LAS DESGRACIAS NUNCA VIENEN SOLAS
sábado 19.may.2018 por Rosa Gil 1 Comentarios
Muchísimas felicidades a Mei Morán por su relato ganador "Atenuantes". Aplausos a los 6 finalistas!
GANADOR
ATENUANTES, Mei Morán
Que hay días así. No quedan cornflakes, ni leche. Te pones a untar rebanadas con mantequilla para las tres bocas que están sentadas en la cocina. O la pequeña se ha meado las patas abajo y hay que lavarla. De ahí a que salpique el cocido, que quieras quitar la tapadera con el trapo, que el paño se queme y se prenda fuego en toda la casa, que los niños griten, que luego ya no los oigas, que saltes por la ventana intentando huir del incendio y te rompas los brazos, nada, no hay ni una pulgada, Sr. juez.
FINALISTAS
JAURÍA PIRATA, Mikel Aboitiz
—Enseña la cicatriz del tiburón a la dama —apunta con dedo obsceno el mellado bajo el fajín del capitán.
La polizón, rodeada por el corro de piratas, tensa las mandíbulas.
—¡Capitán, muéstrale el garfio! —los bucaneros ríen la gracia de Bocapodrida; aprietan aún más el círculo. Entre rostros ávidos y cuarteados la muchacha atisba el verde océano. Conoce las leyes piratas. Se acabó el juego. Dos tablones asoman por la borda. A una seña del jefe, forman un pasillo y ella, entre sudores y gemidos, pasa por todos los marinos. Saltará y decidirán los tiburones si la dama nada.
LAS HORAS, Enrique Mochón Romera
Avanzaban implacables y en silencio, demoliendo cualquier atisbo de esperanza. En el alma anhelante de una respuesta. En la del preso que aguardaba indulgencia. En el enfermo en lista de espera.
Se precipitaba indolente la arena por el voraz embudo, corría veloz el segundero bajo la esfera rayada, destejiendo el tiempo y estrechando el paso al amor y a la vida. La torre del reloj flagelaba al enamorado en el patio sombrío, desvelaba al condenado en el corredor de la muerte, molestaba al paciente en la unidad de trasplantes; espantaba las palomas, día y noche, con su din don dan.
LA VISITA DIARIA, Paloma Hidalgo Díez
Deberías ver mis rozaduras, están al rojo vivo. Qué te voy a explicar, si eras tú el que me ayudaba a curar mis talones de Aquiles. Me pongo tiritas, pero sirven de poco. Las manos las tengo llenas de vacíos. En los ojos se cobijan penas que lavo, cuando no me dejan ver claro, con suero, porque no lloro. Como tú querrías. La situación en las vísceras es parecida, empezando por el cerebro, molido de tanto echarte de menos, el corazón pálido, y el estómago peleándose con los escorpiones que llegan cada vez que leo tu nombre en esta lápida.
NADIE ES PERFECTO, PILAR ALEJOS MARTÍNEZ
Si vieras las ampollas que tengo en los pies cuando llego a casa y me quito los tacones de aguja. Y ni te imaginas cómo tengo la piel… ¡en carne viva!, desde que me hicieron la depilación láser y se les fue un poco la mano con la temperatura. Además, apenas puedo respirar dentro de estos vestidos. Nunca encuentro ropa de mi talla. Pero lo peor son las largas sesiones que necesito, de maquillaje y peluquería, antes de salir de casa por las mañanas.
Aunque lo he intentado todo, no hay manera de convencerte de que no soy una chica.
DE LA GUARDA, Belén Sáenz Montero
Ansiábamos dar la muerte, nos imaginábamos en detalle el vértigo de ese vuelo sin alas. Hendir en carne inocente el fulgor de nuestras espadas, que para algo nos las habrán asignado, y acorazarnos las vestiduras con el brillo metálico de la sangre. Escudarnos en la Obra de Dios y multiplicar el número de los justos en el Reino de los Cielos. Y es que, salvando algunos detalles, nada nos diferencia de nuestros hermanos del Averno. Quizás la dulzura del cabello. Dicen que los sueños, sueños son, pero nunca renunciaremos a regocijarnos en ellos. Desde las cuatro esquinitas de tu cama.
RECUERDOS EN BLANCO Y NEGRO, Pablo Núñez
¿Recuerdas cuando las nubes tenían forma de sueños, la muerte tan solo existía en las películas del oeste, un beso era el infinito y el infinito, el pliegue de tu falda ondeando al viento? Tu padre era Otelo y tu madre, una espía aliada con el cura. La sombra del campanario, el escondite perfecto; tu boca, un oasis; tu cuerpo, el paraíso; la luna, nuestra aliada. Hiciéramos lo que hiciéramos la vida soplaba a nuestro favor.
Ahora naufrago entre el temporal de tus ojos que no miran a nada, mientras te sigo recitando cada día un nuevo poema de amor.
Chispitas dijo
MI GATO Y ... SU OMBLIGO
... ha pasado un año desde que la veterinari@ castrara al gato. Ha vuelto a mear sobre la pared. La cara de mi hija era un poema cuando lo vio en plena faena. La semana pasada, se escapó por primera vez. Le encontramos ligando con la gata de la vecina en su jardín. Esta atiende por " Fulanita"; ...( así se llama ). Mi hija se sabe todos los nombres de los gat@s de la urbanización con los que " Valentino " ha hecho migas. Desde que se escapa, frecuenta las cotas mas elevadas del tejado de la casa y a eso de las ocho de la tarde, desde la ventana del ático, se puede apreciar su figura teñida por el rojo atardecer sobre fondo de puesta de sol. Nuestro montes, se vuelve ególatra e introvertido en esos momentos, en los que su mirada felina se dirige hacia el astro rey. Caducada la tarde,..se mira el ombligo y ... regresa a casa por la ventana. En la habitación siempre ... hay comida.