"El destino en su mano", Lorenzo Rubio; "Ciclo vital desde un punto de vista muy particular", David Moreno; "Intimidades", Ernesto Ortega; "Roles", Lola Sanabria; "La Enemiga", Juan Carlos Ferrer i "Yo soy Microrelato", Oscar Quijada, nous finalistes!
domingo 9.nov.2014 por Rosa Gil 0 Comentarios
Aquesta setmana tenim sis finalistes del concurs de Microrelats de la secció de L'Art d'Escriure: "El destino en su mano", de Lorenzo Rubio; "Ciclo vital desde un punto de vista muy particular", de David Moreno; "Intimidades", d'Ernesto Ortega; "Roles", de Lola Sanabria; "La Enemiga", de Juan Carlos Ferrer i "Yo soy un Microrelato", d'Oscar Quijada.
"El destino en su mano", de Lorenzo Rubio:
"Un hombre visita a un quiromante. El brujo se sumerge en la línea de la vida de su palma derecha: lo ve aterrizando en un avión; tomando un taxi hacia casa; observando a uno que besa a su mujer en el portal; persiguiéndolo después con su coche aceleradamente; aparcando el vehículo; esperando en una sala junto a varios enfermos y ancianas; abriendo una puerta; dejando en un cuenco una última voluntad; y situado enfrente de un individuo, cuya cabeza se desploma encima de una mesa llena de sangre. Cuando vuelve en sí el adivino, una bala inexorablemente perfora su sien."
"Ciclo vital desde un punto de vista muy particular", de David Moreno:
"A la de tres… dos… uno… ¡fusión! ¡explosión! Se sube el telón. Burbujeo en el interior del líquido amniótico, enégicas palmaditas y llanto como respuesta, arrullos cálidos, sonajeros dulces, maaaamás-paaaapás en rítmica cadencia, renqueantes a-e-i-o-ús, bullicio de recreo, sirenas estridentes, despertadores inoportunos, pitos y balones, por qués encerrados en herméticos interrogantes, truenos de incomprensión y rebeldía, toques de corneta, aires de libertad, aleteo de mariposas en el estómago, latidos de corazón enamorado, acordes armónicos, redobles de madurez, melodías de serenidad, crujidos de hojarasca otoñal, eco que envuelve un enjambre de recuerdos, susurros de soledad, ruido de gusanos devorándonos. Silencio eterno."
"Intimidades", d'Ernesto Ortega:
"Hoy me ha vuelto a llamar nada más empezar el telediario, como suele hacer cada día desde hace cuatro o cinco meses. Habla sin parar, como si su boca estuviese llena de palabras. Me cuenta que se ha cortado el pelo, que ha estado lloviendo toda la tarde, que ha descubierto un bar donde sirven un café riquísimo. Yo me dejo acariciar por la cadencia de su acento y apenas intervengo, hasta que se despide, de súbito, alegando que tiene la cena en el fuego, sin que me atreva a decirle, esta vez tampoco, que se ha equivocado de número."
"Roles", de Lola Sanabria:
"No tenéis hijitos a quienes acunar contra vuestro pecho. Tampoco limpiáis babitas con una servilleta. Ni dais biberones para ver sus cabecitas perladas de sudor mientras succionan leche. Ni que decir tiene que nunca ponéis pañales ni los retiráis cuando están sucios. No hay baños, ni aceite, ni colonia de bebés. Tampoco recibís un mordisco rabiosillo cuando echan los dientes. No me mires así. Yo soy la madre, ¿ves? Y este cabroncete que acaba de echarme el puré como un surtidor a la cara, es mi niño. Y tú, Indalecio, que te las das de padre, eres sólo un donante."
"La enemiga", de Juan Carlos Ferrer:
"Cuando cerró la puerta se envalentonaron, sintiéndose fuertes, casi invencibles. Treinta personas contra una. Era imposible perder aquella batalla. Las miradas destilando odio dieron paso a comentarios sarcásticos y sonrisas burlonas. A continuación, como si se tratase de una estrategia planificada comenzaron a ignorarla, como si hubiese desaparecido. “¡Pobrecita!”, dijo una chica situada al final de aquella lúgubre sala. Sus compañeros la miraron intimidantes. La unión debía ser su fuerza. Pasados sesenta minutos recogió sus libros de la mesa, se colgó el bolso y se despidió casi entre sollozos. La nueva profesora no sabe dar clase ni tiene carácter dijeron."
"Yo soy un Microrelato", d'Oscar Quijada:
"Me preguntaron quién soy. Así respondí: me llamo Microrrelato. Mis pasos son firmes, represento la actualidad. Aún no ostento la corona, mas pronto seré rey. El género narrativo me sonríe, porque de ninguna manera tolero vicios y no acepto rodeos ni lenguaje lisonjero.
Voy directo al grano sin importar a quien lastime. En mi universo hay que pensar bien en cada palabra. Los detalles abundantes son intolerables y, sin embargo, siempre hay una historia detrás de mí.
Solo los que dicen mucho con poco son bienvenidos en mi corte y, como soy Microrrelato, este cuento lo cierro en cien palabras."
Enhorabona de nou! Des de l'equip de Wonderland i l'Escola d'Escriptura us agraïm la vostra participació en el concurs i us animem a que seguiu enviant els vostres relats. Recordeu, els relats han de ser de 100 paraules, sense incloure el títol, i els heu d'enviar a [email protected]!