LA FRÁGIL BARRERA CURATIVA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
sábado 5.may.2018 por Rosa Gil 0 Comentarios
Muchísimas felicidades a Javier Puchades por "EROS Y TANATOS", el relato ganador de esta semana. Felicidades también a los 5 finalistas! Aquí tenéis el audio!
GANADOR
EROS Y TANATOS, Javier Puchades
La apertura de aquel local, frente a su casa, dio vida al barrio. Coincidió con su jubilación. Al principio, fue una manera de ocupar el tiempo. Pero pronto, se convirtió en una adicción. A ella le atraía relacionarse con los que acudían allí.
En las primeras ocasiones, entraba a las diferentes salas y se abrazaba cariñosamente con los presentes. Poco a poco, se atrevió a más, se sentaba junto a ellos y comenzaba a cogerles las manos. Incluso, empezó a besarse con los que veía más emocionados. Eso sí, siempre con respeto y deseando que el finado descansase en paz.
FINALISTAS
DE COMO HAY COSAS QUE NO SE OLVIDAN, Gabriel Pérez Martínez
Aquellos rostros sin forma pretérita, vacíos de futuro en mi mirada, ahora tienen rasgos marcados. Se parecen a mis hijas, a mi mujer, a mis padres... Tienen la risa de mis amigos cuando volvemos a encontrarnos. Y lloran sobre charcos de pentotal sódico.
El espejo los muestra a un lado, a otro y detrás de mí. No hablan, pero gritan al oír los truenos. Los veo como no los vi aquel día de tormenta cerrada que tiñó de rojo los campos de arroz. Los veo y escucho mientras mis balas cobran vida y su reflejo se apaga hasta hacerme desaparecer.
MOMENTO DADO, Maria Belén Mateos Galán
Tres meses me dijeron, cuatro a lo sumo. Y aquí me tienes jugando para ganar la partida.
Azul, rojo, verde, amarillo… se mueven mis fichas en la espiral de la vida. Agito el cubilete con el deseo de un dos y el caprichoso dado me da un seis que desemboca en la corriente. No puedo retroceder. Vuelvo a lanzar y caigo en la calavera.
Game over… Una nueva prueba está servida en la casilla de salida. La muerte no contaba con un rival que en cada jugada lucha por avanzar hasta llegar al jardín de la oca.
Sigo con vivo.
EN FAMILIA, Ángel Saiz Mora
Hace tiempo que tomamos la decisión de conocer un nuevo lugar, cambiar de aires, relacionarnos con otras gentes, descubrir una cultura distinta, llena de posibilidades.
Tengo que reconocer que el viaje, más largo y complicado de lo previsto, nos ha afectado en mayor medida de la que pensaba. Pese a todo, me queda ánimo para apreciar la generosidad de las personas que acudieron a recibirnos; suelo catalogar bien a los semejantes y parece que ellos, en concreto, son humanitarios. Cuando el mar devuelva a mi mujer y a mis hijas, sé que se ocuparán de sepultarnos juntos en esta tierra.
ESCENARIO DE LA VIDA, Juan Carlos Ferrer
La calle, de tierra y charcos, se convertía a menudo en un campo de fútbol. Dos carteras, colocadas de un extremo a otro, resultaban los postes de una portería, que el cancerbero, normalmente regordete, trataba de mantener a cero. El cartero vestía uniforme y de su hombro colgaba una desvencijada valija de cuero rebosante de cartas que siempre me parecían pequeños tesoros. El quiosco de la plazoleta estaba repleto de tebeos, un castillo mágico para los niños del barrio. Existía un cine, con sesión doble y clase de Literatura en luminosas tardes de primavera, bajo aquel sol de la infancia.
ESLABONES, Paloma Hidalgo
Al descubrirla, sucia, adorable, yo iba a darle el primer mordisco al pastelito. La pequeña, toda candor y chorretes, tendió las manos abiertas para recogerlo cuando se lo ofrecí. Se acercó el pastel de vainilla a la nariz, luego a la boca, pero no llegó a morderlo. Tras ofrecerme una sonrisa mellada de revista parroquial, encaminó sus pies descalzos hacia el parque situado a nuestra espalda. Intrigada seguí su trote hasta un arbusto. Bajo él, una perra mestiza que amantaba a su camada reciente, engullía el dulce entero, mientras la niña la observaba satisfecha, chupándose las miguitas de los dedos.