!!PELIGRO!! SALARIO MINIMO INTERPROFESIONAL
jueves 28.nov.2013 por Aurora Mínguez 641 Comentarios
En la nueva Merkelandia, ahora con Gran Coalición, la cosa está que arde. Y ,más que nadie, en el mundo de la industria y de la empresa. " !Los acuerdos ponen en peligro la competitividad de Alemania! " "! Alemania retrocede en el tiempo!" " !Subirán los precios si suben los salarios! " . En una palabra, se sienten traicionados por Angela Merkel, quien, después de muchas dudas, ha cedido a las demandas socialdemócratas y ha accedido a implantar progresivamente el salario mínimo en este país. Tampoco va a ser a golpe y porrazo. Más bien dentro de dos años, y dando a las empresas libertad para que sigan pactando, trabajadores y empresarios, un salario acorde con la marcha de la compañía en cuestión.
Si Merkel ha dado su brazo a torcer ha sido porque , si no, no hubiera tenido Gran Coalición y tampoco tenía ninguna garantía de poder pactar con los Verdes tal y como va de mal el proyectado desenganche nuclear, boicoteado a conciencia por las eléctricas. Y es verdad que ella ha admitido que le ha costado aceptar el dichoso Mindestlohn, el salario mínimo interprofesional, pero es que sin esa y alguna concesión más a los socialdemócratas las bases del SPD no hubieran aprobado nunca el acuerdo de gobierno con los demócratacristianos.
Pero el mundo de la empresa se queja, y tiene sus razones. Alemania se ha hecho competitiva a base de años de contención salarial y de salarios, en algunos casos y en algunos sectores, propios del Tercer Mundo. Sólo un ejemplo: en las empresas del metal y muy en concreto en la multinacional Volkswagen cada vez hay más empleados temporales. En el conjunto del sector metal,un millón, uno de cada tres, según el sindicato IGMetal. Es decir, trabajadores que cobran al margen del convenio y con peores sueldos. Otro ejemplo es el del mundo de la restauración: ahí abundan los minijobs y los trabajos a tres o cuatro euros la hora.
Tanto Angela Merkel como el líder de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, decían en la presentación del acuerdo de coalición que pretenden mejorar la vida de los ciudadanos en los próximos cuatro años. Con mejores sueldos y obligando a las empresas con beneficios que reviertan esas ganancias también en las remuneraciones de sus empleados parece que podrían ir por el buen camino. Porque, la verdad, que un país sea competitivo no debería ser sinónimo de que pague salarios de hambre.