Independientemente de su forma o de los elementos a partir de los cuales se compone un documental, permanece encadenado a esta tarea más humana.
William Uricchio
Podéis leer el texto completo en este enlace.
¡¡¡ Y larga vida al IDFA Doclab!!!
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