En el primer post de esta serie establecimos el contexto del que vamos a hablar: la experiencia vivida como profesor del taller de IDOC realizado del 6 al 17 de noviembre en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba. Este viaje (y aventura existencial en todos los sentidos) fue la excusa perfecta para conocer la escuela y su metodología original de trabajo.
Por nuestra parte, ya habíamos estado en Cuba en un viaje muy especial en 2009, un mes en el que visitamos la isla de extremo a extremo, empezando por el oriente (Santiago de Cuba), subiendo hasta Guardalavaca, pasando por los cayos, la Habana, y visitando pueblos y ciudades como Santa Clara, Cienfuegos o Trinidad.
Esta vez, pero, el objetivo era distinto: íbamos a conocer otro tipo de isla, no la del turista, sino la real, y algunos de sus pueblos y gentes más genuinos como San Antonio de los Baños, Bauta o Baracoa. Llegamos a la isla el domingo 6 de noviembre por la noche, momento en el que nos instalamos en los apartamentos para profesores que ofrece la escuela (y que podéis observar en la foto de un amigo con el que hemos compartido proyectos, el compositor Guillem Roma). Los grillos nos dieron la bienvenida y con ellos descansamos profundamente la primera noche.
Apartamentos para profesores y alumnos de la escuela. Foto de Guillem Roma Tort
Además, tuvimos la fortuna de alojarnos muy cerca del apartamento que Gabriel García Márquez ocupó durante los años en los que estuvo vinculado con la escuela, desde 1987 hasta 2009. Nosotros nos alojamos en el apartamento 408, y teníamos como vecino a un tal Mark Berger, de 74 años, que ocupaba el apartamento del maestro colombiano. De entrada, poco os puede sonar este nombre, pero seguro que sí que os parece más familiar lo que ha hecho a nivel profesional este ingeniero de sonido estadounidense que cuenta con 4 Óscares por sus trabajos en la edición de sonido en películas de la talla de El Padrino: Parte II (1974), Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) o Apocalypse Now (1979).
Entrada del apartamento donde se hospedó el Premio Nobel de Literatura colombiano García Márquez
Mark, durante su extensa y prolífica carrera, ha trabajado en más de 170 películas desde 1973, y de 4 nominaciones a los premios de la academia ha obtenido 4 victorias. Poco más hay que añadir. Esta es la talla de los profesores de la EICTV, que se basa en un sistema de talleres y cursos en los que se invitan perfiles como el Mark.
Comedor de la casa donde se hospedó García Márquez
Pudimos acceder un momento al comedor del apartamento que ocupaba Berger, y tomar esta foto con algunos cuadros de la época de García Márquez en la escuela. Pero nosotros, en el piso superior, también estábamos bien acompañados por varias ranas que frecuentaban la cocina del apartamento y otros animales como grillos, hormigas, etc.
Una rana que dormía en la cocina de nuestro apartamento
Si bien el régimen de clases en la escuela es muy intenso - en el caso de nuestro taller: 6 horas por día comprimido en 10 intensos días -, durante el descanso del mediodía a menudo hacíamos una breve escapada a la playa con Gustavo, un amable taxista que ofrece sus servicios a la escuela y que a lo largo de los años ha acompañado a directores de la talla de Abbas Kiarostami o Werner Herzog, entre otros.
Gustavo en un servicio 'express' a la playa de Baracoa
La intensidad con la que se vive el cine en la escuela no se puede explicar ni comparar con nada que hayamos visto anteriormente, es literalmente un '24/7' (24 horas + 7 días a la semana), por eso cada 2 o 3 días aprovechábamos el 'break' de 2 horas para escaparnos con Gustavo a la playa y darnos un buen baño. Volvíamos a reanudar la sesión a las 2:30 pm con toda la energía renovada del aire, la tierra, el agua y el sol. Dar dos clases seguidas es agotador, pero en medio un baño en el mar del Caribe no tiene precio...
Playa de Baracoa, a 22 Km de la escuela hacia el norte de la isla de Cuba
En definitiva, comentamos al principio de este post que el viaje prometía, pero nunca nos imaginamos que a la hora de impartir un curso lo compartiríamos con alumnos y gatos (los alumnos los traían porque fumigaban sus habitaciones), dormiríamos con ranas y que en el descanso entre dos clases nos daríamos un baño exquisito y después impartiríamos una clase completamente renovados, con la sal en el cuerpo y vestidos con una camisa de palmeras. Así es Cuba, y así de genial esa escuela. Simplemente 'única'...quizás esa 'utopía' de la que un día nos hablaron Birri, Castro, García Márquez, y otros que siempre creyeron que lo 'imposible solo requería un poquito más de tiempo'.
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