QUAN ELS PETONS DEIXEN DE SER UN SÍMBOL D'ESTIMAR PER CONVERTIR-SE EN L'INICI DEL TERROR

Un relat que té el petó com el pas previ al terror en majúscules ha guanyat aquesta setmana el concurs. Felicitats a Belén Sáenz, per  "Beso de buenas noches".

Aquí teniu el text narrat per Belén i els comentaris que d'ell n'ha fet Jordi Muñoz. I els finalistes, és clar. Escolteu el fragment aquí!

L'ART D'ESCRIURE 22 OCTUBRE

GUANYADOR:

BESO DE BUENAS NOCHES,  Belén Sáenz

Ris ras, anunciaron las zapatillas intentando no hacer ruido. Como siempre, Ramón se hacía el dormido con la cabeza cubierta por el edredón y mamá se encerraba en el baño. El niño remetió despacito, con la punta del pie, el rabo de Pepo que asomaba bajo la cama, y se despidió. La rendija de luz que enmarcaba el quicio se abrió en un estallido cegador y la silueta se detuvo en el umbral. Pero antes de que el abuelo alcanzara a palpar ansioso el bulto en la cama, Peter Pan había abierto los brazos y salía volando por la ventana.

FINALISTES:

ECOSISTEMA, Angel Saiz

Los calzoncillos se mezclan con envoltorios, calcetines huérfanos de compañeros y porciones triangulares de algo que antes fue pizza, ahora moho. Miles de objetos más, todos sin inventariar, conforman esta anarquía infranqueable.

Sobrevivo como puedo dentro de la habitación, que se corresponde con mi desbarajuste interior de adolescente.

Seguro que varias veces al día, desde el pasillo y sin atreverse a entrar, mi madre grita que ordene el cuarto, aunque no me llegue su voz. Atrapado como estoy, tampoco ella, ni nadie, pueden oírme. Aún no sé cómo, pero algún día el mundo sabrá que he logrado el caos perfecto.

 

EL MÓVIL ACUSICA, Mª del Rosario Val

Suena el teléfono, al descolgarlo escucho que hablan, pero compruebo desorientada, que no se dirigen a mí. Apenas entiendo lo que dicen, aunque por el ruido, deduzco que están en un coche. Evidenciando que se trata de un error, decido dejar a solas a los tortolitos, pero me freno al descubrir unos conocidísimos jadeos…                          

Amasar la venganza durante un tiempo. Añadirle una dosis de desamor, tres de despecho. Macerarla en una mezcla de odio, paciencia y orgasmos fingidos. Dejarla en reposo. Servir con un rico abandono, sin pasta, bien fría.

Como cocinera no tenía precio, como abogada, ni te cuento…

HABITACIÓN 307, Marta Navarro

Se llamaba Teddy y tenía poderes mágicos. Sólo Víctor lo sabía. Era un secreto y él era realmente bueno guardando secretos, eso decía siempre mamá. Por eso no podía contárselo a nadie. Ni siquiera a Celia. Aunque, a veces, cuando de noche la oía llorar muy bajito, casi sin ruido, tuviera tantas tantas ganas de hacerlo... Esas noches Víctor se levantaba despacio, arrastraba con cuidado su gotero y sobre el corazón enfermo de la niña dejaba su pequeño osito de peluche. Mágico y poderoso tesoro que, a fuerza de inocencia, burlaba cada día al miedo y al dolor.

HASTA MAÑANA, RAY; Pablo Núñez

Ray la ve entrar con Charlie en el café, mientras mata sus celos encendiendo un cigarrillo y tomándose otra copa de bourbon. El alcohol invade sus venas y el humo, sus pulmones. Tiene ganas de llorar, pero no se lo puede permitir. Él es Ray, el hombre duro, el impasible, y el dolor se lo traga antes de que pueda aparecer un atisbo de sentimentalismo en su rostro...

El sueño le va ganando terreno. Coloca el marcador en la página ciento seis, deja el libro y se despide de Ray hasta mañana, pidiéndole disculpas por abandonarlo en ese lamentable estado.

MENTIRAS PIADOSAS, Asier Susaeta

Reyes quería venir pero se ha sentido algo indispuesta de repente, papá. Aquí te dejo las flores que te ha comprado. Hoy no había quien se comiese su paella, aun así he rebañado el plato para poder ver el partido tranquilo. Los niños están muy grandes, y algo rebeldes, y en el taller, todo bien. El martes vino don Eugenio para la revisión de los cincuenta mil y me contó que le habían ingresado. Parece que tiene lo mismo que tú. También se le cala el corazón, como solías decirme de pequeño. Que seguro que no es nada, le tranquilicé.

SOMOS GENTE PACÍFICA, José Manuel Dorrego

El mago Farinelli había anunciado que haría aparecer a un conejo. Golpeó su varita mágica contra el ala de la chistera y del interior salió nada menos que un Tiranosaurio Rex. Trató de pedir disculpas, se excusó en un italiano sureño, pero la respuesta del respetable fue una avalancha de objetos que terminó con el cuerpo inerte de Farinelli junto a la bestia.

En  el  pueblo  solemos ser  gente pacífica, calmada,  hasta que viene un forastero a tratar de engañarnos. Si anuncias que sacas un conejo, lo sacas o te callas, pero no trates de despistarnos con un maldito dinosaurio.