"El hombre cangrejo", de Carles Quilez, ganador de la semana
sábado 7.may.2016 por Rosa Gil 0 Comentarios
Els i les relatistes del Wonderland sempre aneu endavant. Esperem que mai no us trobeu com el protagonista del relat guanyador d'aquesta setmana!
GUANYADOR: "El hombre cangrejo", Carles Quilez
El despido le transformó.
Primero, mientras escuchaba las gélidas explicaciones del gerente, se formó un caparazón que le endureció.
Después brotaron de su cabeza unas antenas que le permitieron percibir la realidad de forma más nítida y lo importante que podía llegar a ser el dinero. Al cabo de unos meses, tras terminársele el paro y empezar a revolver contenedores, sus manos se convirtieron en unas enormes pinzas.
Luego todo fue ir hacia atrás, hasta el día que perdió la casa. Entonces marchó a la playa y se enterró en la arena para dormir. La metamorfosis se había completado definitivamente.
FINALISTES:
Indecisión, M. Carme Mari.
Se puso la caperuza roja.
Salió.
El día era radiante, la luz llegaba a todos los rincones que alcanzaba a ver.
Entró.
Escogió la caperuza amarilla, a juego con el sol.
Volvió a salir.
Quizá era mejor seguir con el guión previsto.
Volvió a entrar.
Retomó la caperuza roja, como debía ser.
Caminó.
Iba alegre y despreocupada hasta que pensó en los peligros del recorrido.
Regresó.
Sería mejor la caperuza verde, para poder camuflarse en el bosque.
Y luego...
Luego el lobo se cansó de esperar:
-Esta chica... ¡Qué poca formalidad!
Y pasó malhumorado al cuento de los tres cerditos.
Ja no em sentirà, Mique Torija
Em mirarà. No li diré “què mires?”, ni “que vols?”, no li diré res. Tornarà a rascar-se la descamació del front fins que supure. Dirà: “Va ser culpa del mono. Almenys aquesta setmana no caldrà que treballes.” Restaré callada amb la mirada captiva pel grapat d'estels que s'apunten per l'escletxa de la uralita. M'alçaré, caminaré fins a la porta. Em dirà “on vas?”.
Estic a la porta i no ha passat res del que imaginava. Veig de reüll el seu somriure perdut amb l'agulla enfilada al braç. Ara li diré “que t'aprofite fill de puta” però ja no em sentirà.
Bando, Rafa Olivares.
Por orden del señor Alcalde se hace saber que, una vez concluida la reparación del paseo marítimo, por los destrozos del último temporal, y construido un nuevo muro protector siguiendo las indicaciones de los técnicos municipales, si las aguas volvieran a rebasar la dársena y el mar se tragara de nuevo el puesto de churros y el kiosco de prensa, dejando sin ocupación a sus propietarios, el Consistorio les dará empleo como técnicos municipales en sustitución de los anteriores, a los que concederá licencia para instalar, en el mismo paseo marítimo, un puesto de churros y un kiosco de prensa.
Enésimo, Mei Moran.
La puerta de la habitación cerrada. Hasta los pequeños saben que no hay que hacer ruido. La mayor nos prepara los bocadillos para llevar a la escuela, nos peina a todos, dejamos las camas hechas, las persianas bajadas, al gato salir. Remoloneamos para volver. Mamá nos lo tiene avisado. Se nos hacen las mil y quinientas. Con la noche en las mochilas entramos de puntillas. Y ya es como antes, la tele puesta, el olor a fritura rancia, ella con las pantuflas de pompones rosa y la llantina pegada en la cara. Este no le ha durado ni un día.
Inspiración, Pablo Nuñez
Había descubierto un método infalible para que su hueca cabeza se llenase de palabras excelsas: los baños le desatascaban los meandros del cerebro dando paso a un sinfín de frases engarzadas. Aprovechando el hechizo, comenzó a escribir una novela. Quería terminarla antes de su cumpleaños y decidió agilizar el ingenio cambiando su vieja bañera por otra más grande, pero, al estrenarla, las ideas quedaron ahogadas. Estrujando sus escasas entendederas se quedó dormido en las tibias aguas de las historias vacías.
Al día siguiente, encontraron un islote arrugado, parecido a una pasa, que flotaba en el centro de la inmensa bañera.